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Entrevista a Nina Potarskaya, militante de la izquierda feminista ucraniana

«Hay que resistir a la polarización nacionalista y a la invasión rusa»

Fuentes: Europe Solidaire

Nina Potarskaya es una de las figuras de la izquierda feminista ucraniana que impulsó los grupos feministas de Maidán; es miembro de la Oposición de Izquierdas y participó en la organización de varias conferencias de las fuerzas de izquierda en Kiev, en noviembre de 2013 y marzo y septiembre de 2014. La última de ellas […]

Nina Potarskaya es una de las figuras de la izquierda feminista ucraniana que impulsó los grupos feministas de Maidán; es miembro de la Oposición de Izquierdas y participó en la organización de varias conferencias de las fuerzas de izquierda en Kiev, en noviembre de 2013 y marzo y septiembre de 2014. La última de ellas decidió construir un Partido Democrático de Izquierdas, que es la primera tentativa de ese tipo en Ucrania.

-Jean Batou.- ¿Puedes explicar la dinámica social y política del proceso de Maidán, que llevó al derrocamiento del régimen de Yanukovich en febrero de 2014 e intentar mostrarnos la diferencia con el curso actual de los acontecimientos en el Este del país?

-Nina Potarskaya.- En primer lugar, quisiera recordar la naturaleza de las protestas sociales en Ucrania antes y después de Maidán. Las encuestas de opinión muestran que durante los cuatro últimos años, las principales razones del descontento popular, tanto en el Este como en el Oeste del país, se debían a problemas económicos. De ahí que, las protestas contra la crisis económica y social hayan ido en aumento en el último período. La cólera estalló tras la no ratificación del Acuerdo de asociación Ucrania-UE a finales de noviembre de 2013, lo que llevó a las primeras manifestaciones de Maidán mayoritarios en esa parte de Ucrania, siguen la actualidad a través de los media rusos que no decían nada de las verdaderas razones de las manifestaciones de Maidán. Oían hablar de un levantamiento organizado por neonazis que debía ser frenado por todos los medios. Por supuesto, la extrema derecha jugó un papel importante en Maidán, pero era falso decir que era un movimiento de extrema derecha. Los medios rusos explicaron a la gente del Este que ese movimiento constituía un peligro real para ella, lo que llevó a determinada gente a salir a la calle pensando que había que hacer algo para luchar contra los fascistas.

He sido una de las fundadoras y de las organizadoras del sector de mujeres de Maidán -porque las y los manifestantes estaban divididos en diferentes sectores. Este grupo estaba compuesto por una veintena de mujeres muy activas que disponía de una influencia mucho más amplia. Una de las acciones de este grupo de mujeres consistió en enviar una delegación a Járkov, donde se desarrollaba un movimiento anti-Maidán, para reunirse con mujeres en una plaza ocupada por manifestantes anti-Maidán. Las primeras reacciones de esas mujeres fueron muy negativas y fuimos agredidas incluso físicamente. Pero cuando logramos establecer un diálogo, encontramos un lenguaje común porque comprobamos que las preocupaciones sociales de nuestros movimientos eran absolutamente similares. Eran los media los que interpretaban mal la naturaleza de nuestro movimiento, manipulando a la población y creando una seria diferenciación entre las partes oriental y occidental del país.

-¿Cómo se pueden valorar los respectivos papeles de las tropas rusas y de los activistas ucranianos en el crecimiento de un movimiento separatista que ha llevado a la formación de dos repúblicas populares autoproclamadas del Donetsk y de Lugansk en abril-mayo 2014?

-Cuando la gente de la cuenca de Donbass comenzón a movilizarse contra lo que percibían como una potencial amenaza fascista, numerosos ucranianos del Este tuvieron la impresión de que, dado que los rusos habían podido apoderarse de Crimea sin derramamiento de sangre, iban a vivir el mismo guión. Al principio, aunque sea difícil decir en qué medida, la perspectiva de un Estado separado era, sin duda, bastante popular debido a que muchos ucranianos del Este odiaban tanto a Yanukovich como a su rival Poroshenko. Pero como la situación cambiaba muy rápidamente, la opinión pública era muy volátil. En mayo, cuando el ejército ucraniano recuperó el control de Kramatorsk, en la parte septentrional del Donetsk, tuvimos la oportunidad de hablar a gente de esa ciudad y nos dijeron que detestaban todos los uniformes militares, fueran de quien fueran.

