Los italianos rechazado mayoritariamente una propuesta de reforma de la Constitución que habría reforzado los poderes del primer ministro y dado más autonomía las regiones que fue elaborada por el antiguo Gobierno del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Los resultados casi completos del escrutinio dieron al «no» un 61,7 por ciento de los votos – […]
Los italianos rechazado mayoritariamente una propuesta de reforma de la Constitución que habría reforzado los poderes del primer ministro y dado más autonomía las regiones que fue elaborada por el antiguo Gobierno del ex primer ministro Silvio Berlusconi.
El «sí», apoyado por la oposición de centro-derecha del ex primer ministro Silvio Berlusconi, que aprobó las reformas cuando estaba en el Gobierno, obtuvo el 38,4 por ciento.
Prodi, que sale muy reforzado de la consulta, declaró que «los cambios constitucionales necesitan el apoyo más amplio posible y no sólo los de la mayoría en el Gobierno, y que emprenderá inmediatamente los contactos con las fuerzas políticas para una reforma.
Berlusconi, en cambio, a sólo dos meses de dejar el poder, sufre un golpe a su liderazgo de la oposición. Al conocer el resultado afirmó sentirse «entristecido», y convocó una reunión de urgencia con sus socios políticos, informaron medios,
Los proponentes de la reforma defendían que se pondría fin al medio siglo de gobiernos cambiantes y ahorrar dinero reduciendo el número de diputados, mientras que el centro-izquierda, que lleva en el poder apenas un mes, sostenía que los cambios dividirían el país, debilitarían la ya de por sí afectada oficina del presidente y acabarían costándole a Italia miles de millones de euros.
La coalición de centro-derecha impulsó la reforma más radical de la Constitución, que tiene 58 años, antes de perder el poder, pero necesitaba un referéndum porque no logró los dos tercios de mayoría parlamentaria, aunque en esta ocasión no había el quórum del 50 por ciento más uno.
La Carta Magna fue redactada después de la Segunda Guerra Mundial para impedir la vuelta de un dictador como Benito Mussolini.
Los cambios reforzaban al primer ministro, permitiéndole destituir a ministros y disolver el Parlamento. Sin embargo, Prodi dijo que los cambios convertirían al presidente de la República en un «notario sin poderes».
Además daba a las 20 regiones del país autonomía plena sobre sanidad, educación y seguridad – una iniciativa que los críticos decían beneficiará al norte a expensas del sur, más pobre – y además reducía el número de diputados.
POSIBLE DIVISIÓN DEL CENTRO-DERECHA
Uno de los partidos de la coalición de centro-derecha, la Liga Norte, que encabeza la iniciativa, había insinuado ya que podrían dejarla si pierde el «sí». Su líder, Umberto Bossi, prometió continuar con su lucha de 20 años para un estatus diferenciado.
«Las zonas más avanzadas del país han votado ‘sí’, han votado por el ‘no’ las que creen en el asistencialismo, pero seguiremos adelante. Escoceses, galeses y catalanes lo han intentado varias veces», declaró.
Las únicas regiones en la que ha triunfado el resultado positivo están en el norte, Lombardía, en la que se encuentra Milán, con un 54,7 por ciento, y Véneto, con el 55,4 por ciento. El «no» fue abrumadoramente mayoritario en el sur, en cambio, con un 82,5 por ciento en Calabria.