La senadora por el Frente Amplio Lucía Topolansky (Montevideo, 1944) fue guerrillera de los Tupamaros durante la dictadura (1973-1985) y pasó 13 años en la cárcel. Es la única mujer que ha presidido el Senado de su país y está casada con el actual presidente José Mújica. Uruguay celebró el lunes el 25 aniversario del […]
La senadora por el Frente Amplio Lucía Topolansky (Montevideo, 1944) fue guerrillera de los Tupamaros durante la dictadura (1973-1985) y pasó 13 años en la cárcel. Es la única mujer que ha presidido el Senado de su país y está casada con el actual presidente José Mújica.
Uruguay celebró el lunes el 25 aniversario del fin de la dictadura. La senadora por el Frente Amplio Lucía Topolansky (Montevideo, 1944) fue guerrillera de los Tupamaros durante el régimen (1973-1985) y pasó 13 años en la cárcel. Es la única mujer que ha presidido el Senado de su país y está casada con el actual presidente José Mujica, a quien conoció durante los años de lucha armada. En un despacho sobrio, con sólo una foto del Che Guevara a sus espaldas, Topolansky describe la experiencia del Gobierno de coalición encabezado por el Frente Amplio, que llegó al poder en 2004.
Uruguay es un pequeño país entre dos gigantes, Brasil y Argentina. ¿Cómo se reconoce a sí mismo?
Es uno de los países con instituciones más fuertes de América Latina, si bien tuvo dos dictaduras, de tres y 12 años de duración, respectivamente. Al uruguayo le gusta expresarse y votar, es parte de su idiosincrasia. A principios del siglo XX se introdujeron una cantidad de reformas sociales vanguardistas que dieron una impronta distinta a Uruguay. Estas leyes trajeron a un país altamente alfabetizado la ley laboral de ocho horas, la protección sindical, el divorcio y el voto de la mujer.
¿Cómo se abrió paso la izquierda?
La izquierda uruguaya tuvo la genialidad en 1971 de juntarse en el Frente Amplio (FA) y entonces empezó a incidir en la realidad.
Con éxito. Ya van por su segundo Gobierno.
Sí. Tenemos una forma diferente de gobernar. En el periodo del anterior presidente, Tabaré Vázquez, se hicieron 38 leyes laborales. Ello permitió que se sindicalizaran cantidad de trabajadores que antes eran perseguidos. La central obrera creció en sus afiliados tres veces y media. También se reguló por ley el trabajo doméstico que incluye salario, protección social y seguro de desempleo.
¿Qué otros resultados ha dado la gestión anterior del FA?
La pobreza ha bajado un tercio y la indigencia la mitad. Nosotros veníamos de una crisis terrible en 2002 que nos había dejado en el suelo. Ahora esperamos eliminar la indigencia y bajar la pobreza otro tanto.
¿Y en política económica?
Se han hecho dos reformas de fondo. Una es la tributaria, aún en proceso. En Uruguay se pagaban impuestos de manera muy injusta. Con la reforma tributaria, mucha gente que pagaba impuestos dejó de pagar, y otra, que pagaba muy poco, pasó a pagar un poco más. La segunda reforma fue sobre el organismo recaudador para darle más eficiencia contra la evasión. La recaudación ha subido muchísimo y eso permite desarrollar una política pública que necesita dinero.
El Frente Amplio aglutina fuerzas muy diversas.
Es un frente policlasista, no un partido. Tiene la virtud de reunir a toda la izquierda, desde el Partido Comunista hasta sectores que son sólo progresistas. Pero el hecho de estar todos juntos nos permitió llegar al poder. De otro modo hubiéramos sido sólo testimoniales. En el mundo fracasaron todos los sistemas: el capitalista porque la gente muere de hambre, y el socialista aplicado en Europa oriental. No es sencillo reconocer que la teoría del socialismo real no tuvo éxito en su práctica, aunque dejó cosas positivas que debemos rescatar. Si los de izquierda no vemos esto con honestidad, no vamos a avanzar nunca.
¿Qué impronta le han dejado los 13 años que pasó en la cárcel por su militancia en la guerrilla?
De mi paso por la cárcel sólo puedo dar gracias a la vida porque estoy acá. Trato de mirarlo en positivo. Aquellos años que estuvimos presas, tratamos de ilustrarnos unas con otras, vivir lo mejor que podíamos como la mejor defensa que teníamos, para poder salir con la cabeza lúcida y el compromiso entero. Así la cárcel no podía destruirnos como personas.
¿Y cómo contempla ahora su pasado tupamaro?
La guerrilla tiene que ver con un momento de la historia de América Latina y un contexto. Si esto no se tiene en cuenta, no se entiende nada. En América Latina tuvo un gran impacto en los años sesenta la revolución cubana, y la región tuvo en todos sus países movimientos armados que pensaban que era el camino más eficiente para llegar al poder. Nosotros éramos parte de eso, pero con nuestra impronta uruguaya. Perdimos, porque triunfó la dictadura, y del mismo modo perdió toda la sociedad. A la salida de la represión, el mundo, América Latina y el país eran otros, así que decidimos hacer trabajo político legal, y sumarnos al Frente Amplio.
¿Era concebible que ex guerrilleros entraran en el Gobierno?
Hace 25 años era impensable que alguien que había sido tupamaro, como Mújica o como yo, pudiera tentar la responsabilidad que hoy tenemos. Cuando hace un cuarto de siglo tomaba posesión el Gobierno democrático, nosotros todavía estábamos en la cárcel, porque la Ley de Amnistía se aprobó 14 días después. El pueblo uruguayo siempre peleó por la amnistía para los presos políticos. Ese pueblo nos fue a recibir a la salida de las cárceles. No a todas las guerrillas latinoamericanas les ha pasado eso. Fuimos una guerrilla con guante blanco que trató de hacer el menor daño posible a la población, y denunciar las cuestiones del sistema que estaban en juego. Y la gente nos aceptó. No se explica de otro modo que Pepe [Mujica] sea hoy presidente de la República.
¿Qué opina de la Ley de Amnistía española de 1977?
Hay responsabilidades que deben ser asumidas. En un momento de transición de una realidad a otra, el pueblo vota leyes de amnistía para generar situaciones de unidad. Pero están también las víctimas de esas realidades. En Uruguay nos pasa lo mismo. Tenemos la Ley de Caducidad [que protege a los militares de la dictadura].
¿Y cómo ve lo ocurrido en España con las víctimas de la dictadura franquista?
Algunos siempre nos habíamos preguntado por qué el juez Baltasar Garzón perseguía a represores del extranjero y no miraba lo que había pasado en España. Ahora vemos la respuesta. Hasta que todas esas cosas no se salden, van a estar. La memoria no se borra por decretos o por voluntad de gobernantes. En ese sentido, España todavía tiene un largo camino que recorrer.