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Entrevista al miembro de Sinn Fein Robert McClenaghan

«La guerra sucia en Irlanda continúa hasta nuestros días»

Fuentes: HalaBedi Irratia

Traducida del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

P: Quizá lo primero sea que se presente para que podamos conocerlo.

R: De acuerdo, gracias. Me llamo Robert McClenaghan. Soy de Belfast este, de Filse Road. Soy el portavoz del grupo de campaña [de Sinn Fein] llamado An Fhrinne . «Fhrinne» es una palabra irlandesa que significa «verdad». Estamos tratando de saber la verdad de lo que ocurrió con nuestros seres queridos que fueron asesinados por el Estado británico y por agencias del Estado británico, que utilizaron escuadrones de la muerte para acabar con nuestra alianza.

P: ¿Nos puede explicar por qué, cuándo y cómo empezaron los británicos la guerra sucia?.

R: Para nuestro grupo de campaña, casi desde las protestas no-violentas de Irlanda como nación, como país, cuando fue dividido en 1921, el gobierno británico ha estado en connivencia y se han identificado con fuerzas, fuerzas para-policiales, que pudieron usar para subyugar o atacar a los republicanos católicos nacionalistas con el fin de mantener el control de Irlanda y estar seguros, política y económicamente, de que la manera de actuar británica iba a continuar.

P: ¿Y respecto a la política de «tirar a matar»?

R: «Tirar a matar» es un término que se ha estado usando en Irlanda durante muchos años. «Tirar a matar» era la política en la que el propio Estado, la policía, el RUC [policía local de Ulster] y el ejército británico se vieron activamente implicados en el asesinato de ciudadanos por voluntad propia o como un asesinato político. Para nosotros la política de «tirar a matar» va desde el pasado hasta nuestros días, es un conflicto salvaje que para nosotros empezó en 1969 cuando las fuerzas del Estado actuaban en connivencia con los Unionistas o Lealista que venían a las zonas católicas y quemaban las calles, las casas y mataban a los ciudadanos. Para nosotros la política de «tirar a matar» consiste en el asesinato de ciudadanos por parte del Estado y esto ha estado ocurriendo regularmente desde agosto de 1969 y continúa todavía hasta ahora, nunca ha acabado totalmente de manera efectiva.

P: ¿Nos puede explicar cómo afectó la guerra sucia al movimiento republicano y a toda la comunidad?

R: Como decía, para nosotros la guerra sucia ha estado sucediendo durante 35 años y consiste en el uso que ha hecho el gobierno británico, el Estado británico, de organizaciones militares de derechas del lado Unionista como el Ulster Defence Association, UDA, o el Ulster Volunteer Force, UVF, o el Ulster Resistence, que es la organización militar fundada por Ian Paisley y el DUP. Los británicos han utilizado regularmente estas organizaciones, les han suministrado armas, formación , y les han permitido venir a las zonas católicas nacionalistas republicanas en las que normalmente ya hay personal militar destacado. Se retiraba a este personal militar para permitir la entrada a los escuadrones de la muerte. Sabían a qué casa tenían que ir porque se lo habían indicado los servicios de inteligencia británicos y las unidades especiales de policía; entraban en la casa por la fuerza, rompían la puerta con un mazo y entonces asesinaban a la gente dentro de su casa . Luego tenían el camino libre para volver a sus coches y volver a su zona. Entonces llegaba la policía como si no supieran nada de todo esto. Pero luego no llevaban a cabo ninguna investigación forense, balística ni ningún tipo de investigación criminal.

Yo trabajaba en la sede del CNV [ Comunicación No- violencia] en Filse Road, y en febrero de 1992 un policía vestido de civil llamó a la puerta del centro. Nos dijo que era un periodista y que quería hablar con alguien del partido, así que le hicimos pasar a la oficina y cuando estaba dentro sacó una pistola de la bolsa que llevaba y mató a tres personas de nuestra oficina. Después salió del despacho. Más tarde ese mismo día fue encontrado muerto. Pero lo que quería decir en relación a lo de antes es que cuando más tarde llegó la policía, se dejaron los cartuchos, se dejaron la bolsa, no hicieron ninguna investigación en toda regla. Y esto es una práctica común. Luego nos dimos cuenta de que esto era casi un modelo de actuación en esta práctica de los asesinatos políticos del «tirar a matar», de que había una compleja implicación en la política del «tirar a matar» o en los asesinatos políticos.

