Diputados laboristas británicos afilan ya los cuchillos para destronar o provocar la dimisión del primer ministro, Gordon Brown, tras sufrir una descomunal derrota en una elección parcial celebrada el pasado jueves. El conservador Edward Timpson se hizo ayer con la representación parlamentaria de una circunscripción inglesa históricamente laborista, el distrito de Crewe y Nantwich. Recogió […]
Diputados laboristas británicos afilan ya los cuchillos para destronar o provocar la dimisión del primer ministro, Gordon Brown, tras sufrir una descomunal derrota en una elección parcial celebrada el pasado jueves.
El conservador Edward Timpson se hizo ayer con la representación parlamentaria de una circunscripción inglesa históricamente laborista, el distrito de Crewe y Nantwich. Recogió el 50% de los votos y provocó un viraje de la izquierda a la derecha del 17,6% respecto a las generales de 2005. El Partido Conservador no había ganado un escaño a los laboristas en una elección parcial desde 1982.
La derrota estaba cantada, pero pocos anticipaban semejante varapalo para el Gobierno. El reparto de votos, con una diferencia de 20 puntos a favor de lostories, coincide con las proyecciones de los sondeos sobre intención de voto en las generales, que han de celebrarse antes de 2010.
De mantenerse la tendencia, el partido de David Cameron reinará en los Comunes con una mayoría masiva.
Es una victoria extraordinaria, pero aún nos queda mucho trabajo por hacer, dijo el líder conservador, consciente de que una elección parcial y los comicios generales son dos cosas diferentes.
Cameron, que enfocó la campaña como un referéndum sobre la gestión de Brown, recogió los frutos de su estrategia. Interpretó la victoria en Crewe como el final del nuevo laborismo y de su reivindicación como el partido de la aspiración y la oportunidad. De trasfondo estaba una campaña laborista empeñada en ridiculizar al candidato tory por ser un señorito de rica herencia industrial, olvidando la máxima que lanzó Tony Blair al arrasar en las generales de 2007: La guerra de clases ha acabado.
En memoria de su madre
La baza clasista salió mal, bloqueando la carrera de Tamsin Dunwood. Aspiraba a recoger la batuta de su madre, la popular diputada izquierdista Gwyneth Dundwoody, cuya súbita muerte provocó la elección.
Tampoco benefició a la candidata laborista sacar a relucir en la campaña las dificultades sociales surgidas con el asentamiento en el distrito de un importante contingente de inmigrantes del este de Europa.
Brown aceptó el resultado como un mensaje de que al electorado le preocupa la subida de los precios de la comida y del carburante. Mi tarea, dijo ayer, es conducir la economía británica por lo que son tiempos difíciles en todos los países del mundo.
Es el tercer descalabro electoral que sufre el laborismo este mes, tras los comicios locales y la alcaldía de Londres, pero el primer ministro sigue aferrado al mantra delbache económico.
Gestor imprudente
La economía influyó en el veredicto porque el electorado ha perdido su confianza en Brown. La reputación del primer ministro como gestor prudente en sus once años al frente del Tesoro británico se hizo añicos el pasado agosto con la crisis del banco Northern Rock.
Su integridad quedó cuestionada por la subida de impuestos a las rentas bajas, que corrigió este mes para frenar una rebelión de sus diputados pero que llegó tarde para evitar el hundimientoen las urnas.
Los laboristas están revueltos, pero reservan el golpe de muerte hasta el congreso, en septiembre. Es el espacio de tiempo que la mayoría parece inclinada a conceder a Brown para reconducir su malogrado proyecto de gobierno.
Hay excepciones y, hoy, el diputado Graham Stringer las puso en contexto, al exigir el recambio de liderazgo antes de que el primer ministro cumpla un año en Downing Street, a finales de junio.
¿Es más dañino para el partido cambiar de líder o confiar en que las cosas mejoren en los próximos dos años?. Éste el genuino debate que mantenemos los diputados y miembros del partido, dijo este viernes a la BBC.
Stringer retó a los miembros del gabinete a presentar su candidatura para destronar a Brown y evitar el desastre electoral en las generales.