Un total de 3.224 personas murieron en 2014 al intentar llegar a Europa por el Mediterráneo, según el informe ‘Derechos Humanos en la Frontera Sur 2015’ de APDHA. Cerca de un millar de personas han fallecido en la última semana en las aguas del mar Mediterráneo al naufragar las embarcaciones en las que intentaban alcanzar […]
Un total de 3.224 personas murieron en 2014 al intentar llegar a Europa por el Mediterráneo, según el informe ‘Derechos Humanos en la Frontera Sur 2015’ de APDHA.
Cerca de un millar de personas han fallecido en la última semana en las aguas del mar Mediterráneo al naufragar las embarcaciones en las que intentaban alcanzar la orilla europea. Son las más recientes víctimas de un goteo interminable. Según la Organización Internacional de las Migraciones, 4.868 personas murieron al intentar cruzar diversas fronteras en el mundo a lo largo del año 2014. De ellas, el 66% fue en el Mediterráneo, 3.224 personas. ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, ofrece unas cifras muy similares.
«No es nuevo, pero tanta muerte, tanta barbaridad, hace más evidente la violación de derechos humanos. Es consecuencia de las mismas políticas que provocaron lo que sucedió en El Tarajal hace un año», explica a Diagonal Carlos Arce, coordinador de Inmigración de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), que ha presentado su informe ‘Derechos Humanos en la Frontera Sur 2015’.
En esta nueva edición del estudio anual, la organización denuncia que son las políticas de fronteras de la Unión Europea las que «están convirtiendo el Mediterráneo en una auténtica fosa común«.
«Impedir que salgan, impedir que lleguen, y si llegan, deportarlos lo antes posible. Esta política de la UE está condenando a miles de personas migrantes a la muerte y al sufrimiento», señala Rafael Lara, coordinador del área de Solidaridad Internacional de la asociación.
El dossier apunta claramente a la responsabilidad europea en las muertes producidas a las puertas de su fortaleza: «La UE no mueve un dedo para resolver esta crisis humanitaria, ni desde las políticas desarrolladas respecto a los procesos migratorios, ni desde la puesta en marcha de planes de salvamento y socorro en las situaciones de emergencia. De hecho Frontex, la agencia europea de fronteras, no está diseñada para el rescate y para la emergencia humanitaria, sino para la vigilancia y control de las fronteras de la UE con el fin de impedir la llegada de inmigrantes».
«La solución tiene que pasar por construir vías de entrada regulares y seguras para que las personas migrantes, ya sea por motivos económicos o por conflictos bélicos, lleguen a Europa», afirma Arce.
Sin embargo, la respuesta europea pasa por reforzar las políticas de represión y rechazo, denuncian desde APDHA. «La operación Tritón, coordinada por Frontex ha sido prorrogada durante todo el año 2015. Y la operación Mare Nostrum, desarrollada por Italia, ha sido cancelada. Mientras esta última tenía por objetivo desplegar los barcos italianos para el auxilio de las barcas cargadas de inmigrantes, la operación Tritón tiene por objetivo controlar e impedir la llegada de inmigrantes».
El informe analiza la importancia capital de la situación en Libia tras la caída de Gadafi y la guerra en Siria sobre el flujo de las migraciones. La postura de Europa también queda retratada.
«Todas las declaraciones de sus gobernantes sobre el drama de la guerra en Siria y la necesidad de poner fin al conflicto se convierten en una cháchara hipócrita al examinar la suerte de las personas desplazadas por el conflicto bélico. Los países vecinos como Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e incluso el propio Irak acogen el 97% de los refugiados, mientras que la Unión Europea apenas lo hace con el 1,7%».
Un ejemplo es que el Gobierno español sólo ha concedido 130 visados para refugiados sirios, el menor número de la UE. De hecho, los datos de Eurostat indican que España solo resuelve el 0,9% de las solicitudes que se producen, muy lejos de Alemania (32,4%), Suecia (13%), Francia (10,3%) o Italia (10%). «Se está dejando en manos de las llamadas mafias la protección de quienes solicitan asilo político, convirtiéndose en la única vía para llegar», asegura Arce.
El informe también incluye los datos obtenidos en el balance migratorio de 2014 que elabora la Asociación. En 2014 se produjo un incremento muy importante de personas interceptadas por la frontera sur, de casi un 50% más respecto al año anterior: 7.550 personas en 2013 y 11.146 en 2014. Este número se explica por las entradas a través de la valla de Melilla, que han sido de casi 2.500 personas, y por las llegadas a Cádiz en el mes de agosto.