Así que para nosotros esto ha estado ocurriendo durante 35 años ; la organización a la que pertenezco se llama An Fhirinne y está tratando de demostrar la verdad que hay detrás de estas acusaciones. Nosotros calculamos en unas 1500 las personas que han sido asesinadas a consecuencia de esta política de crimen de Estado o utilizando los escuadrones de la muerte para llevar a cabo los asesinatos.

P: ¿Qué relación hay entre los servicios de inteligencia británicos por una parte y el ejército y los paramilitares por otra?

R: Cuanto más se investigan estos casos más claro resulta que hay una relación directa entre, primero, el gobierno británico, después los servicios de inteligencia militar británicos, luego la policía y luego los propios escuadrones de la muerte. Uno de los miembros de los escuadrones de la muerte fue detenido en torno a 1990. Se llama Brian Nelson. Era un ex-miembro del ejército británico y fue reclutado por el servicio de inteligencia militar para unirse a una de las organizaciones lealistas conocida como la UDA, que es el mayor escuadrón de la muerte paramilitar del lado unionista. Llegó a ser el director de la agencia de inteligencia, así que se encargaba de reclutar a los escuadrones de la muerte para los servicios de inteligencia. La inteligencia militar le entregó entonces nuevos expedientes, actualizados, de los republicanos: dónde vivían, qué coche tenían, dónde trabajaban, el camino que seguían de y al trabajo. Se le entregó toda esta información a Brian Nelson y entonces era básicamente la inteligencia militar a través de Brian Nelson quien decidía quién iba a morir y cuándo. Era extraordinario. El juicio [que se le hizo a B Nelson] reveló que cuando lo reclutaron le dijeron que tenía carta blanca y que lo iban a encubrir. Les enseñó los archivos que tenía y los tiraron a la papelera diciendo que eran una porquería y después le proporcionaron unos expedientes totalmente actualizados. Luego le preguntaron que qué armas tenía para ejecutar los asesinatos, les contó lo que tenía y le dijeron que no era suficiente. «No tienes suficientes armas». Esto sucedía hacia 1987. Mandaron entonces a este agente, Brian Nelson, a Sudáfrica donde se encontró con otros agentes que trabajan para la inteligencia militar británica y estos le suministraron unas 300 armas: le dieron 200 rifles automáticos AK47, 90 armas semiautomáticas Browning, 12 lanza misiles RPG7 y unas 30.000 tiras de munición y lo organizaron para mandarlas por barco a Irlanda. Esto ocurría en diciembre de 1987. ¿Quién conocía estos hechos en este primer momento? Seis años antes de 1987 los escuadrones de la muerte lealistas o unionistas habían matado a 71 católicos nacionalistas o republicanos. Pero si consideramos los seis años posteriores a la llegada de las armas a Irlanda del Norte, mataron a 229. Así que el gobierno británico a través de sus servicios secretos, a través de su inteligencia militar, estaba rearmando a los escuadrones de la muerte. Los dejaron sueltos entre la comunidad católica nacionalista y entonces lo sufrimos nosotros, quiero decir que fueron asesinados miembros del Sinn Fein, activistas del Sinn Fein, activistas del IRA, activistas en defensa de la lengua irlandesa, abogados defensores de derechos humanos…Aunque, con mucho, la mayor cantidad de personas asesinadas a consecuencia de la llegada de estas armas fueron civiles inocentes no combatientes. No sólo se vio afectado el movimiento y la familia republicana, sino toda la comunidad. El gobierno británico nunca ha aceptado estas acusaciones, pero el juicio a su agente Brian Nelson nos lo ha sacado a la luz.

