Ándros Kyprianoú es secretario general de El Partido Progresista del Pueblo Obrero de Chipre (AKEL), actualmente en el poder. Harald Neuber habló con el dirigente partidista durante una visita de trabajo a Berlín
Señor Kyprianoú, el partido gubernamental de Chipre, AKAL, debió reorganizar el gobierno después que el burgués Partido Democrático (DIKO) abandora la coalición. Ya el año pasado el Movimiento de los Socialdemócratas (EDEK) se había retirado del gobierno. ¿Cómo están las cosas?
Es cierto que ambos miembros de la coalición han abandonado el Gobierno. Esto refleja un problema fundamental de la oposición en Chipre. No importa de qué manera se forme la coalición o cuáles resultados pueda mostrar el Gobierno. La oposición siempre condenará lo que venga de este Gobierno. Detrás de todo esto se esconde una animadversión por principio contra el AKEL y Dimitris Christofias como presidente. Cuando éste ganó las elecciones en 2008, los demás partidos quedaron consternados porque era la primera vez que un partido de izquierda llegaba al poder. Contra este hecho se está llevando a cabo una verdadera batalla , bajo la cual sufren los intereses del país.
¿Cuáles son los puntos de conflictos concretos?
Por una parte el manejo firme del Gobierno actual de la situación de Chipre. El presidente Christofias ha puesto sobre la mesa de negociación propuestas concretas para la formación de un sistema federativo de las dos partes del país, la del norte y la del sur. Esto marca la diferencia respecto a algunos partidos establecidos de la sociedad greco-chipriota. Ellos hablan mucho sobre una solución que comprenda dos zonas, pero quieren un solo Estado.
¿Hasta qué punto contribuyen los programas políticos de izquierda del AKEL a los conflictos?
La política social es la segunda gran diferencia porque ha roto con los enfoques que había hasta ahora. Para darle un ejemplo: en los tres años de gobierno de Christofias, los salarios bajos se aumentaron en un doce por ciento, igualmente aumentaron las prestaciones sociales.
Al mismo tiempo, Chipre no se ha salvaddo de la crisis financiera. ¿Cómo piensa mantener la política social y medioambiental bajo las actuales condiciones?
Es cierto, estamos en una situación difícil porque la economía nacional de Chipre depende en gran medida del exterior. La fuente de ingresos más importante es el turismo. La agudización de la crisis de la UE tendrá consecuencias directas en este sector para el desarrollo de Chipre. Esto es válido también para el segundo sector, la industria de la construcción, la cual construye sobre todo apartamentos de vacaciones para extranjeros. Alrededor de 40.000 apartamenos de esos están vacíos, de manera que ya en el año 2009 se produjo un déficit de 1,5 millardos de euros. Para que se pueda comparar: el presupuesto anual de la República de Chipre asciende a 8 millardos de euros. A pesar de esto, la estructura económica del país es estable. El déficit se ha podido reducir al 4%, el desempleo es del 7%. Sin embargo, la falta de liquidez y la gran carga de los bancos a través de los préstamos griegos por un valor de 17 millardos de euros provocaron que las agencias de calificación bajaran la calificación de Chripre.
¿Y eso no pone en peligro la política social?
Por lo menos produce tensiones con los otros partidos. Abogamos por suspender las subvenciones a los ciudadanos que tengan ingresos anuales de al menos 60.000 euros, para ahorrar recursos y concentrarnos en los más necesitados. Al mismo tiempo organizamos la política con los sindicatos del país. También ahorramos en el aparato gubernamental. Mediante la reducción de viajes al extranjero y otras medidas ahorramos unos 230 millones de euros, pero se obstaculizaron varias iniciativas para gravar con impuestos a las empresas y a los adinerados.
Además de la situación económica y de política interna falta la solución al problema de Chipre. ¿Habrá algún resultado antes de que Chipre asuma la presidencia de la UE a mediados de 2012?
Por ahora las declaraciones que llegan desde Turquía no nos han alentado. Eso incluye las más recientes amenazas del presidente Erdogan…
…quien ha declarado que congelará las relaciones con la UE cuando Chipre tenga su presidencia…
… y también de otros funcionarios como el ministro de Exteriores Davutoglu. Ellos siguen hablando del establecimiento de dos Estados autárquicos y nosotros escuchamos cada vez más que se deben conservar los intereses de Turquía. En Ankara nadie habla de los intereses de los chipriotas turcos y griegos. Esto es muy negativo y lamentablemente se nos acaba el tiempo. Turquía nos amenaza por dos razones: por una parte se trata de la presidencia chipriota del Consejo, la cual Turquía quiere impedir. La UE debería responder claramente al respecto. Por otra parte se trata de los yacimientos de gas y de petróleo que existen en las aguas de Chipre. Cuando comenzamos con perforaciones de prueba, Turquía amenazó con «un segundo 1974», es decir, con una segunda intervención militar. Estados Unidos y Rusia respondieron claramente. La UE también debería responder de la misma manera.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.