La crisis de la zona euro demuestra que hay claramente una Europa de dos velocidades, no la de la UE 17 (zona euro) y la UE 27 (estados miembros), sino la de los países ricos y sólidos de una parte y la de los países pobres y frágiles de otra. ¿Qué ha provocado ese foso? […]
La crisis de la zona euro demuestra que hay claramente una Europa de dos velocidades, no la de la UE 17 (zona euro) y la UE 27 (estados miembros), sino la de los países ricos y sólidos de una parte y la de los países pobres y frágiles de otra. ¿Qué ha provocado ese foso?
La Unión Europea y la zona euro fueron creadas aplicando principios que favorecen únicamente al capital: libertad total de movimientos de capitales, libertad de circulación de las mercancías y servicios, promoción a cualquier precio de la competencia, puesta en cuestión del planteamiento del principio de los servicios públicos… Se le da toda la libertad al capital con el objetivo de hacer un máximo de ganancias, considerando equivocadamente que si se favorece una iniciativa privada, todo va a funcionar muy bien.
Poniendo en pie ese principio y reduciendo al máximo la intervención de los estados en términos de reglamentaciones, de presupuestos, nos encontramos con una Europa en la que el presupuesto representa menos del 1% de su PIB ¡cuando generalmente, el presupuesto de los estados más industrializados está alrededor del 40%-50% del PIB! Nos encontramos con un presupuesto famélico, cerca de cuya mitad va a la Política Agrícola Común. La consecuencia es que Europa no está dotada de un medio que le permita reducir las disparidades entre las economías más fuertes y las más débiles de la Unión. Cuando se pone en una misma estructura en competencia economías completamente diferentes, se refuerzan las disparidades.
¿Hay otros puntos de fractura?
No solo hay una oposición por una parte entre países como Grecia, Portugal, Irlanda, España y los países del Este y por otra los más fuertes de la UE. ¡También se da en el interior mismo de cada uno de esos países! Se han aumentado, por medio de las reformas del mercado de trabajo, las disparidades salariales.
Las políticas llevadas a cabo en el interior de los estados de la UE han contribuido a las desigualdades. Un ejemplo emblemático, Alemania. Se han puesto en pie contrarreformas que intentan aumentar enormemente las diferencias de estatus entre los trabajadores, lo que hace que hoy haya ¡7 millones de asalariados a tiempo completo que ganan 400 euros por mes!
Se sabe que la fiscalidad es uno de los nudos del problema europeo y del endeudamiento de los estados. ¿Cómo explicar el hecho de que la mayor parte de los países europeos continúen desarrollando la competencia interna?
Se ha rechazado una armonización fiscal en Europa. Hay sistemas fiscales totalmente diferentes. En Chipre el impuesto sobre las sociedades es del 10%. Lo que debería cambiar con la crisis que se conoce hoy. En Irlanda, el ISOC es del 12,5% y en Bélgica del 39,99%. Esta disparidad permite a las empresas declarar sus rentas donde les resulta más barato. La política europea actual protege el fraude fiscal. Los paraísos fiscales existen en el seno de la la UE y de la zona euro. En particular, la City de Londres en el caso de la UE, el Gran Ducado de Luxemburgo en la zona euro.
A nivel nacional, es completamente posible adoptar medidas de justicia fiscal. La idea según la cual «estamos en la zona euro y por tanto no se pueden tomar medidas importantes en el plano fiscal» es falsa. Se hace creer a la gente que no hay otra salida. Quienes invocan ese discurso intentan proteger a los defraudadores. Se ve claramente que con el «tema» de Chipre, se quieren dar a luz soluciones que anteriormente eran consideradas como imposibles: se va a poner impuestos a las personas que tienen más de 100.000 euros en los bancos, instaurar un control sobre los movimientos de capitales. Rechazo el plan impuesto por la Troika en Chipre pues el objetivo perseguido es imponer una política global antisocial pero ciertas disposiciones tomadas muestran que es posible controlar los movimientos de capitales y poner fuertes impuestos por encima de un cierto nivel de patrimonio.