En el juicio de Brian Nelson el primer ministro británico, que entonces era John Major, organizó una reunión con el juez encargado del juicio y con el jefe de todos los jueces de Irlanda del Norte. Todos ellos se reunieron y se preguntaron: «¿Qué podemos hacer para que esto no se haga público?¿Cómo podemos impedir que salga la luz?» Así que llegaron al acuerdo con el fiscal de que si se declaraba culpable de todos los cargos se retiraría la acusación de los 5 asesinatos y sería condenado a 10 años aunque saldría antes. El ministro de Defensa británico de entonces, que era Tom King, llegó a escribir una carta al juez encargado del juicio diciendo que Brian era un excelente agente y que había salvado cientos de vidas, no solamente la propia. Aquí es donde está absolutamente claro que el gobierno británico sabía y permitió el crimen de sus propios ciudadanos; que fuera algo que no sólo fue llevado a cabo por el personal militar, sino que estaba claramente controlado y autorizado al más alto nivel político.

El objetivo de nuestra campaña es, pues, sacar todo esto a la luz, exponerlo, y nosotros creemos que la única manera de hacerlo es por medio de una investigación judicial independiente, internacional y pública. Por lo tanto, no se puede permitir que sea el gobierno británico quien emprenda esta investigación porque ellos están acusados de estar implicados y del asesinato de cientos de personas, de 1500 personas, según nuestros cálculos. Por lo tanto la encuesta tiene que ser independiente, tiene que tener apoyo internacional, tiene que ser pública y se tiene que citar a las personas implicadas para que reconozcan que se vieron implicadas en la guerra sucia.

P: Y respecto a la «connivencia», ¿es posible demostrarla?

R: Desde luego. El caso de Brian Nelson no es más que uno de los casos. Pero cuanto más avanza el proceso, cuanto más luchan las familias y consiguen más pruebas, más claro resulta que los escuadrones de la muerte formaban parte de una política, que no existieron independientemente del Estado, y más información hemos ido revelando de que en realidad el Estado creó los escuadrones de la muerte. Los crearon como otra arma contra los republicanos, contra el IRA, contra el Sinn Fein y contra los nacionalistas, para detener su demanda de unidad, de independencia y de socialismo. Para mí la política fue ésa: ellos crearon activamente los escuadrones de la muerte y luego los soltaron [entre los ciudadanos]. Porque, recuérdelo, ellos controlan los medios de comunicación; tanto a nivel internacional como nacional la BBC es, de hecho, el principal medio de información sobre Irlanda . Y fueron ellos quienes pudieron cubrir las historias y quienes crearon noticias falsas . La muerte de mi abuelo fue uno de estos casos. En agosto de 1971 fue a un pub a tomar una cerveza. Tenía 75 años y junto con otras 14 personas, hombres, mujeres y niños, murió a causa de una bomba puesta por los lealistas. Pero en vez de decir que había sido una bomba lealista la que había matado a 15 personas, incluyendo mi abuelo, inventaron la noticia de que había sido una bomba del IRA que había explotado por accidente y matado a todas estas personas. En términos de la connivencia, lo único que siempre ha querido mi familia es que los británicos digan la verdad, que mi abuelo no era un terrorista, no era más que un civil inocente al que casualmente pilló y mató esa bomba.

Pero también controlan los trámites [judiciales], en otras palabras, controlan al fiscal general para que decida quién debe ir a juicio y qué casos se deben abandonar. Y durante años han estado protegiendo a quienes dirigían los escuadrones de la muerte y a sus miembros. Pero entonces es complicado porque cuando un miembro de los escuadrones de la muerte actúa al margen de la ley, los británicos no saben si la persona que han arrestado es la que ha asesinado y entonces lo sueltan con cualquier motivo.

Así que tenemos montones de pruebas pero para comprobarlo, para comprobar si están diciendo la verdad, creo que la única manera de hacerlo es comprobarlo por medio de una investigación independiente e internacional. Y que esta investigación consiga que muchos británicos se presenten y se defiendan, y deje también a nuestras familias presentarse y contar nuestra historia.

P: El Acuerdo afirma que se deben clarificar los casos de violaciones de derechos humanos, pero esto todavía no se ha hecho.

