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Huelga general en Grecia: la décima en un año

Fuentes: Peace Reporter

Bajo el peso del fracaso del plan de salvamento que comenzó el 6 de mayo de 2010 y de los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de policía, decenas de miles de personas se manifestaron contra las políticas de austeridad. Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti

Aristea tiene alrededor de cincuenta años, examina la plaza con una rabia tal en la mirada que ni siquiera sus gafas oscuras pueden ocultar. En el pecho, con letras negras sobre fondo blanco cuenta la vida de las personas que trabajan en una guardería pública, que carece de lo necesario para un buen funcionamiento y que, a partir de septiembre, albergará a más niños durante más horas a la semana, con menos personal cuyo salario yase ha visto afectado por los recortes que dicta la política económica impuesta por el gobierno griego. »Nos están destruyendo», afirma Aristea, «ni las guarderías van a salvar de la guadaña del Ministerio de Educación,que cierra escuelas y las unifica en nombre de la recuperación económica. Sin embargo, me pregunto: ¿dónde han ido a parar los ahorros del año pasado? ¿por qué se mantiene el déficit en más del 10 por ciento? ¿qué pasará con la deuda? La situación es insostenible», concluye frunciendo el ceño.

Desde el palco que está enfrente, el orador apunta contra las «políticas que hacen que se dispare el desempleo, que crezcan formas de empleo falso, que se derrumben los convenios colectivos y los derechos de los trabajadores, que malvendan las empresas de servicios públicos y la riqueza del estado, y que al mismo tiempo alejan Grecia de la salida de la crisis». Anna, una chica jovencísima, lo escucha, mientras porfía para que quien quiera entrar en el bar cuya entrada está bloqueando a tomar un café, desista:»El bar está ocupado, no puede asistir a un evento y, a la vez, pedir a un empleado que no puede hacer huelga, por miedo a un posible despido, una servicio que, en un día como este, no se debe hacer».

Elena ha cambiado de opinión, nunca había pensado en ello y cree que Anna tiene razón:»Realmente no había caído en ello. Siento ansia por mi trabajo. Para venir a la manifestación tengo que pedir vacaciones: no puedo decir que hago huelga, desde luego. La compañía donde trabajo es de Chipre. En cuatro meses ha cerrado tres oficinas provinciales y se ha quedado solo con la de Atenas. En julio éramos sesenta y cinco; ahora somos diecinueve. O no nos pagano lo hacen con mucho retraso. Los trabajadores, sobre todo sirios y egipcios, llevan correos electrónicos o sms para demostrar la urgencia de tener que volver a casa. Pero no les dejan, a menudo les he visto salir llorando. No les pagan y el dinero para el viaje no les llega. Lo que más me pesa, sin embargo, es la incertidumbre, pero tal vez ni siquiera mis jefes saben lo que van a hacer en los próximos meses. Si pierdo mi trabajo, no sé qué será de mí y mi hija: no se mueve nada, y empresas sanas como las multinacionales, han aprovechado la circunstancia y no hacen más que reducir salarios, incluso trescientos euros al mes, y aumentar las horas extraordinarias y no remuneradas.»

Andrea se ríe sarcásticamente:»Cuarenta y dos despidos en dieciocho meses, yo me he librado porque soy sindicalista». Trabaja para una editorial antigua e importante con un pasado de lucha por la democracia y la libertad, pero que ahora, aplicando la nueva legislación que privilegia los contratos de empresa frente a los de categoría, no hace sino seguir al pie de la letra la ley que debería servir para aumentar la competitividad de la economía griega.
Una competitividad que parece reducirse a esta disyuntiva elemental por la forma::»trabajo a turnos o despido» (con compensación de la mitad en comparación con el sistema de antes de la crisis).

Mientras los manifestantes dicen que nada le deben a los que han robado y saqueado el país, se asoman dos ideas tímidamente dos ideas no muy bien definidas: exigir un referéndum imitando lo de Islandia contra del Pacto del Euro de marzo y el memorándum que estableció el préstamo hace un año, y, por otro lado, la idea de crear una Comisión Internacional de control contable del conjunto de la deuda griega(ELE). Nuevas ideas que se estrellan contra un paisaje  de una crisis desoladora que afecta a toda la clase política y que cuestiona a la sociedad en su conjunto.

La manifestación está a punto de terminar, pero se oyen a lo lejos las sirenas de una larga fila de ambulancias: luego, por la tarde, once manifestantes fueron llevados al hospital, uno de ellos en estado de coma. Todos ellos víctimas, una vez más, de porrazos de los antidisturbios.

Fuente: http://it.peacereporter.net/articolo/28438/Sciopero+generale+in+Grecia%3A+il+decimo+in+un+anno