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La crisis del imperialismo amenaza a los pueblos

Fuentes: Rebelión

La bestia es más agresiva cuando está herida, cuando está acorralada. Las profundas crisis -estructural y cíclica- que hoy vive el capitalismo, hace que este se torne más amenazante y peligroso. Hoy el imperialismo como en otras ocasiones, busca socializar los efectos de su crisis descargándolos sobre la clase trabajadora, sobre los pueblos del mundo. […]

La bestia es más agresiva cuando está herida, cuando está acorralada. Las profundas crisis -estructural y cíclica- que hoy vive el capitalismo, hace que este se torne más amenazante y peligroso.

Hoy el imperialismo como en otras ocasiones, busca socializar los efectos de su crisis descargándolos sobre la clase trabajadora, sobre los pueblos del mundo. Es decir, para salir lo más pronto posible de la crisis cíclica y postergar los impactos de la crisis estructural, el imperialismo está obligado por su lógica acumuladora a intensificar sus agresiones para conquistar nuevas bases de recursos naturales, mano de obra barata; se trata de mantener un nivel de acumulación de capitales «óptimo» sin importar las dramáticas consecuencias sociales que ello acarree.

En este sentido, el imperialismo se vale de múltiples tácticas o formas de lucha para acentuar la explotación y el sometimiento, las cuales incluyen guerras de agresión, despliegue de bases militares, instigación de guerras civiles, separatismo, terrorismo, asesinatos selectivos, golpes de Estado, bloqueos económicos, embargos, cobro de la deuda externa, destrucción por varias vías de los aparatos productivos de las naciones dependientes, privatizaciones, expoliación de los recursos naturales, alienación ideológica, entre otras medidas.

El despliegue del imperialismo norteamericano en Nuestra América

Desde 2009 el imperialismo norteamericano ha desplegado una contraofensiva en el continente latinoamericano y caribeño para frenar el movimiento popular que ha dado golpes contundentes durante la última década contra el neoliberalismo, contra las pretensiones del imperialismo sintetizadas en propuestas recolonizadoras como el ALCA. Este movimiento popular que en algunos países se constituyó en gobiernos que avanzan en la construcción de espacios integradores como el ALBA-TCP, sufrió un duro revés con el Golpe de Estado al gobierno democrático de Honduras en junio del año pasado.

Este Golpe de Estado, el ataque por parte del estado terrorista colombiano a territorio ecuatoriano, la reactivación de la IV Flota (despliegue naval y aéreo estratégico con capacidad nuclear), la ocupación militar a Haití (20 mil soldados), el acuerdo de las Bases Militares en Colombia (7 bases en primer término), la presencia de una Flota en Costa Rica ( 46 buques de guerra de la Armada de los Estados Unidos, 200 helicópteros y aviones de combate, y 7.000 marines) , son las acciones más relevantes de la contraofensiva imperialista en la región. Se trata sin duda de un despliegue de fuerzas para contener el avance de la revolución en el continente, para cercar los procesos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua fundamentalmente.

Bajo la excusa de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, el imperialismo norteamericano se presta a agredir los pueblos latinoamericanos y caribeños; se prepara a dar al traste con los gobiernos revolucionarios, progresistas y democráticos de la región para restituir el proyecto del ALCA y perpetuar su dominación en lo que ellos denominan su patio trasero; se trata de un capitulo más en la lucha de clases mundial que enfrenta a la burguesía monopólica contra los trabajadores y trabajadoras de todo el planeta.

Los imperialistas impulsados por la lógica de acumulación del capital no toleran ningún rastro de soberanía nacional, no aceptan la autodeterminación de los pueblos porque esta va en contra de los intereses de los monopolios; es decir que la tendencia del imperialismo en su actual estado de crisis es a la desnacionalización forzosa, aunque estos gobiernos independientes sean de derecha, ejemplo de ello es el caso de las amenazas a Irán.

Ello nos indica que frente a la ofensiva imperialista, los pueblos del continente y del mundo deben estar alertas y movilizados. El pueblo venezolano debe cerrar filas para defender las conquistas y los proyectos que encarna la Revolución Bolivariana. Los sectores populares deben defender de manera irrestricta la patria.

Para ello debemos acerar nuestra conciencia, nuestra organización, nuestra disposición de lucha.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.