Máirtín Ó Muilleoir, editor del grupo Belfast Media (de tendencia republicana), en el editorial publicado en los periódicos Andersonstown News y North Belfast News, del jueves día 15 de julio, no sólo analiza los recientes disturbios, responsabilizando a los orangistas y a los disidentes republicanos violentos de compartir objetivos para hacer descarrilar el proceso de […]
Máirtín Ó Muilleoir, editor del grupo Belfast Media (de tendencia republicana), en el editorial publicado en los periódicos Andersonstown News y North Belfast News, del jueves día 15 de julio, no sólo analiza los recientes disturbios, responsabilizando a los orangistas y a los disidentes republicanos violentos de compartir objetivos para hacer descarrilar el proceso de paz, sino que llega a desafiar a estos últimos a exponer sus argumentos en las columnas de sus periódicos (si es que cuentan con un portavoz para ello). Un artículo muy interesante (que difunde desde su blog).
Extraños compañeros de cama
Editorial de Andersonstown News y North Belfast News (15/07/2010).
Es difícil creer que, 16 años después del primer alto el fuego del IRA que puso a la sociedad en el camino de la paz, la Orden de Orange siga negándose a entablar conversaciones con los nacionalistas y sus representantes políticos con el fin de resolver las controversias en torno a un puñado de desfiles contenciosos. Sin embargo, como se vio en Ardoyne el lunes, ese es precisamente el caso.
En lugar de participar en el diálogo, la Orden de Orange prefiere marchar ciegamente, insensible al caos y la locura que deja a su paso. Sospechamos que cuando el jefe de policía Matt Baggott se refiere a la falta de liderazgo de nuestros políticos, está pensando en algunos de los políticos unionistas de más alto rango que salen el Doce de Julio por la mañana con estos desfiles anti-católicos que culminan en antediluvianas declaraciones contra el proceso de paz en el campo.
Nacionalista
Lamentablemente, los hombres de ayer que dirigen el Orangismo tienen su reflejo en ese pequeño grupo de republicanos amargados cuya oposición al proceso de paz -y a los dirigentes del Sinn Féin- es legendaria. De hecho, muchos de los que bloquearon la carretera de Crumlin el Doce de Julio pasaron más tiempo criticando al Sinn Féin que criticando a la pérfida Albión. Es una cruel ironía que los orangistas y los [republicanos] disidentes partidarios de la violencia vean de igual manera el proceso de paz como una liquidación.
Ambos están dispuestos a aceptar un regreso a la muerte, a la destrucción y a los indecibles sufrimientos de los treinta años de guerra, si eso es lo que hace falta para detener la paz. Sin embargo, en contra de aquellos cuya atención se centra en librar de nuevo las guerras del pasado, está la gran mayoría de la gente de esta isla, nacionalistas y unionistas, que aceptan que un nuevo conflicto sólo conducirá a la celda de la prisión y al cementerio, antes de que inevitablemente se llegue otra vez a una mesa de negociaciones dentro de 20 años.
A aquellos en los círculos republicanos que adoptan los lemas nihilistas de antaño se les debe pedir que presenten y defiendan sus acciones durante los últimos cuatro días. Después de todo, el mayor peso de la guerra es soportado por la población civil, por lo que el ciudadano común tiene derecho a saber adónde nos están llevando estos enfrentamientos sangrientos con los orangistas y la policía.
Suponemos que hay personas dentro de las filas de la sopa de letras de los grupos que aspiran a ser el IRA que pueden responder a esta pregunta; nuestras columnas están abiertas a ellos. De hecho, creemos que las cabezas más sabias entre los grupos republicanos descontentos deben ser alentados a entablar un diálogo permanente con la comunidad y nuestros líderes políticos. La experiencia nos dice que la exclusión de ciertos puntos de vista conduce a más violencia, no a menos.
Por otra parte, el maltrato de los presos y el abuso de sus derechos por la policía no serán tolerados por el pueblo nacionalista. Tales acciones, por supuesto, también incrementarán el apoyo para aquellos que se oponen al proceso de paz.
Asesinato
Estableciendo su estrategia para un «retorno a la guerra», los líderes de las facciones disidentes violentas tal vez deseen abordar el papel de matones antisociales (con mucha frecuencia aparecen en estas páginas por aterrorizar a la comunidad local a través del robo de coches, asalto, robo y asesinato) en la violencia que ha estado ocurriendo en nuestras calles durante los últimos quince días, sobre todo en Broadway, Lower Ormeau y Belfast Norte.
Un futuro donde orangistas, soldados en cese el fuego y matones antisociales encuentren una causa común es algo que no tiene ningún atractivo para la gente nacionalista que luchó contra los británicos y sus aliados durante más de 30 años largos y duros y que ahora está más decidida que nunca a ganar la paz.
Fuente original: http://www.belfastmedia.com/
Traducción al castellano: http://innisfree1916.