En todo lo caso, cuando se dieron cuenta de que su situación no era la misma que la de Crimea, los ucranianos orientales comenzaron a escuchar un montón de rumores sobre que la enseñanza y el uso de la lengua rusa iban a ser prohibidos y que era preciso que actuar para defender sus derechos. A finales de abril, militares rusos disfrazados de civiles pertenecientes a unidades de autodefensa comenzaron a infiltrarse en el este de Ucrania y ocuparon los edificios oficiales, reemplazando de inmediato a manifestantes ucranianos anti-Maidán que los ocupaban. Los rusos son fáciles de reconocer porque hablan con un acento diferente y utilizan palabras y giros diferentes. Cuando entraron en Sláviansk, pidiendo a la gente que abandonara la calle, emplearon un termino típicamente ruso para designar la señalización que separa las calles rodadas de las zonas peatonales. Pero cuando los y las militantes anti-Maidán comprobaron que ya no estarían autorizados a ocupar edificios de nuevo, salieron a la calle, adoptando una retórica prorusa y con banderas rusas, probablemente bajo la influencia de agitadores rusos.

Incluso si el tamaño de sus manifestaciones era limitado, esto no significa que no tuvieran el apoyo de una amplia parte de la población. En efecto, recientemente la gente de Lugansk nos ha dicho que el salir a la calle era una forma poco habitual de protestar en el este de Ucrania. Por eso, no se puede deducir que por su tamaño limitado, esas manifestaciones no tuvieran un amplio apoyo de la población. En cualquier caso, no hay ningún medio concluyente para medir la proporción de la población que apoya a las dos «Repúblicas populares» autoproclamadas de Donetsk y de Lugansk. En lo que se refiere a la violencia contra los civiles, es también difícil definir las responsabilidades de los dos campos adecuadamente, porque cada uno de ellos acusa al campo contrario. No hay fuente de información independiente, y si se cree a la población, los dos campos se han comportado mal.

-¿Cómo se combina el sentimiento nacional ucraniano con las reivindicaciones sociales del pueblo? Los trabajadores ¿han dejado de movilizarse en defensa de sus intereses?

-La cuestión es cómo situar los temas sociales en un primer plano. Pero, por supuesto, en una situación de guerra, la gente deja de pensar en sus reivindicaciones sociales. El mes de agosto hemos observado en todas partes el incremento de las movilizaciones patrióticas impulsadas por un sentimiento nacional cada vez más acentuado. Las movilizaciones antirusas y antiseparatistas toman amplitud en el oeste, pero las razones sociales y políticas por las que la gente salió a la calle el año pasado -por ejemplo, la lucha contra la corrupción- cada ocupan vez menos el primer plano.

Hay dos tipos de sindicatos en Ucrania. La Federación de Sindicatos viene de la vieja cultura soviética y, sin más, apoya lo que dice el gobierno; tampoco jugó un papel importante en la reforma de la legislación laboral. Pero hay también sindicatos independientes que se formaron durante la perestroika; son mucho más activos, sobre todo a nivel local, y algunos de ellos son bastante fuertes. Sin embargo el líder de esos sindicatos independientes es un político muy conocido; apoya al gobierno ucraniano, aunque evite recurrir a cualquier forma de discurso provocador. Existen posiciones políticas conflictivas en el seno de este sindicato, pero ninguna tiene que ver con una posición neutra contra la guerra.

-¿Cuál ha sido el resultado de la reciente conferencia de la izquierda en Kiev? ¿Ves posibilidades de construir hoy en Ucrania un partido democrático unificado de la izquierda? ¿Qué fuerzas estarían dispuestas a cooperar en esta perspectiva? ¿Cómo ves la forma y el funcionamiento de un partido así?

-Actualmente tenemos la posibilidad de unir bajo el paraguas de un partido democrático de izquierdas a sindicalistas independientes y a miembros de ONG-s y de fuerzas políticas progresistas. Ese fue el objetivo de nuestro último encuentro de Kiev. La conferencia decidió poner en pie un comité organizador que ha comenzado a trabajar en un documento fundacional.

Hemos querido hacer esto de forma democrática y transparente pero, evidentemente, un proceso democrático toma su tiempo. Hemos debatido sobre nuestra voluntad de hacer conjuntamente política de otra manera, lo que podemos resumir en algunos puntos muy sencillos. En primer lugar, no queremos miembros cuyas rentas superen un cierto nivel. En segundo lugar, las finanzas del partido deben ser transparentes, que todas las transacciones sean públicas: todo lo que recibimos o gastamos debe ser conocido por todo el mundo. En fin, nuestras decisiones deben ser tomadas por asambleas abiertas, comprendiendo tantos militantes de base como sea posible; no corresponde a la dirección tomar decisiones, por lo que debemos desarrollar procedimientos internos, incluso en internet, que permitan a todos los miembros del partido estar implicados (…)

Fuente original: http://www.europe-solidaire.org/spi…

Entrevista realizada en Ginebra con la colaboración de Kirill Buketov. Versión original completa en inglés en http://newpol.org/content/ukraine-r…

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR