La fiscalía de Múnich ha dictado orden de detención contra 13 supuestos miembros de la CIA presuntamente implicados en el secuestro del ciudadano alemán de origen libanés Khaled El Masri, al que trasladaron a una cárcel secreta en los llamados ‘vuelos de la CIA’. Un portavoz de la fiscalía confirmó así informaciones adelantadas por la […]
La fiscalía de Múnich ha dictado orden de detención contra 13 supuestos miembros de la CIA presuntamente implicados en el secuestro del ciudadano alemán de origen libanés Khaled El Masri, al que trasladaron a una cárcel secreta en los llamados ‘vuelos de la CIA’.
Un portavoz de la fiscalía confirmó así informaciones adelantadas por la emisora de NDR, según las cuales las 13 personas están acusadas de «secuestro y grave lesión corporal«.
Al Masri, ciudadano alemán de 43 años, nacido en Kuwait y padre de cinco hijos, fue detenido, según su propio testimonio, el 31 de diciembre de 2003 al entrar en Macedonia por la policía de ese país y unas semanas después entregado a agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Los agentes, según Masri, le trasladaron a una cárcel de Afganistán, donde pasó cuatro meses y fue torturado hasta ser liberado en Albania, el 28 de mayo de 2004. Su caso forma parte del sumario relacionado con los vuelos secretos de la CIA, que está siendo objeto de investigación en el Parlamento alemán.
Según la cadena de radio-televisión pública alemana ‘NDR’, la mayoría de los imputados viven en el estado de Carolina del Norte (EEUU). El programa de televisión ‘Panorama’ de la citada cadena había confrontado ya en septiembre pasado a tres de los imputados con las acusaciones, pero los tres hombres rehusaron hacer cualquier declaración.
La cadena de televisión había tenido acceso a los nombres después de que la Guardia Civil española facilitara a la fiscalía de Múnich una lista con los nombres de los citados agentes, quienes, un día antes del secuestro en Macedonia, pasaron una noche en un hotel de lujo de Palma de Mallorca.
La lista comprende los nombres de personas que pernoctaron en el hotel Son Antem de Palma de Mallorca la noche antes del secuestro. Se trata de la tripulación del Boeing 737 con matricula ‘N313P’ que abandonó Mallorca el 23 de enero de 2004 y recogió a El Masri en Macedonia. Las personas se presentaron aparentemente con nombres falsos pero existen imágenes de sus rostros porque el hotel hizo fotocopias de sus pasaportes.
El magazine político ‘Panorama’ informó en septiembre pasado de que la Guardia Civil logró identificar a tres de estas personas. Según estas fuentes, el encargado extraordinario del Consejo de Europa para el caso de los vuelos secretos, el suizo Dick Marty, mencionó ya los citados nombres en el informe que presentó el pasado 7 de junio.
El programa ‘Panorama’ asegura que los tres hombres identificados trabajan en la compañía Aero Contractors, sucesora de Air America, que hasta la década de los 70 operaba como aerolínea secreta de la CIA.
Secuestro y tortura
Khaled El Masri narró en octubre de 2006, al juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, los detalles del secuestro y torturas que sufrió durante cinco meses. Según su relato, en el momento de su detención en la frontera de Serbia y Macedonia le acusó de portar un pasaporte falso y se le llevó a Skopje, donde permaneció retenido 23 días en un hotel, el Skopsi Merak, donde fue interrogado para intentar que confesara haber estado en un campo de entrenamiento perteneciente a Al Qaeda en Jalalabad (Afganistán).
El 23 de enero fue esposado y se le puso un pañal y un chándal de color azul con las mangas y el pantalón cortados. Aunque se le vendaron los ojos, durante un cambio de vendaje pudo ver a unas siete personas encapuchadas y vestidas de negro. Fue maniatado y trasladado a un lugar que, por el ruido, identificó como un aeropuerto, y después fue tirado al suelo y drogado, aunque calcula que el viaje hasta donde después supo que era Kabul duró unas 20 horas.
En la capital afgana fue introducido en una celda muy sucia y desde allí era trasladado maniatado a otras habitaciones donde fue sometido sistemáticamente a interrogatorios por parte de estadounidenses, aunque al final de su cautiverio en los interrogatorios participó un ciudadano alemán, de nombre Sam. Durante el secuestro hizo una huelga de hambre -entre el 5 de marzo y el 10 de abril-, de la que desistió después de que se le administrara alimento por un tubo que le introdujeron por la nariz hasta el estómago.
Finalmente, el 29 de mayo de 2004 fue trasladado de nuevo a un aeropuerto y, tras obligarle a cambiarse de ropa, le fueron devueltas sus pertenencias y se le introdujo en un avión hasta algún lugar de Europa. Después viajó unas siete horas en autobús hasta ser puesto en libertad en un bosque, en la frontera entre Serbia, Macedonia y Albania. Allí le retuvieron por estar en situación ilegal, se le introdujo en un vuelo a Frankfurt (Alemania) y desde allí llegó en tren hasta su casa, que encontró vacía porque su familia se había trasladado a Líbano.