Traducción Susana Merino
Entrevista a uno de los activistas de Exarchia, barrio de Atenas, considerado corazón del movimiento de protesta, entre dudas y sospechas.
Extraños días en Grecia. Luego de que todo el mundo, superada la quiebra del Estado helénico, se se hallaba ya preocupado por otras cosas, he aquí que Atenas vuelve a las primeras páginas de los periódicos. No menos de 14 encomiendas con bombas, destinadas a distintos líderes políticos europeos y a algunas embajadas de la capital griega han sido desactivadas o solo causado daños leves.
Dos muchachos de 22 y 24 años, fueron detenidos ayer, poco después de haber intentado despachar un paquete en una agencia postal internacional. Destinatario: Nicolas Sarkozy, presidente francés. El artefacto de fabricación artesanal, muy elemental, estalló solo y los dos muchachos huyeron pero terminaron en las manos de una patrulla de policía que se hallaba allí por casualidad. Universitarios y sin antecedentes penales. Dos muchachos como miles de otros, sin vínculos evidentes con grupos u organizaciones, difícilmente individualizables en medio de tanta bronca.
El 7 de noviembre próximo Grecia va a las urnas en elecciones administrativas. El gobierno de centro izquierda liderado por el premier George Papandreu se presenta ante el electorado con el objeto de pedirle al pueblo un voto de confianza, luego de las dramáticas medidas de austeridad decretadas para poder obtener un préstamo de la comunidad internacional
Una situación tensa y confusa, en la que llegan paquetes bombas. Exarchia, barrio ateniense, centro vital de las luchas y las protestas, parece ser el punto de referencia de esta furiosa humanidad. Barrio anárquico, dicen. Precisamente contra los anárquicos «Insurrectos» se dirigen las investigaciones sobre los culpables de la estrategia de los paquetes bomba. Una galaxia inescrutable, no más ortodoxa y organizada que la Lucha Revolucionaria de los años Setenta. Grupos de Violencia Metropolitana, Secta de los Revolucionarios, Conspiración de los Núcleos de Fuego y otros nombres similares, entre una novela de Salgari y una de Philip K. Dick
¿Qué está sucediendo en Grecia? Peace Reporter se lo ha preguntado a Ghiorgos, de la Red para los Derechos de los Inmigrantes, animador del Centro Social Diktio, uno de los históricos lugares de Exarchia.
Partamos de los dos detenidos ¿Quiénes son?
Se trata de una situación muy particular, es más, muy interesante, tanto desde el punto de vista político como social. Grupos sueltos, con no necesariamente buena relación entre sí. En el barrio existen tensiones no solo entre grupos sino entre las personas – muchas de cierta edad – que viven allí. Se está buscando también el diálogo, por medio de encuentros, para resolver algunos problemas. Por ejemplo: hace un tiempo fueron incendiados dos automóviles. Las llamas dañaron un edificio habitado por personas ancianas. Existen reglamentos y se espera que aún autoevaluándose los daños se encuentre el dinero para remediar el perjuicio que salvo por las reivindicaciones nada tienen que ver con el asunto. Con relación al pasado resulta difícil individualizar quién anima estos grupos sueltos. Puede pensarse que tras ellos, existen ultras vinculados a los «barras bravas» organizadas de los clubes de fútbol. Un elemento nuevo.
¿Existe mayor claridad con relación a las motivaciones o a la estrategia de las acciones como las ocurridas en estos días?
No. Resulta complicado entender el porqué de una iniciativa como esta. ¿Cual es el objetivo? ¿Qué resultado se pretendía obtener con este tipo de acciones? A primera vista parecen improvisadas, pero tal vez sea una explicación demasiado simplista. Debe haber un porqué aunque por el momento no esté realmente claro. Un elemento interesante puede ser la proximidad de la próxima elección administrativa del 7 de noviembre. El gobierno ha cambiado totalmente de actitud. Hasta hace poco tiempo, el ejecutivo desvinculaba el voto del domingo de la política nacional, en primer término de la económica.. Ahora luego de estos hechos ha cambiado de enfoque. Ahora emitir el voto está siendo presentado como un acto de responsabilidad, que puede poner en riesgo el plan internacional de salvataje de Grecia. Una especie de plebiscito sobre la política gubernamental. Tal vez esto sucede porque las encuestas no están siendo nada favorables al gobierno.
¿Por lo tanto es una estrategia que resulta útil al poder que se pretende combatir?
Inculcar un poco de terror a la gente, ayuda impulsándola a votar por la estabilidad y por lo tanto por el gobierno. Lo que muchos entienden es esto: estos paquetes terminan por ayudar al gobierno. El miedo puede cambiar el voto. Por lo tanto aparecen tantas perplejidades. No hay caso, son tantos los que se han sentido engañados del modo como los medios han presentado a estos dos muchachos detenidos, no solo entre los militantes más activos. Se percibe distancia de ciertos métodos y de ciertas estrategias, también por motivos internos de los movimientos de oposición. Una distancia, que luego de los hechos de estos días, se siente más aún.
http://it.peacereporter.net/