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«Hijos de Don Quijote» siguen su lucha en Francia

Fuentes: Prensa Latina

La lentitud en la entrega de albergue a miles de ciudadanos sin vivienda en Francia provocó hoy que los Hijos de Don Quijote volvieran a colorear el panorama parisino alrededor del canal de Saint Martín. La iniciativa de los hermanos Legrand de «ponerles nombres y colores» a los ciudadanos Sin Domicilio Fijo (SDF), trajo como […]

La lentitud en la entrega de albergue a miles de ciudadanos sin vivienda en Francia provocó hoy que los Hijos de Don Quijote volvieran a colorear el panorama parisino alrededor del canal de Saint Martín.

La iniciativa de los hermanos Legrand de «ponerles nombres y colores» a los ciudadanos Sin Domicilio Fijo (SDF), trajo como resultado una acción del actual gobierno para hacer el derecho a vivienda exigible ante los tribunales en Francia.

Empero la primera parte del proceso, que era resolver todos los casos de personas que no tienen donde pasar la noche en uno de los siete países más desarrollados del mundo, se dilató tremendamente.

Augustín Legrand, actor devenido portavoz de Los Hijos de Don Quijote, dijo a la prensa que si bien se llegó a un arreglo la situación sigue siendo desesperada para mucha gente, que decidió volver a poner sus tiendas de campaña alrededor del canal de Saint Martín.

En fecha reciente, el periodista Jacques Cottú, autor del libro «Los siete millones de trabajadores pobres en Francia», consideró «una vergüenza para una nación que derrocha riquezas por todas partes», que subsistan tantas disparidades.

Las estadísticas son aún más desoladoras en otros renglones. Alrededor del 30 por ciento de la población gala afronta dificultades para escribir, leer y contar, según fuentes oficiales.

Otro 30 por ciento integra el ejército de desempleados. Personas sin vivienda duermen en las calles casi cinco horas y media por día, y de ellas el 29 por ciento de hombres y 50 por ciento de mujeres son objeto de agresiones físicas.

Por si fuera poco, el periodista Cottú asegura que pudieran existir más de 100 mil ciudadanos en la categoría de «invisibles», porque no tienen registro alguno y deambulan por las calles sin control alguno.

Los Hijos de Don Quijote estremecieron al país en plenas Navidades del pasado año, al instalarse en zonas elitistas de esta capital y otras ciudades para llamar la atención de sus dramas personales.

Semejante contraste ante las fiestas de fin de año y ante un flujo extraordinario de turistas extranjeros, escandalizó hasta el presidente de la República, Jacques Chirac, que conminó a su gobierno a hallar soluciones inmediatas.

El Ministerio de Cohesión Social anunció que se dispondrían de 27 mil 100 plazas de acogida nuevas, frente a las 13 mil 500 existentes en la actualidad, «para garantizar un alojamiento digno y decente».

Por su parte, el primer ministro galo, Dominique de Villepin, presentó a su gabinete un proyecto de ley para que el derecho a una casa pueda ser exigible ante los tribunales.

La futura legislación contempla que el Estado será garante jurídico del derecho a una casa. Una vez implementada, beneficiará a las personas afectadas a partir de los finales del 2008.

También, de acuerdo con fuentes oficiales, incidirá de manera favorable en trabajadores con bajos ingresos y madres solteras.

Sin embargo, no será hasta enero de 2012 que se permitirá exigir una vivienda a todas las familias o personas que habiten casas insalubres o indignas.

Tres millones de personas en Francia viven en casas de mala categoría, un millón no tiene alojamiento y de ellos, más de 100 mil duermen en la calle, según la Asociación ATD Cuarto Mundo.