# ‘The Lancet’ señala que la diatriba contra el condón pone en peligro «la salud de millones de personas». El semanario acusa a Benedicto XVI de falsear la verdad científica para extender la doctrina católica
La irritación que el papa Benedicto XVI ha provocado en la comunidad científica internacional al cuestionar la eficacia del preservativo en la lucha contra el sida difícilmente podría tener un altavoz más autorizado que la revista británica The Lancet, considerada, junto con la estadounidense New England Journal of Medicine, como la publicación médica más influyente del mundo. Y esta vez The Lancet ha sido contundente. En un editorial de insólita dureza que aparece en el número que hoy mismo se distribuye, el semanario acusa al Pontífice de haber llevado a cabo un ejercicio de «manipulación» de la verdad científica que ha puesto en peligro «la salud de millones de personas», y le exige por ello una rectificación en toda regla. La actitud intransigente de la alta jerarquía católica en general y de Benedicto XVI en particular respecto al uso del condón ya había sido denunciada anteriormente desde las páginas de The Lancet. Pero en esta ocasión, la prestigiosa revista considera que el Papa ha cruzado la frontera de lo admisible al afirmar, de camino a su primera visita apostólica a África –un continente particularmente castigado por el sida–, que la distribución de condones no solo no soluciona el problema de la infección, sino que «lo agrava».
«Flaco servicio»
«Cuando una persona influyente, ya sea una figura religiosa o política, hace una declaración científica que podría tener efectos devastadores sobre la salud de millones de personas, debería retractarse o rectificar», señala el editorial de The Lancet, que, consciente del enorme impacto que todas las manifestaciones del Pontífice tienen entre los católicos, añade a continuación: «Algo menos que eso sería hacer un flaco servicio al público y a quienes trabajan en defensa de la salud, incluidos muchos miles de cató- licos que trabajan de manera incesante para impedir la propagación del sida en todo el mundo». La revista sugiere incluso que Benedicto XVI es consciente de la falsedad que encierran sus palabras pero antepone a la verdad el propósito interesado de extender su fe. «Al afirmar que los condones exacerban el problema del sida, el Papa ha distorsionado públicamente las evidencias científicas con el fin de promover su doctrina», apunta. Y más adelante abunda en la cuestión: «No está claro si el error del Papa se ha debido a ignorancia o a un intento deliberado de manipular la ciencia en apoyo de la ideología católica».
Matización insuficiente
La ola de airadas protestas que han provocado las declaraciones de Joseph Ratzinger forzó el domingo pasado a L’Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, a publicar un artículo en el que se aceptaba la eficacia del preservativo y a matizar que lo que el Papa quiso decir en realidad era que la distribución de condones por sí sola no es suficiente para hacer frente al sida, sino que debe ir acompañada de prácticas más acordes con el discurso de la Iglesia católica como la abstinencia y la fidelidad dentro del matrimonio. Una suerte de marcha atrás que The Lancet juzga completamente insuficiente. «Sus comentarios de Benedicto XVI es- tán ahí –señala la revista–, y los intentos del Vaticano de retorcer las palabras del Papa, manipulando una vez más la verdad, no es el mejor camino a seguir». No es este el primer editorial que The Lancet dedica a criticar el inmovilismo de Ratzinger en este asunto. En enero del 2008, el semanario ya publicó un artículo en el que arremetía contra la postura de «este Pontífice conservador» y recordaba que «hay muchos católicos y prelados que sí reconocen la importancia del preservativo».