La cifras sobre las personas «con transfondo migratorio» en Alemania (es decir, los extranjeros nacionalizados y los hijos de padre o madre extranjeros) son definitivamente dramáticas: Migrantes en Alemania: 15,3 millones; Números de familias migrantes: 27 %; Cuota de migrantes de niños hasta dos años: 34 %; Migrantes sin profesión: 44 %; Migrantes en edad […]
La cifras sobre las personas «con transfondo migratorio» en Alemania (es decir, los extranjeros nacionalizados y los hijos de padre o madre extranjeros) son definitivamente dramáticas:
Migrantes en Alemania: 15,3 millones; Números de familias migrantes: 27 %; Cuota de migrantes de niños hasta dos años: 34 %; Migrantes sin profesión: 44 %; Migrantes en edad entre 22 y 24 años sin profesión: 54 %; Migrantes turcos sin profesión: 72 %; Migrantes en el paro: 29 %; Migrantes con bajo sueldo: 43,9 %; Migrantes en situación de pobreza: 28,2 %; Niños migrantes en situación de pobreza: 36,2 %; niños migrantes turcos que han sufrido o sufren maltratos dentro de sus familias: 44,5 %; Niños migrantes de Berlín con necesidad de apoyo en el aprendizaje de la lengua alemana: 54,4 %; Cuota de migrantes en la escuela Eberhard-Klein- Schule, de Berlin-Kreuzberg: 100 %; número de migrantes jóvenes con más de diez delitos cometidos en Berlín: 79 % .
Estas cifras son una muestra del fracaso de las medidas dirigidas a la población migrante. Lo específico del caso alemán no es el elevado número de inmigrantes actuales, que es relativamente alto en comparación con otros países europeos (9%), sino la incapacidad de los gobiernos alemanes de integrar dignamente a la población migrante a la sociedad alemana: la población migrante es percibida como extranjera, incluso en la tercera generación.
La integración de los migrantes a la sociedad alemana es sin lugar a dudas uno de los grandes problemas sociales en Alemania. Esto se hace evidente al ver la citación de este población en el jardín infantil, pasando por la escuela y la formación profesional y llegando hasta el mercado laboral e incluso hasta en los mismos escenarios del delito. Existe una discriminación estructural: Casi el 20% de los niños migrantes son desertores del sistema escolar. Más del 35% de los jóvenes extranjeros no cuentan con ninguna formación profesional. La cuota de desempleo dentro de la población migrante está por encima del 20%, doblando el porcentaje general de las estadísticas de desempleo. Por ejemplo, sólo un 1% de los 750.000 maestros de escuelas son personas con un trasfondo migratorio .
Personas de origen no alemán constituyen una cuarta parte de la totalidad de los berlineses. Unos 300.000 habitantes, que viven desde hace 8 o más años en el país, siguen sin tener posibilidad de ejercer su derecho a voto. Si es cierto, como lo repiten los politólogos, que la participación política es parte integrante de la democracia, entonces en la Alemania de hoy se hace necesario actuar prontamente para encontrar una solución a la difícil situación que atraviesa una gran parte de la su población. Es indispensable, entre otras exigencias, introducir el derecho de los migrantes al voto en las elecciones comunitarias y ofrecer mayor facilidades para los procesos de nacionalización.
Frente a esta realidad le hicimos las siguientes preguntas a Figen Izgin de origen turco, candidata por el distrito electoral de Berlín-Tempelhof-Schöneberg en la lista berlinesa para las elecciones del Bundestag:
JG: ¿La derecha tiene un discurso bastante agresivo contra los inmigrantes, también en estas elecciones. Cual es el discurso del partido Die Linke (La Izquierda)?
Figen Izgin: La diversidad cultural no es un fenómeno marginal. Mas de 15 millones de alemanes tienen raíces extranjeras, o lo que comúnmente se llama «trasfondo migratorio». Muchas de las leyes que rigen para esta población dificultan su cotidianidad. La «Integración» es definida en Alemania de diferentes formas, y cada cual la entiende de manera diferente.
Para nosotros, hace parte de una exitosa política de integración un sistema de educación y capacitación profesional que tome en cuenta las diferentes procedencias culturales y sociales. La participación en el mercado laboral de la población con trasfondo migratorio no puede reducirse a ser fuerza laboral barata. La participación política, y una legislación que facilite la vida en sociedad y le de al migrante el sentimiento de ser bienvenido en el país, son elementos indispensables para poner en marcha una política migratoria exitosa. Estos aspectos, bastantes diferentes unos de otros, pero que están relacionados intrínsecamente y que a menudo interactúan, nos demuestran que la «integración» es un tema a tratar transversalmente dentro de las propuestas políticas y políticas federales y regionales.
JG: Que puede hacer La Izquierda para enfrentar la discriminación contra la población migrante?
