Parece demasiado para ser verdad. Ha sido Gerard Collomb el que lo ha contado al salir del Buró National (BN) del Partido Socialista (PS) este martes por la tarde. Irritado por las concesiones electorales hechas a los ecologistas, soltaba: «No estoy seguro de que en el momento actual, haya un verdadero acuerdo programático». Si él […]
Parece demasiado para ser verdad. Ha sido Gerard Collomb el que lo ha contado al salir del Buró National (BN) del Partido Socialista (PS) este martes por la tarde. Irritado por las concesiones electorales hechas a los ecologistas, soltaba: «No estoy seguro de que en el momento actual, haya un verdadero acuerdo programático». Si él ha salido el primero y una hora antes que los demás miembros del BN, algunos de los compañeros del alcalde de Lyon han evocado luego vagamente «un problema en La Hague».
Intrigado por algunos otros silencios molestos, miradas para otro lado y meteduras de pata sobre el tema, Mediapart se ha dado cuenta, al margen de un BN que ha ratificado el acuerdo parlamentario con Europe-Ecologie/Les Verts, de la desaparición de un párrafo altamente sensible. Se refiere a la reconversión de la línea MOX, el combustible de central nuclear fabricado en la fábrica de tratamiento de La Hague y juzgado particularmente peligroso por numerosos expertos y ecologistas.
Contrariamente a la costumbre, el texto votado por el BN no ha sido enviado por e-mail ni publicado en la página web del partido a la salida de la votación, sino solo distribuido bajo formato papel a los periodistas presentes, con el término «proyecto» borrado.
Sin embargo Mediapart se ha procurado el texto original del acuerdo, tal como fue cerrado por Cécile Duflot (EELV) y Martine Aubry (PS) a las 15:30 h. en la sede del PS. Y si se compara con la versión comunicada por el PS, de la que no se sabe ya si es oficial, resulta que el párrafo siguiente, al comienzo de la página 12, ha desaparecido claramente: «Una reconversión a empleo constante de la línea de tratamiento y de fabricación del MOX y de los medios de almacenaje de los diferentes tipos de residuos particularmente el laboratorio de Bure, en centros de excelencia del tratamiento de los residuos y del desmantelamiento»
Dos fuentes socialistas que han participado en las negociaciones nos han confirmado que el texto había sido voluntariamente «trampeado» durante el BN socialista. Y explican que se trataba de una intervención fuerte teledirigida por Henri Proglio, presidente de EDF (Electricidad de Francia), y actor de primer plano del lobby nuclear. «Todos hemos recibido textos en pleno BN, pidiéndonos retirar el texto. No hemos logrado ponernos de acuerdo, así pues, hemos retirado el párrafo sin miramientos, tras la votación…», nos confirma incluso un secretario nacional, para quien «está bien ser firme con los socios, pero también estaría bien serlo con los lobbies».
Proglio había alertado ya, vía su predecesor François Roussely, a François Hollande de las inquietudes de las industrias de lo nuclear. El martes, un diputado cercano a François Hollande se reunió con él justo después de la conclusión del acuerdo. El presidente de la EDF organizó entonces la ofensiva para hacer que se retirara este compromiso, que concierne al futuro de la fábrica de tratamiento de La Hague y la fábrica Melox en Gard, gestionadas por Areva. Un participante en el BN, no informado de los trasfondos de la historia, nos cuenta: «No entendía nada. Al final del BN, en el momento de votar, Stéphane Le Foll [lugarteniente histórico de Hollande] ha hecho irrupción en la sala diciendo: «esperad, esperad, hay que quitar…» y Aubry le ha cortado diciendo: «Si, si, está bien, se vota…». ¿Toda esa gente esperaba que iba a pasar desapercibido?
«Error de impresión» y «retirada temporal»
Del lado de Europe-Ecologie, se asegura que no piensan abandonar. «Este acuerdo parlamentario no es un ‘proyecto’ sino un texto sobre el que se trabaja desde hace cerca de seis meses, explica un dirigente ecologista. No dudamos de que es el texto acordado por Aubry y nosotros, en su despacho, el que el BN ha evidentemente votado. Y es este texto el que, evidentemente, se someterá a votación en nuestro consejo federal este fin de semana».
