El 30 de noviembre podríamos ver la huelga más grande en Gran Bretaña desde la huelga general de 1926 -si luchamos por conseguir la mayor cantidad posible de votos por el «sí». Tres millones de personas trabajadoras están preparadas para hacer huelga el 30 de noviembre. Tienen el poder de transformar la situación política en […]
El 30 de noviembre podríamos ver la huelga más grande en Gran Bretaña desde la huelga general de 1926 -si luchamos por conseguir la mayor cantidad posible de votos por el «sí». Tres millones de personas trabajadoras están preparadas para hacer huelga el 30 de noviembre. Tienen el poder de transformar la situación política en Gran Bretaña.
El sindicato Unison está invitando a votar a su más de un millón de miembros -la votación más grande de la historia sindical. La votación ya va por la segunda semana. Unison ha sido secundada por el sindicato Unite, que esta semana ha enviado papeletas de votación a sus 225.000 miembros del sector público. Y la próxima semana el sindicato GMB iniciará también su votación.
Michael Grisenthwaite es un trabajador del ámbito de la salud mental y miembro de Unison en Leicestershire. Afirma que la gente se está abriendo a unirse al sindicato como hacía años que no veía. «Fui a tres de los más importantes centros de trabajo, y en unos tres días se afiliaron ocho trabajadoras en Unison», dijo al diario Socialist Worker. «Gran parte de ellas eran menores de 35 años. La mayoría nunca había estado en un sindicato, ni sabía a qué se dedican. Sin embargo, cabe destacar el hecho de que era más fácil que estas personas entraran a hablar de política -desde las pensiones hasta Libia, pasando por la privatización de la sanidad pública y el disparate de los banqueros».
Su experiencia no es nada extraña. La lucha es «oficialmente» por las pensiones, ya que este es un tema en que todos los sindicatos del sector público comparten posiciones. Los Conservadores quieren imponer cambios drásticos en las pensiones del sector público. Estos cambios quieren hacer que las trabajadoras contribuyan más al mes por trabajar durante más tiempo y cobrar menos cuando se jubilen. Esto, sumado a la congelación y reducción de salarios, puede llevar a muchas personas a quedarse completamente fuera de los planes de pensiones.
Estos ataques ya son bastante graves. Pero para muchos y muchas trabajadoras, las huelgas del 30 de noviembre tienen mucha más trascendencia. Es una lucha contra todas las políticas de austeridad de los Conservadores; una lucha por cientos de miles de puestos de trabajo y el futuro de los servicios públicos. Todo el movimiento sindical se está preparando para unirse a la acción.
Los sindicatos que ya han ganado votaciones se comprometen con la fecha. Es por ello que muchas personas se están afiliando a los sindicatos, porque quieren participar de la resistencia. Pero la primera batalla que debemos ganar es conseguir sacar votos afirmativos para la huelga los sindicatos. Necesitamos la mayor participación posible. Tenemos que trabajar duro para cada voto.
Un gran número de personas trabajadoras se dan cuenta y señalan que la rabia por el ataque del gobierno es generalizada. Esta vez no se limita a «sospechosos habituales» que normalmente impulsan las huelgas. «La gente con quien he hablado, un hombre y una mujer, dicen que votarán Sí en el referéndum», dijo Michael. «Esta es la experiencia de muchos y muchas. Pero lo importante es moverse e ir a hablar con todos «.
Artículo publicado en Socialist Worker , periódico del Socialist Workers Party, organización hermana de En lucha en Gran Bretaña.
Traducido del inglés por Diego Garrido