Figen Izgin: La política de integración desarrollada hasta ahora se ha caracterizado más por la desconfianza y la segregación, a pesar de las Cumbres de Integración y del Plan Federal de Integración, cuya implementación todavía está pendiente. Pienso que este Plan ni siquiera ha sido discutido consecuentemente en las Comisiones del Parlamento Federal. Tenemos que acabar primero con la discriminación estructural, si creemos que la integración es posible, sobre todo a través de la educación.
En Alemania contamos con un sistema escolar que segrega a los niños de familias de pocos recursos, entre estos, niños de lengua materna no alemana. El sistema escolar de tres tipos de colegios debe ser superado. Además, se necesita en los colegios más personal especializado y una oferta escolar de todo el día que incluya propuestas culturales para el uso del tiempo libre. La mayoría de familias de niños que viven en situación de pobreza tienen muy pocas posibilidades de financiar, por su propia cuenta, actividades culturales, artísticas o deportivas. Nosotros gobernamos en coalición en el Estado Federal de Berlín donde implantamos el modelo de colegio comunitario (Gemeinschaftsschule). Ahí, los alumnos reciben clases, independiente de cuan ricos o pobres sean sus padres.
Mientras que hoy en día muy pocos jóvenes de familias en estado de vulnerabilidad tienen acceso a la universidad, las fuerzas políticas conservadoras de la sociedad han establecido la matricula universitaria. Nosotros en Berlín junto con el Partido Social Demócrata (SPD), y a nivel federal en general, estamos en contra del cobro de la matrícula universitaria y exigimos una educación y capacitación profesional de calidad, gratuita y que se garantice el derecho a la educación como un derecho constitucional.
JG: ¿Si los migrantes tuvieran derecho participar en las elecciones comunitarias, como cambiarían los discursos de los partidos?
Figen Izgin: Personalmente estoy por el derecho al voto a nivel federal de los ciudadanos que tienen su residencia permanente en Alemania. Ellos tienen que tener el derecho a decidir quien los representa políticamente. En últimas, así como los migrantes deben cumplir con todas sus obligaciones ciudadanas, también deben poder ejercer el derecho ciudadano al voto. En el momento en que los ciudadanos con trasfondo migratorio adquieran el derecho al voto, los partidos conservadores se verán por lo menos obligados a no hacer campaña electoral a costas de los migrantes.
JG: ¿Cuál es el comportamiento de la población migrante nacionalizada y con derecho al voto en las elecciones?
Figen Izgin: El comportamiento electoral de la población nacionalizada es muy diverso. La mayoría elige todavía SPD (Partido Social Demócrata Alemán). Esto tiene que ver con el origen trabajador de este segmento de la población. Mi partido, La Izquierda, es un partido nuevo, y en los antiguos Estados Federales de occidente, donde vive la mayoría de extranjeros, un partido en desarrollo, en el cual nosotros los migrantes y simpatizantes jugamos cada vez más un papel grande.
JG: ¿Con la existencia del partido Die Linke (La Izquierda), se esperan cambios en el comportamiento electoral de la población con fondo migratorio y con facultad a votar?
Figen Izgin: Muchas/os migrantes no tienen confianza en las/los políticos, ya que han sido desilusionados a menudo. Durante su coalición de gobierno de 1998 al 2005 los Verdes y la Socialdemocracia querían establecer, por ejemplo, el derecho a la doble nacionalidad. Esta promesa electoral no fue cumplida. Lo que se reformó fue la ley de nacionalidad en el año 2000. Muchas/os ciudadanas/os tenían, según la antigua ley, el derecho a la doble nacionalidad, derecho que perdieron con esta reforma. La nueva reglamentación afectó a mas de 60.000 migrantes de origen turco, que no solamente perdieron la nacionalidad alemana sino su antiguo derecho de residencia, quedando con visa de residencia limitada en el tiempo. La nueva ley ha conducido no solamente a imposibilitar la doble nacionalidad sino a dificultar la nacionalización de los migrantes. El descenso de estas cifras desde el año 2000 es una muestra de ello.
La pobreza y desempleos crónicos aumentan constantemente en Alemania. Cada vez más ciudadanos son empleados con salarios bajos y dependen de la ayuda estatal. Los migrantes son los más afectados – en relación con el porcentaje que representan en la población – por la desocupación crónica y la asistencia social del Estado (HARTZ IV).
La tasa de desempleo aumentará debido a la crisis económica y financiera. Nosotros exigimos como único partido que los costos de la crisis sean asumidos por sus responsables y los mercados financieros sean controlados democráticamente. Mientras que algunos bancos y consorcios reportan de nuevo ganancias, las administraciones regionales y el Estado reportan 17,3 millones de euros de déficit fiscal. Esto significa sencillamente que después de las elecciones del 27 de septiembre habrá en Alemania en muchos sectores de la economía y la asistencia social nuevos recortes. El que quiera impedirlo debe votar por La Izquierda.
1) Berichte der Stern: News am 05.09.200 (Stern.de)
2) La fuente de las cifras mencionads provienen de la red contra la
discriminación de Berlín y Brandeburgo (ADNB).
Traducción: Carlos Ceballos
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