Las burbujas de la década de 2000-2009 en Europa dieron vida a los nuevos ricos de dos chalés y un BMW X3. Ahora, dos años sin crecimiento, un desempleo elevado que empieza ya a ser de larga duración y los primeros recortes del sistema de protección social están dando luz a un nuevo ser paradigmático […]
Las burbujas de la década de 2000-2009 en Europa dieron vida a los nuevos ricos de dos chalés y un BMW X3. Ahora, dos años sin crecimiento, un desempleo elevado que empieza ya a ser de larga duración y los primeros recortes del sistema de protección social están dando luz a un nuevo ser paradigmático de la nueva década de crisis económica: el «nuevo pobre».
Es menos ostentoso que el arquetipo de la década prodigiosa pero se veía en cada parada de un recorrido invernal por la Europa de la austeridad. Hombres de mirada desquiciada que pedían limosna navideña en el pub Philharmonic de Liverpool a escasos metros de los flamantes apartamentos vacíos construidos en un ataque de euforia para el año de la capitalidad de cultura europea. «Peniques, céntimos de euro; todo me vale». Trabajadores en paro en la sala de espera de la estación ferroviaria de Lisboa, dormidos en posturas agónicas. Adolescentes de cara pálida en las oficinas del empleo en Dublín a un tiro de piedra de las estatuas esqueléticas de bronce del Famine Memorial, homenajes a las victimas de la hambruna de los 1840 y la emigración masiva posterior. Mujeres ecuatorianas rastreando en los cubos de basura delante del Carrefour de un barrio céntrico de Madrid en busca de restos de comida.
Aun es difícil cuantificar el impacto que va a tener el doble golpe de recesión y austeridad fiscal en las capas más vulnerables de los países europeos mas afectados por la crisis, principalmente la periferia de la zona euro, -Irlanda, Portugal Grecia, España-, el Reino Unido y los países del este. «Los datos comparables de pobreza no nos ayudan porque son de 2007, el pico del boom», dice Cristos Papatheodorou, economista de la Universidad de Atenas especializado en pobreza. «Pero no es muy difícil deducir lo que esta pasando: lo que diferencia un país de elevada pobreza de otro es el alcance de sus sistemas de protección social».
Hasta la fecha en la maltrecha periferia europea, ningún instituto económico ha podido o ha querido realizar una previsión cuantitativa del impacto de los recortes sobre la pobreza. Pero en el Reino Unido, el Instituto de Estudios Fiscales (IFS)y la Fundación Rowntree han publicado esta semana los resultados de un importante análisis del mega-ajuste presupuestario adoptado pro el gobierno de David Cameron que pretende reducir el déficit británico del 10% del PIB hasta el 2% antes de 2015. Son devastadores y tienen implicaciones preocupantes para países como España que empeizan a adoptar polticas parecidas.
IFS y Rowntree prevén que los recortes de los sistemas de protección social por valor de unos 9.000 millones de euros acabarán por crear casi un millón de nuevos pobres en los próximos cuatro años.
El primer impacto de la crisis serán 400.000 más solteros sin hijos que se sumaran a las filas de la pobreza absoluta (con rentas menores que el 60% de la renta media ajustada pro inflación) en 2011. Son los primeros «nuevos pobres» británicos. Los niños se protegen al inicio gracias aumentos de una bonificación tributaria para familias con niños heredada del gobierno anterior. Pero luego los recortes de Cameron y Nick Clegg llegarán a las familias también. Una batería de medidas -reducciones de prestaciones por niños, recortes de complementos de renta para trabajadores pobres, menos ayuda para alquileres, recortes de prestaciones por incapacidad, subidas de IVA, aumentos de las cotizaciones a al seguridad social- acabará sumando a 300.000 niños a las filas de la pobreza entre 2012 y 2014. En 2014, 900.000 personas más se habrán incorporado a la pobreza.
