Hace siete años Hugo Chávez en Venezuela propuso una nueva constitución que concedía al pueblo más poder para gobernar su propio futuro. Contra los deseos del imperio y su mafia neoliberal, Venezuela enseñó al mundo el camino a recorrer basándose en los conceptos de fraternidad, igualdad y libertad del hombre. Los gobiernos de Grecia, por […]
Hace siete años Hugo Chávez en Venezuela propuso una nueva constitución que concedía al pueblo más poder para gobernar su propio futuro. Contra los deseos del imperio y su mafia neoliberal, Venezuela enseñó al mundo el camino a recorrer basándose en los conceptos de fraternidad, igualdad y libertad del hombre. Los gobiernos de Grecia, por el contrario, identifican la idea de modernidad con la «occidentalidad» y asocian el progreso a la imitación del desarrollo de los centros capitalistas. Ese desarrollo, ya lo sabemos, es sinónimo de mercado.
Apasionado seguidor de la ideología neoliberal, el primer ministro del país K.Karamanlis ha decidido que la constitución que existe no le da suficiente poder para transformar el país. La antigua constitución se votó después de la dictadura de los coroneles (1975) y para K.Karamanlis los parágrafos que se refieren al carácter gratuito de la educación, la protección de los trabajadores y la protección del medio ambiente son factores que paran el desarrollo neoliberal del país. Por supuesto no le molesta el artículo tres de la constitución que dice que la iglesia griega forma parte del estado, sin duda porque una gran mayoría de los fanáticos ortodoxos vota a su partido (Nueva Democracia). Sería un suicidio político para él proponer la separación iglesia-estado reclamada constantemente por la izquierda griega; la iglesia está totalmente en contra de esa separación porque sus sacerdotes reciben dinero del estado y están exentos del pago de impuestos por las numerosas propiedades que conservan. De manera que una medida contraria a los deseos de la iglesia podría tener un gran impacto en su futuro político.
Al dialogo (¿con quien?) iniciado hace unos días sobre la nueva constitución que se votará durante la próxima legislatura en el parlamento (donde los dos partidos mayoritarios suman más del 75% de los votos) Karamanlis propone básicamente cambios radicales en todos los ámbitos que garantizan las condiciones mínimas para la libertad de un pueblo: educación, administración publica, medio ambiente. Por desgracia, el principal partido de la oposición (PASOK), que sin vergüenza dice ser socialista, está a favor de esos cambios. A continuación resumimos aquí los tres más importantes pedidos por Karamanlis:
1) Trasladar al sector público el modelo de contrato del sector privado.
Los trabajadores del sector público se vinculan a la administración mediante contratos fijos, de manera que estén protegidos de las presiones partidistas de los diferentes gobiernos. Desgraciadamente en Grecia el clientelismo y la corrupción han sido siempre muy altas, lo que a lo largo de los años ha generado un sector público hipertrofiado e ineficaz. Pero por eso mismo habrá que concluir que el problema no son los contratos fijos sino la organización y penetración clientelar de la estructura funcionarial. La solución es muy sencilla: existen ya un montón de leyes que ‘castigan’ a los corruptos y ‘enchufados’, leyes que funcionan mal (en realidad no funcionan) como consecuencia de la corrupción, pero que basta aplicar para resolver la cuestión. ¡El problema es la corrupción! Karamanlis, sin embargo, quiere mantener como rehenes a los trabajados por razones políticas. ¡La inseguridad y el miedo son buenos amigos de las dictaduras!
2) Establecer universidades privadas -hasta ahora la constitución dice que la educación tiene que ser gratis en todos los niveles.
Un desvergonzado Karamanlis propone, en efecto, la privatización de la enseñanza superior universitaria basándose en ridículos argumentos que sostienen que la sociedad griega necesita dos tipos de universidades porque: i) las públicas no funcionan bien y por eso no figuran en la lista de los mejores universidades del mundo, ii) las públicas no pueden absorber todas las demandas, de manera que hay muchos estudiantes que salen al extranjero para estudiar y el país pierde importantes recursos fiscales/humanos y iii) las privados serán mas competentes y aumentarán el nivel de la educación en Grecia. En primer lugar Karamanlis debería saber que la educación no es una mercancía; las listas de las mejores universidades se crearon en los EEUU y Gran Bretaña por razones de marketing. Especialmente después de la segunda guerra mundial la lengua inglesa y el pensamiento estadounidense dominan el mundo; esos dos países mercantilizaron la enseñanza para «educar» y al mismo tiempo explotar a las élites del resto del mundo. Esas élites ciegas de vanidad e ignorancia eligen universidades de la misma manera y por las mismas razones que eligen zapatos -normalmente los mas caros- y después vuelven a sus países para invertir y «difundir» su conocimiento. Sin embargo esas listas lo único que demuestran es precisamente la mercantilización de la enseñanza y ninguna otra cosa. No es una casualidad que Karamanlis y gran parte de los miembros del parlamento griego hayan estudiado justamente en Estados Unidos o Inglaterra.
