En medio de la avalancha de acusaciones sobre la corrupción estatal y el saqueo del seguro social en Honduras, además del inicio de una maniobra militar estadounidense la cual parece ratificará la intervención permanente, los libertarios de ultraderecha agrupados en el Instituto Seasteaders, convocan a una conferencia en la ciudad de San Francisco (California), para […]
En medio de la avalancha de acusaciones sobre la corrupción estatal y el saqueo del seguro social en Honduras, además del inicio de una maniobra militar estadounidense la cual parece ratificará la intervención permanente, los libertarios de ultraderecha agrupados en el Instituto Seasteaders, convocan a una conferencia en la ciudad de San Francisco (California), para el próximo 8 de junio denominada «Interrumpiendo la Democracia: Variedad en la gobernanza para los hondureños».
La conferencia en su invitación original incluía como expositor a Juan Orlando Hernández, actual mandatario de Honduras, el que aparentemente ha sido suplantado por Octavio Sanchez, acreditado como arquitecto de la legislación ZEDE, y a Ebel Diaz, secretario de la presidencia.
Seasteaders viene promoviendo la creación de islas flotantes independientes, para así lograr eludir las leyes y restricciones por parte de lo estados-nación, dando lugar a un micro estado que responderá a los intereses económicos y políticos de la elite relacionada con el valle del Silicón, epicentro en las últimas décadas de la revolución tecnológica.
Uno de sus fundadores es Patri Friedman, nieto de uno de los padres del neoliberalismo, el cual es financiado por Peter Thiel, una especie de rey midas que además ser uno de los financistas originales de facebook y dueño de Palantir, empresa dedicada a la minería de datos y el espionaje, viene impulsando proyectos de eugenesia. Tanto Friedman como Thiel han indicado en diversas ocasiones su desprecio por la democracia como forma de gobierno, y señalan que no es compatible con la libertad.
Honduras ha sufrido a partir del año 2009 una serie de golpes de estado, incluyendo el golpe a la Corte Suprema desde el Congreso Nacional, a raíz de la declaración de inconstitucionalidad de las ciudades modelo (12-12-12). Para es entonces el promotor original de la idea, el economista Paul Romer, se había retirado de la Junta de Notables a cargo de la transparencia del proyecto, ante las inconsistencias del gobierno hondureño.
Romer, con anterioridad, trató de implementar una ciudad modelo en la isla Madagascar, donde el pueblo procedió a defenestrar a Marc Ravalomonana, cuando pretendió ceder parte de la isla a la empresa coreana Daewoo, filial de POSCO, para la siembra de palma africana y granos básicos.
Las ciudades modelo fueron reintroducidas en el año 2013, bajo el nombre de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, copiando el nombre de la ZEDE promovidas por el Ecuador las que su acrónimo responde a Zonas Especiales de Desarrollo Ecónomico, proyecto que difiere totalmente del promovido por Honduras al no comprometer la soberanía nacional.
Para los libertarios de ultraderecha estadounidense, el retroceso histórico acontecido en Honduras, convirtió al país en un posible escenario donde llevar a efecto sus experimentos políticos. En el caso de Seasteaders pintan sus plataformas flotantes como el lugar indicado para llevar a efecto una serie de investigaciones de biotecnología y medicina que dentro de Estados Unidos les sería imposible. Al mismo tiempo consideran al acuicultura y la utilización de algas como posibles soluciones a la crisis alimentaria y el cambio climático.
Sin embargo, las interesantes y posibles soluciones que emanan de Seasteaders formulan además la creación de regímenes con un sello de clase, donde se vislumbra un enorme abismo entre aquellos que habitan en el siglo XXI y los que han sido relegados por la historia. Algo así como los Eloi y Morlocks descritos en «La máquina del tiempo», la novela de H. G Wells, en la cual describe una sociedad futurista donde existe una minoría que habita la superficie de la tierra mientras la gran mayoría de sirvientes están condenado a un inframundo subterráneo.
En su mayoría los liberatorios de ultraderecha se consideran discípulos de la escritora Ayn Rand, autora de la novela «La rebelión del Atlas», libro en el que relata la rebelión de los empresarios de Estados Unidos contra el gobierno y políticos. Con el nombre de neorreaccionarios, o de la ilustración obscura (dark enlightenment) empresarios y académicos celebran el fin del estado para dar luz a nuevas formas de gobernanza.
Ciertamente en Honduras se vive un caos inducido, que ha colocado a la democracia al borde del abismo. Recientemente la Organización Mundial de la Salud señaló un promedio de 102 asesinatos por cada cien mil habitantes, cifra que lo califica como el mas violento del planeta. La impunidad alcanza al 95% de los homicidios, y el debacle causado por el saqueo de instituciones estatales ha destruido el sistema de salud nacional.
No obstante la solución que pretende un grupúsculo de políticos y empresarios de rematar zonas del país al capital extranjero, donde se les permitirá una tabula rasa jurídica, es un simple negocio de la elite de poder, que dará lugar a islas de afluencia circundadas por un mar de pobreza y violencia. El fracaso de Honduras esta relacionado directamente con la condición de piratas de aquellos que han ejercido el poder y se han asociado con el narcotráfico en las ultimas décadas, permitiendo el colapso del sistema jurídico y la putrefacción de las fuerzas de seguridad.
Mientras en San Francisco se planifican las nuevas formas de gobernanza para Honduras,en la isla de Zacate Grande, golfo de Fonseca, se ha declarado un toque de queda. Casualmente en un paraje vecino a donde pretenden los libertarios colocar en un inicio sus plataformas flotantes. A pesar de la campaña internacional de que en Honduras «todo está mejorando y que no existen graves problemas» presentada por la actual administración, existe una enorme oposición en el país a las ciudades modelo, ante la tendencia a finiquitar el republicanismo y sepultar lo que queda de democracia, en pos de la creación de monarquías independientes que acelerarán el colapso de las Honduras en que vivimos.
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