En Liverpool, donde el 42% de la población ya se califica como privada de renta necesaria, uno de cada tres empleos es del sector público. Por tanto, los planes draconianos de eliminar 600.000 empleos públicos en los próximos cuatro años, probablemente agravará el aumento de la pobreza. Y en un invierno de temperaturas árcticas en el que hasta el mar se ha congelado, crece la preocupación por la llamada pobreza de combustible- gente que gasta más del 10% de sus ingresos sólo para calentar su vivienda. Según, un nuevo estudio, habrá siete millones de pobres por combustible en 2016 en el Reino Unido, un país en el que -según ha comentado el medioambientalista, George Monbiot en su blog Monbiot.com- más personas ancianas mueren de frío cada año en términos porcentuales que en Siberia.
Inglaterra parece especialmente dickensiana en estas navidades. Pero no es ni mucho menos el único país que adopta planes de austeridad dignos de Ebeneezer Scrooge, el roñoso protagonista de Villancico de la Navidad. Y puesto que los ajustes ya en marcha en la periferia de la zona euro comparten mucho con el británico, es lógico pensar que el impacto sobre la pobreza puede ser igual de devastador que el que vaticina el IFS. A fin de cuentas, el plan de austeridad de Cameron fue calificado como «justamente la medicina que se necesita» por José Barroso, el presidente portugués de la Comisión Europea.
En Irlanda, por ejemplo, ya se sabe que el indicador de pobreza medida por renta, un indicador de privación material -la frecuencia de comer carne o pescado, calefacción, capacidad para rembolsar deudas- subió un terrorífico 25% entre 2008 y 2009 tras el primer ajuste irlandés con el fin de reducir el déficit del 9,4% del PIB al 3% del PIB en 2014. Ahora -tras otro ajuste brutal, condición del «rescate» del FMI y la UE- Irlanda ya parece encaminada hacia el regreso al futuro de su historia de pobreza y sufrimiento. «No tenemos datos para replicar el análisis del IFS británico pero ya hay muchos indicios anecdóticos; aumentos disparados de la gente a la que se les recorta la luz o que acude a centros de distribución de alimentos», dice Sinead Pentony, economista del think tank dublinés TASC. La decisión de reducir un 12% el salario mínimo incidirá en la pobreza pese a que -con 7,60 euros por hora- sigue siendo mayor que en otros países periféricos. «Tenemos los precios más altos de alimentos de la UE, de los mas altos para guarderías y han subido el IVA», dice Pentony. Y ahora vuelve la costumbre más irlandesa de todas: «La gente se marcha en manada, sobre todo a Australia», añade. Desde abril, se calcula que unos 100.000 irlandeses han emigrado.
En Portugal -con un salario mínimo de 470 euros al mes, sólo 50 por encima del umbral de la pobreza- las ultimas subidas del IVA y condiciones más exigentes para acceder a prestaciones antipobreza van a disparar el numero de trabjadores pobres, según calcula Isabel Baptista del Centro de estudios para la Investigación Social en Lisboa. «Está claro que no basta con tener trabajo para evitar la pobreza», dice. Asimismo, el agotamiento de las prestaciones por desempleo en un país con un paro del 10% va a engrosar las filas de pobres sin trabajo. «Aun no hay datos muy concretos pero hay abundancia de indicios anecdóticos, una subida del 30 o el 40% de gente que acude a la ayuda alimentaria», dice Baptista. .»En 2011, vamos a tener 200.000 desempleados sin protección social», dice Armenio Carlos, dirigente del sindicato portugués CGTP. En Grecia, por su parte, los draconianos recortes de los salarios y empleo en el sector público y privado están minando la capacidad tradicional de la familia griega para amortiguar las crisis económicas. «Los cabezas de familias pierden poder adquisitivo y esto en muchos casos condena la familia a la pobreza», dice Papthedorou.
Fuente: http://www.lavanguardia.es/vida/20101229/54094607595/nueva-decada-de-nuevos-pobres-europeos.html
rCR