R: La situación es muy clara: para defender los derechos humanos tal como ellos los entienden, hay que estar familiarizados con ellos. Algunas de nuestras familias llevan luchando ya 15 o 20 años, como la mía, que lleva luchando desde principios de los setenta. Pero los casos de otras familias son muy conocidos, como el del abogado de derechos humanos Pat Finucane. Su familia ha estado pidiendo una investigación desde que Pat Finucane fue asesinado en febrero de 1989 y siempre han dicho que querían una investigación independiente. Pero en vez de garantizar a la familia de Pat Finucane una investigación pública independiente, el gobierno ha introducido una nueva legislación, una legislación de emergencia referente a las investigaciones y que establece cómo se deben llevar éstas a cabo, dónde se tienen que llevar a cabo y quién debe controlarlas. El gobierno británico accedió, como parte de la negociación política, a que hubiera una investigación sobre el caso de Pat junto con otros casos controvertidos. Pero después aprobó una nueva legislación. Y la nueva legislación establecía que el control de la investigación correspondía al ministro del Gobierno británico. Así al ministro del gobierno británico compete en primer lugar designar al presidente y al resto de las personas que se encargan de la investigación. También es el ministro quien decide qué testigos testifican en público y cuáles en privado por razones de seguridad nacional, y también qué pruebas se hacen públicas y cuáles no por motivos de seguridad nacional. Y una vez acabada la investigación el gobierno británico y el ministro británico deciden qué se va a hacer público de la investigación y cuánto se mantendrá bajo secreto durante 30 años según la legislación británica. El gobierno británico reconoce, pues, su culpabilidad. Los documentos están ahí. Hemos conseguido documentos que se remontan hasta 1973 en los que el gobierno británico reconoce que conocían estos problemas de miembros del ejército británico, el ejército local británico, el llamado UDR [Ulster Defence Regiment], que era el mayor batallón del ejército británico, y ya en 1973 reconocieron que hasta un 15% [de los miembros] este batallón UDR también eran miembros de los escuadrones de la muerte.

Por tanto, todas estas pruebas circunstanciales están ahí y en vez de darnos a las familias una investigación adecuada independiente e internacional, están tratando de darnos esta otra legislación que no descubrirá nada porque no quiere descubrir la verdad.

P: ¿Y se podría decir que la guerra sucia continúa todavía actualmente, a otro nivel?

R: Creo que sí. Es decir, la guerra sucia la llevaron a cabo durante 35 años altos funcionarios de la policía, altos funcionarios de ejército británico, políticos de alto nivel y altos funcionarios de la administración pública. Estas personas siguen ahí. Estas personas continúan ahí incluso en altos cargos de secciones especiales de los servicio de inteligencia, de la policía y de los servicios de inteligencia del ejército de la Oficina de Irlanda del Norte. No se han ido. Así pues, si se permite que continúe el proceso de paz puede que salga la luz la implicación de estás personas no ya en asesinatos sino en asesinatos masivos de, literalmente, cientos y cientos de personas. Pero estas personas están en el proceso de paz, están en el proceso político y van a luchar con uñas y dientes para destruir el proceso de paz porque son culpables; si salen a la luz van a ir a la cárcel de por vida. Es una lista interminable, y desde un punto de vista de una estrategia egoísta, desde su punto de vista, casi se puede entender que vayan a hacer todo lo posible desde su posición [de poder] para asegurarse que no salen a la luz y esto significa acabar con el proceso. El proceso político que establecimos después de los acuerdos establecía un reparto de poder en el gobierno, que el Sinn Fein, los partidos nacionalistas y los diferentes partidos unionistas tendrían un poder ejecutivo compartido, que el Sinn Fein estaría en igualdad de condiciones en términos de gobierno y compartiría los ministros del gobierno, que tendrían un ejecutivo y un asamblea. Este gobierno, esta asamblea fue atacada en 2002 por la policía política, por las fuerzas de policía que son culpables de asesinatos masivos. Crearon un escenario ficticio en el que el Sinn Fein de alguna manera estaría espiando dentro del gobierno.

