Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
«La mayoría de los árabes no hace realmente un verdadero esfuerzo para redescubrir este continente y comprender los lazos comunes entre la civilización árabe y las civilizaciones nativas del continente. Es algo difícil de entender. ¿Es la colonización intelectual y cultural de los árabes lo que les impide comunicarse con los que se identifican con sus causas? ¿O es más bien la falta de perspicacia y visión cuando lo que los árabes necesitan más urgentemente es la visión correcta y la decisión correcta en el momento correcto?… Los árabes no deberían dudar en tomar la decisión. Deberían ir a Suramérica para ver por sí mismos lo que el colonialismo de colonos occidentales hizo a los pueblos nativos y sus civilizaciones, a fin de volver a interpretar y comprender lo que ocurre actualmente en su región, y para comprender los planes occidentales que apuntan a todos ellos en términos de su lenguaje, pensamiento, existencia y futuro, conozcan o no el hecho o persistan en ignorarlo».
A pesar de las dificultades del transporte y las comunicaciones, en el siglo XIX y principios de XX, nuestros antepasados desafiaron los peligros de océanos, muerte y enfermedad para llegar al patio trasero de EE.UU., donde construyeron escuelas, hospitales y clubes. Construyeron monumentos que siguen testimoniando de la civilización, el lenguaje, la cultura y la humanidad árabes en ese lejano continente.
Los árabes presenciaron, entre otras cosas, la lucha librada por los pueblos nativos de Suramérica contra colonizadores que no veían otra cosa en esos países que sus recursos naturales; y que no ven el valor de la vida, la historia o la civilización de los seres humanos a menos que sean «extranjeros» blancos con ojos azules.
Nuestros antepasados crearon un fuerte vínculo entre los pueblos de las civilizaciones maya e inca y el pueblo árabe, cuyo resultado todavía disfrutamos generación tras generación. No obstante, el segundo lenguaje en la mayoría de los países árabes sigue siendo el francés, después del inglés, no el español o el portugués, aunque la preservación de los lazos creados por nuestros antepasados debería ser una de las cosas más importantes para las generaciones actuales.
La mayoría de los árabes no hace realmente un verdadero esfuerzo para redescubrir este continente y comprender los lazos comunes entre la civilización árabe y las civilizaciones nativas del continente. Es algo difícil de entender. ¿Es la colonización intelectual y cultural de los árabes lo que les impide comunicarse con los que se identifican con sus causas? ¿O es más bien la falta de perspicacia y visión cuando lo que los árabes necesitan con más urgencia es la visión correcta y la decisión correcta en el momento correcto?
Nuestros anfitriones en Suramérica nos hablan de las civilizaciones maya e inca y de que los incas fueron los primeros en utilizar la piedra en la construcción, de que su cultura respetó la vida y la diversidad humanas sin distinción de raza, religión o color. Sin embargo esa civilización fue eliminada por los colonizadores europeos.
Cuando se viaja por Suramérica se nota que la mayor parte de la información que se recibe proviene de prismas occidentales coloreados con propósitos y políticas occidentales preparados para el visitante y los que se convirtieron en víctimas antes de él en Suramérica. Uno ama a la gente y querría saber más sobre el secreto de esta coexistencia entre africanos, indios, árabes, españoles e italianos en un único crisol.
Durante un breve momento querríamos que ese modelo fuera global; pero en cuanto volvemos a casa nos damos cuenta de que somos víctimas de las percepciones occidentales que deciden sobre guerra, paz, castigo, muerte y vida envueltas en un barniz de democracia, derechos humanos, busca de la seguridad y de la paz. Podría ser una coincidencia interesante que estas ideas se me hayan ocurrido en el camino de vuelta de ese continente ascendiente desatendido por los árabes, mientras presenciaba la conferencia de prensa realizada por el presidente Barak Obama de EE.UU. y el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Netanyahu habló de los árabes como cualquier colonizador que habla de los colonizados. Ignoró la existencia del pueblo palestino reduciéndolo, y a su historia y civilizaciones, a «agentes iraníes».
Después de presenciar, leer y analizar, se comprende que el presidente Obama y su invitado habían planeado el cambio de la imagen de la relación entre ellos que circuló recientemente en los medios, destacando el calor que prevaleció en la reunión, la profundidad de la relación y el lazo estratégico entre EE.UU. e Israel. En esa conferencia de prensa describieron las amenazas contra ambos países, como si fueran las mismas. El presidente Obama presentó a Israel como el centro de la región y a todos los árabes que lo rodean como si fueran «vecinos hostiles», lo que hace que sea responsabilidad de EE.UU. apoyar a esa entidad «democrática» que busca seguridad en medio de un entorno hostil. En cuanto a los palestinos, dijo: «Pienso que es muy importante que los palestinos no busquen excusas para la incitación, que no se involucren en lenguaje provocador; que en el ámbito internacional mantengan un tono constructivo en vez de buscar oportunidades para embarazar a Israel».
Fue la mención más destacada de los palestinos en la conferencia de prensa, cuyo derecho a la libertad y salvación de la ocupación israelí fue manipulado para arreglar lo que se había afirmado era una relación en deterioro entre EE.UU. e Israel. En cuanto a soluciones, las esperanzas están depositadas en conversaciones de proximidad para conducir a conversaciones directas, y que esas conversaciones continúen durante años y años mientras Israel se traga Cisjordania y Jerusalén y construye asentamientos, mientras en los titulares hablan de «congelar» asentamientos o de que esa «congelación» termine en septiembre, mientras el vecindario de Salwan no ha visto congelación alguna. Los colonos han seguido desarraigando a la población nativa, destruyendo sus casas y expulsándola.
The New York Times (5 de julio de 2010) atestigua que los contribuyentes estadounidenses reciben un inmenso descuento en sus impuestos cuando pagan dinero para posibilitar que los colonos roben la tierra de los palestinos y destruyan su historia y civilización. (Vea el artículo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=91593) Esto, mientras en Gaza se priva a las personas de alimentos y medicinas y se impide que los árabes y musulmanes envíen ayuda a los hospitales de Gaza porque se considera ayuda al terrorismo, un acto punible según la ley estadounidense. El artículo dice: «Un examen en EE.UU. e Israel de registros públicos por el New York Times identificó por lo menos 40 grupos estadounidenses que han recolectado más de 200 millones de dólares en regalos exonerados de impuestos para asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén Oriental durante la última década».
Los árabes no deberían dudar en tomar la decisión. Deberían ir a Suramérica para ver por sí mismos lo que el colonialismo occidental hizo a los pueblos nativos y sus civilizaciones, a fin de volver a interpretar y comprender lo que sucede actualmente en su región, y para comprender los planes occidentales que los convierten a todos en objetivos en términos de su lenguaje, pensamiento, existencia y futuro, lo hayan sabido o insistido en ignorarlo.
Bouthaina Shaaban es Consejera Política y Mediática de la presidencia siria, y ex ministra de Expatriados. También es escritora y profesora en
by courtesy & © 2010 Bouthaina Shaaban
Fuente: http://americas.mediamonitors.net/content/view/full/76429
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