Segundo, la universidades publicas griegas no funcionan bien no porque los profesores sean vagos y corruptos, como dice la propaganda gubernamental, sino porque los gobiernos de los últimos 25 años prometieron dedicar a ese capítulo el 5% del presupuesto general del Estado y dan solamente 3% , destinando el resto a la compra de armas. Al mismo tiempo es el gobierno el que decide el número de estudiantes que ingresan cada año en las universidades. Por eso hay universidades que cuentan con una infraestructura limitada que sólo permite acoger a 100 alumnos ¡y el gobierno decide que entren 1000! El problema de la educación superior en Grecia no es pues, que las universidades sean malas sino que el gobierno hace todo lo posible para que lo sean, reduciendo el presupuesto y tomando decisiones que deberían ser tomadas por la propia universidad.
¿Qué objetivos se persigue y qué consecuencias se derivarán de la privatización de la Universidad?
i) La Iglesia Griega (íntima aliada del gobierno) va a crear universidades religiosas para educar a sus propios investigadores ideologizados y fanáticos. Las grandes universidades extranjeras, por su parte, van a abrir pequeñas sucursales en nuestro país pensando obviamente sólo en la ganancia y no en la educación (diplomas fast-food con entrega a domicilio).Tenemos que tener en cuenta que las universidades privadas van a ser además financiadas por el Estado, lo que significa menos dinero para las publicas, ya muy mermadas en sus recursos, y mas para algunos empresarios.
ii) La segmentación de las clases. Los pobres van a ser confinados con los pobres sin que se les ofrezca ninguna vía para salir de sus miserias. La sociedad del mercado, sin duda, elegirá sus «productos» de entre las instituciones privadas y los estudiantes de la enseñanza pública pasarán a nutrir el nuevo proletariado.
Iii) Nos encontraremos con una nueva clase académica obligada a trabajar en condiciones medievales a merced de los intereses económicos e ideológicos privados y sometidos al permanente chantaje de sus «patrones
iv) Tendremos además una sociedad orientada únicamente a la educación técnica (ingeniería, administración, marketing etc.), y las disciplinas sociales, teóricas y humanísticaas, prescindibles para el mercado, están condenadas a desaparecer. Los dictadores neoliberales piensan que así van a matar la crítica y la rebeldía.
v) Por último, habrá menos dinero para la educación publica (ya no es necesario porque están los fondos privados) y más para la compra de armamento.
3) Ambiente protegido.
La constitución dice que las zonas de bosques están protegidas de cualquier otro uso (construcción); lo mismo vale para las zonas costeras. Karamanlis quiere cambiar esto e incorporar a la constitución un artículo que dice que las zonas declaradas bajo protección tienen que ser revisadas porque, 25 años después de aprobada la constitución, las condiciones sociales y demográficas han cambiado (población, urbanismo, turismo etc.). El argumento parece lógico pero oculta la misma sucia estratagema que los otros cambios propuestos. La población griega apenas si ha aumentado en las últimas décadas; Grecia es de hecho uno de los países menos pobladas de Europa. En cuanto al turismo, el argumento tampoco es válido porque el sector turistico está ya suficientemente desarrollado -en términos neoliberales- y una mayor explotación de la naturaleza no va a atraer más turistas. El plan de Karamanlis es en realidad el de conceder a los constructores-traficantes (tan criminales y poderosos como los narcotraficantes) zonas próximas a las grandes ciudades y en las islas a precios muy bajos, de manera que no sólo las empresas de construcción van a obtener vertiginosos beneficios sino que las ciudades van a crecer de manera inhumana -destruyendo totalmente el equilibrio ciudad-campo- y las más bellas playas de Grecia se van a llenar de mega-hoteles. Ojo, la mayoría de los medios de comunicación están controlados por grandes contratistas y el apoyo al gobierno, por tanto, va a estar asegurado.
Conclusión
La mafia neoliberal global, utilizando como marioneta al primer ministro Karamanlis, intenta dar un «golpe de estado» constitucional a sabiendas de que es más fácil utilizar la democracia representativa para imponer sus ideas que los coroneles u otras formas de dictadura. Como sostuve en otro artículo anterior los griegos parecen vivir en la isla de la bruja Circe, no recuerdan el pasado ni piensan en futuro. Están hechizados por una especie hedonismo temporal consumista, ciegos a los primeros signos ya evidentes de decadencia. La discusión sobre la nueva constitución que se desarrolla en estos días en Grecia no gira tanto sobre los propósitos sino sobre la micro-política. Los medios de comunicación (en manos las constructoras) llaman más la atención sobre el comportamiento de algunos diputados que sobre el verdadero núcleo del problema; es decir, el neoliberalismo brutal y sus consecuencias. Confío en que la proyectada dictadura no se convierta en la tumba de un pueblo moribundo sino que sea el comienzo de una resistencia destinada a rehabilitar la dignidad de la sociedad griega, siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos en Venezuela. ¡Resistir hasta el final!