Así que básicamente fue una buena excusa: destruyeron nuestro proceso de paz. Literalmente derrocaron el gobierno en 2002 y la razón de que lo derrocaran era que no querían que el proceso político siguiera avanzando. Porque una de las cosas que nosotros determinamos que se tenía que tratar era la culpabilidad de los políticos, de los funcionarios de la administración pública, de la policía y de los paramilitares que estaban implicados en el asesinato de nuestros familiares. Así que de hecho pusieron a las instituciones políticas de rodillas y ésta es la posición en la que estamos ahora. En este preciso momento nos encontramos en el proceso de tratar de resucitar al gobierno, de tratar de volver a reunirlo, pero va a ser una batalla militar, estas personas no van a soltar el poder fácilmente porque son altos funcionarios de la administración pública; tienen mucho poder porque son altos funcionarios de las fuerzas de policía y porque son aliados del gobierno británico a través de la inteligencia militar británica y a través de la administración pública británica. Son miembros del propio gobierno británico que no quieren ver la paz en Irlanda. Y en nuestra opinión corresponde al gobierno irlandés, a otros gobiernos internacionales tratar de hacer la mayor presión política posible al poder, tratar de conseguir en primer lugar que vuelvan a funcionar las instituciones, y asegurarse que son cesadas aquellas personas que estuvieron implicadas en aquella política. No estoy pidiendo que vayan a la cárcel, quiero decir que eso no me va a devolver a mi abuelo, no va a devolver a las 1500 personas que fueron asesinadas. Pero si tenemos que avanzar como sociedad, si nuestro proceso político tiene que avanzar hasta llegar a una nueva era, entonces las personas responsables de la guerra sucia tiene que ser declaradas responsables y tiene que ser separadas de sus puestos de responsabilidad y una cultura totalmente nueva de derechos humanos debe ser incorporada a la policía, al ejército, a la administración pública, a la justicia, a los medios de comunicación, y no permitir que estas cosas vuelvan a ocurrir nunca. Queremos aprender las lecciones del pasado para que esto no vuelva a ocurrir nunca. Y la única manera de hacerlo es que se reconozca la responsabilidad de la policía, del ejército, de los servicios de inteligencia y de la administración pública, así como la de los políticos, y que no se permita que hagan lo que hagan se vuelva a convertir en otra guerra sucia.

P: ¿Le gustaría añadir algo antes de terminar la entrevista?

R: Me gustaría darles las gracias a todos aquellos que me han permitido venir y me han permitido hablar y dar a conocer nuestra visión de la historia. Me parece que en líneas generales hay muchos paralelismos, muchas similitudes, entre la lucha de liberación del pueblo vasco por su independencia y por el socialismo, y la del pueblo irlandés. Pero si nos centramos en los puntos específicos que se tienen que tratar, me parece que ustedes [los vascos] se encuentra a unos 10 años por detrás de nosotros, en términos de desarrollo del proceso político o de desarrollo del proceso de paz. No pierdan nunca de vista una de las cuestiones que me parece que en su caso tendrán que tratar, y que es toda la cuestión de la connivencia del Estado entre el ejercito, la policía y los escuadrones de la muerte de la derecha en relación al asesinato de personas también en este país. Y creo que no es una cuestión que ustedes puedan simplemente dejar pasar, porque si lo hacen volverá, una y otra vez, a rondar por el proceso como ha ocurrido en nuestro proceso.

Quisiera desearles lo mejor. Y en su propio interés que su propio conflicto se resuelva de forma pacifica. Veremos a dónde vamos desde aquí juntos, y las primeras pocas lecciones que puedan utilizar para aprender de nosotros o cualquier cosa que podamos hacer por ustedes, estaremos más que deseosos de hacerlo. Ezkerrik asko!

*Robert McClenaghan es miembro de Sinn Fein, experto en la guerra sucia. Ha sido invitado por Askapena a Euskal Herria para participar en las Jornadas Internacionalistas celebradas del 13 al 17 de junio de 2006.