Como una bofetada para todo el mundo justo y democrático ha caído la decisión del así llamado tribunal de La Haya de liberar a los generales croatas que lideraron la limpieza étnica durante la operación criminal bautizada «Tormenta», en Krajina, zona de mayoría serbia en Croacia. Quedará para siempre la incógnita de quién asesinó a […]
Como una bofetada para todo el mundo justo y democrático ha caído la decisión del así llamado tribunal de La Haya de liberar a los generales croatas que lideraron la limpieza étnica durante la operación criminal bautizada «Tormenta», en Krajina, zona de mayoría serbia en Croacia. Quedará para siempre la incógnita de quién asesinó a miles de civiles desarmados, quién expulsó en cuestión de días a más de 300 mil serbios desde sus pueblos que habitaban desde hace siglos y quién bombardeó columnas de refugiados que huían hacia Serbia.
Según la sentencia de este mal llamado tribunal, nadie.
Las más absurdas y a su vez llenas de complicidad son las palabras del juez (¿juez?) Marion que dijo que los bombardeos no fueron ilegales y que no se puede hablar de la deportación forzosa de los serbios.
¿Cómo es posible eso? ¿Fueron los serbios unos agresores que vinieron de no sé dónde para atacar a Croacia o fueron ciudadanos de la propia Croacia que se oponían al ilegal acto de su secesión tan firmemente apoyado por el Vaticano y Alemania (¿os suena de algo?) ¿Cómo es posible que una persona, presuntamente en su sano juicio, considere que no es un crimen la movilización de más de 100 mil efectivos del ejército croata, debidamente armados y entrenados por los ejércitos estadounidense y alemán, que atacan pueblos serbios, bombardean columnas de refugiados y matan ancianos que no tienen (o no pueden) adonde huir?
Esta argumentación es un escándalo sin precedentes.
¿O resulta que todo este ejército fue a invitar a los serbios que permanecieran en sus casas garantizándoles que no les faltaría ni un pelo de la cabeza? No dijeron que lo que sí les faltaría era la cabeza.
¿Cómo entender que todo el mundo miraba al otro lado cuando durante días miles y miles de serbios huían por las carreteras hacia Serbia, completamente abandonados a su suerte y bombardeados por el ejército croata?
Es obvio que no se trata de una payasada de cinco personas disfrazadas en La Haya sino de la firme determinación de todo el mundo occidental de castigar colectivamente a todo un pueblo, el mío. En esto sí que estoy de acuerdo con La Haya. Gotovina y Markač no son los máximos culpables.
Esta Europa libertaria, tan enferma de su paternalismo y acomplejada de su supuesta superioridad ética, libera sin ningún criterio a todos los criminales que mataron masivamente a los serbios y les convierte así en héroes. Destaca entre ellos Naser Orić, el señor de la guerra de Srebrenica (cuya liberación, la de Srebrenica, se produjo solo tres semanas antes del inicio de la operación «Tormenta» en Krajina y es uno de los motivos principales porque se insiste hasta la saciedad en el «genocidio de Srebrenica», para que no se hablara del autentico genocidio llevado a cabo por Gotovina y los suyos en le operación «Tormenta».)
Repito, es literalmente escandaloso y va dirigido contra todo el pueblo serbio.
Es razón más que suficiente para que Serbia abandone inmediata e incondicionalmente la política suicida promovida por el gobierno títere de Boris Tadić, que la UE no tiene alternativa. Esta Unión Europea, que en muchísimos, yo diría casi en la mayoría de los casos, no defiende ni los intereses de sus propios ciudadanos, no puede ser ninguna panacea para los serbios. Una Europa moderna y civilizada que cierra los ojos ante las expulsiones de serbios de Kosovo y de Croacia está jugando un juego doble y criminal en los Balcanes. Por un lado permite a Croacia expulsar a los serbios y por el otro bombardea a Serbia únicamente porque esta quiso preservar su integridad territorial en Kosovo y Metohia. Prometiendo El Dorado a Serbia cuando ésta en un futuro sin determinar se convierta en miembro de la UE, le exige respetar «la integridad territorial de Kosovo». Por el otro lado, la UE nunca menciona términos como integridad territorial de Serbia o derecho de serbios a autodeterminación, derecho que todos los demás pueblos de la antigua Yugoslavia tuvieron. Con esta decisión del tribunal de La Haya, que se hizo famoso por haber asesinado (indirectamente o directamente) varios detenidos serbios, entre ellos al presidente Slobodan Milošević, el occidente ha dado la estocada definitiva a la justicia y al humanismo. Con esta legalización se ha cerrado el círculo del crimen contra el pueblo serbio que éste ha sufrido por parte del occidente. También se ha dado luz verde a Hashim Tachi para que, de la misma manera que Croacia, resuelva el problema con los serbios que todavía resisten en el norte de la provincia serbia, Kosovo y Metohia.
Ya va siendo hora de que Serbia reconozca con quién puede mantener las relaciones bilaterales «de tú a tú» y que haga todo lo posible por su parte que éstas sean lo más fructíferas posibles. Olvidemos el espejismo de la Unión Europea que se encuentra sumergida en una gravísima crisis gracias a la avaricia de su propia cúpula financiera y política que se enriqueció enormemente chupando la sangre de sus propios ciudadanos. Podemos únicamente suponer qué nos esperaría a nosotros.
Como no comprendamos esta simple premisa y como no abandonemos el camino suicida hacia Bruselas (que no acaba allí), indudablemente desapareceremos como pueblo y como estado.
Fuente: http://www.semanarioserbio.com/modules.php?name=News&new_topic=29
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