El miércoles por la mañana, Denis Baupin, uno de los negociadores ecologistas se presenta categórico: «Un acuerdo es un acuerdo, ninguna de las partes está habilitada para rehacerlo por su cuenta». Cécile Duflot ha llamado el miércoles por la mañana al socialista Michel Sapin para una explicación. Interrogado por Mediapart al final de la reunión de presentación del equipo de campaña del candidato, el negociador socialista nos ha explicado primero que se trataba de un «error de impresión»…Antes de dar algunas explicaciones poco creíbles: «No hay ninguna divergencia entre las personas serias que estaban alrededor de la mesa. Después, puede haber voluntad de tirar del acuerdo en un sentido o en otro por parte de gente no seria que no estaba alrededor de la mesa».
Por su parte, Benoît Hamon ha indicado al mediodía que no se trataba más que de una «retirada temporal». El portavoz del PS ha declarado a AFP: «Al ser este párrafo objeto de dos interpretaciones diferentes, se ha retirado del examen del Buró Nacional. Lo hemos dejado de lado provisionalmente, durante el tiempo necesario para volver a discutirlo, clarificar la interpretación que hacíamos de él con nuestros socios».
Entonces, ¿ese famoso párrafo se restablecerá? «Puesto que se cierran centrales, se va por tanto a producir cada vez menos MOX, es lo que se dice en el párrafo», añade Michel Sapin. Así pues, ¿se restablecerá? No está claro en absoluto. ¿El asunto podría ir hasta a hacer que se hundiera el acuerdo obtenido con fórceps el martes? Pues esa promesa de «reconversión a empleo constante de la red de tratamiento y de fabricación del MOX» marcaría un giro histórico en lo nuclear francés.
Un combustible particularmente peligroso
Utilizada en Francia desde 1987, pero sobre todo desarrollada a partir de mediados de los años 1990, esta mezcla de óxidos de plutonio y de uranio (de ahí su nombre MOX) es un combustible nuclear ya difundido en las centrales francesas (se encuentra en 21 de ellas). Su particularidad es que se fabrica a partir de elementos ya utilizados en los reactores, lo que permite «reciclar» así una pequeña parte de los residuos generados por la red. Pero es precisamente uno de los elementos «que plantean más problemas a la red de tratamiento, teniendo en cuenta sus características que le hacen muy peligroso» explicaba hace algunos meses la Autoridad medioambiental. Los ecologistas denuncian sus peligros para las personas y para el medio ambiente desde hace años.
En Francia hay dos centros especializados en la fabricación y el tratamiento del MOX: la fábrica Melox en el centro de Marcoule, en Gard, y el centro de tratamiento de los residuos de La Hague, en La Mancha. Ambos pertenecen al grupo Areva, que, el martes por la noche, denunciaba la puesta en peligro de 14.000 empleos (10.000 directos e indirectos en La Hague, 1.300 en Marcoule). En realidad, la fábrica de La Hague y las demás filiales en Baja Normandía representan apenas 5.000 empleos, más unos 1.800 empleos en subcontratación. La fábrica Melox emplea alrededor de 700 personas.
Además, la utilización de combustible MOX en los reactores franceses llega de todas formas a su fin: según la Autoridad medioambiental, no quedan más que las franjas 3 y 4 de la central de Blayais por equipar. Para salir del MOX bastaría, por tanto, con reemplazar progresivamente este combustible por uranio, lo que puede hacerse en tres años. Por otra parte, el EPR permite un funcionamiento con el 30% de MOX en el corazón, incluso hasta el 100%. Esta característica ha sido denunciada por Eva Joly, el martes por la mañana en France Inter. Pero puede también funcionar con uranio -la utilización del MOX no está prevista para el EPR finlandés-.
La producción mundial de MOX está dominada en un 95% por Areva, cuyo primer cliente es EDF. Desde 2009-2010, se encuentra en cuatro reactores japoneses, incluyendo las franjas 3 y 4 de la central de Fukushima Daiichi. Sin MOX en las centrales francesas, esta actividad de Areva perdería pues su razón de ser. Están en juego 1,7 millardos de euros, para una cifra de negocios global de Areva de más de 7 millardos de euros.
Traducción Faustino Eguberri para VIENTO SUR
Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=4562
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