Días atrás, el diario «La República» informó al país una gran iniciativa por parte de la Fiscalía de la Nación: la creación del Equipo Especial Anti «Cuellos Blancos», su objetivo es investigar y obviamente sancionar a nivel nacional conforme a ley, a todos aquellos delincuentes disfrazados de jueces y fiscales que en alianza con los […]
Días atrás, el diario «La República» informó al país una gran iniciativa por parte de la Fiscalía de la Nación: la creación del Equipo Especial Anti «Cuellos Blancos», su objetivo es investigar y obviamente sancionar a nivel nacional conforme a ley, a todos aquellos delincuentes disfrazados de jueces y fiscales que en alianza con los bárbaros seudo políticos, vienen destruyendo al país con la corrupción por los cuatro puntos cardinales, hecho demencial por el cual se pierden 17 mil millones de soles al año; dinero que administrado por gente honesta y honorable, podría ser mejor invertido en beneficio del progreso de la Nación.
Cabe resaltar que este equipo fue inicialmente formado por las valientes fiscales Sandra Castro y Rocío Sánchez, mujeres ejemplares, honestas, que arriesgan su vida y la de su familia en aras de contribuir a la limpieza moral en el país.
Una pregunta recurrente es: ¿Por qué existe gente tan corrupta? ¿Por qué esta obsesión de hundirse en la mierda día a día sabiendo el daño que le hacen a su honor familiar, a su ciudad, región y/o país?
Como ya lo he manifestado en artículos anteriores, la explicación requiere la ayuda de la Neurociencia, disciplina que está revolucionando el presente siglo. El Dr. John Medina, manifiesta que en su capacidad para poner atención, el cerebro NO PUEDE REALIZAR VARIAS TAREAS A LA VEZ (1). Es decir, el funcionario público se concentra y focaliza su atención en realizar una gestión eficiente en favor del progreso de su pueblo o por el contrario, se concentra sólo en robar y robar que el mundo se va acabar.
Asimismo, el Dr. Elmer Huerta explica el problema, considerando como referencia un estudio científico realizado por University College de Londres:
El corrupto comete sus delitos poco a poco, paulatinamente, y al ir perdiendo la actividad de su amígdala cerebral (región cerebral responsable del desarrollo de las emociones humanas) va perdiendo paralelamente el miedo y se acostumbra al delito hasta convertirse en un delincuente avezado. Asimismo explica: «el cerebro del ser humano es capaz de adaptarse a la corrupción cuando el sistema en que vive lo permite» (2)
Sinceramente, no entiendo a esta gente. ¿Cómo puede vivir tranquila en lujosas casas adquiridas con dinero robado? Educar a sus hijos en escuelas, colegios y universidades con dinero robado. Paseos familiares en lujosos carros adquiridos don dinero robado. ¿Ir de vacaciones familiares pagadas con dinero robado? ¡Deben estar fuera de sus cabales!
Esta iniciativa de lucha contra la corrupción emprendida por la señora Fiscal de la Nación y su equipo, requiere continuar con la más AMPLIA MOVILIZACIÓN CIUDADANA, única garantía que estas bandas desalmadas no logren tirarse abajo todas las investigaciones para seguir disfrutando de la impunidad reinante.
Así pues estimada ciudadanía: es imprescindible dejar de renegar, quejarse, lamentarse y limitarse a botar todo la bilis en las redes. Participemos activamente con familiares, amigos, vecinos, en marchas cívicas convocadas para la justa lucha por un país DIGNO Y JUSTO.
Notas:
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John Medina. Los 12 principios del cerebro humano. Grupo Editorial Norma, págs. 99-101.
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«El cerebro del corrupto»:
http://elcomercio.pe/blog/cuidatusalud/2016/12/el-cerebro-del-corrupto
Iván Salas Rodríguez. Sociólogo y columnista periodístico
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.