La reducción del tiempo de trabajo en Francia con la aplicación de la ley de las 35 horas de trabajo generó cerca de 350.000 empleos entre 1998 y 2002, sin que eso tuviera efectos negativos sobre la situación de las empresas
Esa es una de las principales conclusiones de un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INSEE), que lo explica porque la aplicación de la ley ‘ha sido finalmente menos importante de lo que se había calculado en los ejercicios de simulación’.
En concreto, el Gobierno de derechas desde su llegada al poder en mayo de 2002 ha llevado a cabo varias adaptaciones legislativas que han flexibilizado la aplicación de la normativa, en particular para las pequeñas empresas, que se benefician de un régimen derogatorio que les permite evitar su aplicación a cambio de una pequeña remuneración para los asalariados.
La promotora de la ley de las 35 horas, la ex ministra socialista de Empleo Martine Aubry, estimaba que la reducción del tiempo de trabajo había permitido crear 400.000 puestos de trabajo.
Otra de las conclusiones relevantes del informe es que con las 35 horas ‘las ganancias de productividad, moderación salarial y reducción de cotizaciones sociales permitieron mantener la competitividad de las empresas’ que sí redujeron el tiempo de trabajo de sus asalariados.
En todo caso, constata que disminuir el tiempo de actividad ha supuesto una menor producción por activo, de forma que ‘la reducción del tiempo de trabajo ofrece más tiempo libre y en contrapartida una menor progresión del poder adquisitivo’.
Para ilustrarlo, los autores del documento indican que entre 1993 y 2000 la producción global de las empresas que asumieron las ‘leyes Aubry’ aumentó una media del 3,2 por ciento anual, frente al 7,1 por ciento para las que en 2000 seguían en un régimen de 39 horas semanales.
Para los trabajadores, el INSEE considera que ‘el sentimiento de mejora de la vida cotidiana es de media más bien positivo’, sobre todo para las madres de familia que trabajan a tiempo completo.
En términos generales, ha beneficiado a las categorías profesionales superiores, mientras que para los obreros y empleados poco cualificados a la moderación salarial se ha sumado una intensificación del ritmo de trabajo y una mayor exigencia de polivalencia en el empleo, indica.