A pesar de las reglas impuestas por la UE, es completamente posible que algunos países se opongan a la política de la Comisión y fuercen con su actitud a una renegociación a nivel europeo. Hay que reconstruir Europa democráticamente. Mientras tanto, es necesario que gobiernos de izquierda rompan la disciplina. Si François Hollande hubiera respetado lo que hizo que los franceses le eligieran, habría pedido una renegociación del pacto fiscal europeo con Angela Merkel y en el caso en que ésta se hubiera negado, se habría pronunciado en contra a la hora de la votación. Ello hubiera podido impedir la adopción de ese tratado.
La crisis del euro traduce de forma evidente una ausencia de gobernanza política sólida (ausencia de política económica, presupuestaria, fiscal y social coherente). La falta de apoyo europeo en relación a la deuda griega es reveladora de la fragilidad de una unión si no está fundada en la solidaridad. ¿Esta crisis del euro anuncia el fin definitivo de la solidaridad europea? ¿Está definitivamente enterrado el sueño del federalismo europeo?
La solidaridad europea no ha existido jamás en el marco de la UE tal como existe. O se podría decir que si hay solidaridad, es con las grandes empresas europeas. Los gobiernos europeos han tomado de forma sistemática medidas para ayudar a los bancos europeos y a las grandes empresas europeas. Pero cuando se trata de ayudar a los pueblos y a las economías más débiles, no hay solidaridad. Se podría más bien decir que hay un cierto tipo de solidaridad: una solidaridad de clase, una solidaridad entre capitalistas.
El federalismo es posible pero debe resultar de una constituyente de los pueblos. Guy Verhofstadt y Daniel Cohn-Bendit defienden un federalismo por arriba… Necesitamos un federalismo planteado por la base, por el pueblo.
El federalismo es posible y necesario, pero implica una salida a partir de abajo a la crisis europea. Esto no quiere decir un repliegue sobre sí sino una solidaridad entre los pueblos europeos y una Constitución europea decidida por los propios pueblos.
¿Qué habría que hacer para que las instituciones europeas fueran más democráticas?
¡Hay que deconstruir las instituciones no democráticas y construir nuevas y esto a partir de una constituyente de los pueblos! El poder legislativo (el parlamento europeo) es extremadamente débil, demasiado sometido al ejecutivo.
A falta de receta milagrosa, ¿tiene vd. una idea concreta para reconciliar al ciudadano con Europa?
En el marco de las fronteras nacionales, hay que tomar iniciativas para que los movimientos sociales y las organizaciones de izquierda coherentes definan un proyecto común. A nivel europeo, vía el movimiento Altersummit, se intenta promover una convergencia entre un máximo de movimientos ciudadanos, de movimientos sociales y de sindicatos europeos [1] . No es fácil, hasta ahora es demasiado lento, pero no obstante es preciso construir una coalición de los movimientos sociales europeos. Es preciso también contribuir a relanzar si es posible el movimiento de los indignados, apoyar Blockupy en Francfort contra el BCE [2] . Hay también que apoyar las acciones y las actividades de las feministas contra la austeridad en Europa [3] . Igualmente, hay que reforzar otras iniciativas europeas: la red europea y mediterránea de las auditorías ciudadanas (ICAN) [4] , la red europea contra la privatización de la salud [5] , y los esfuerzos para la creación de un movimiento antifascista europeo [6] , así como la iniciativa «Los pueblos europeos contra la Troika» que ha dado lugar a acciones en decenas de ciudades europeas el 1 de junio de 2013 [7] .
Europa tiene su razón de ser porque…
Porque es necesaria una solidaridad entre los pueblos europeos. Solidaridad que es completamente posible.
Europa tiene su razón de ser a condición de que…
El proceso se haga «por abajo». Es necesaria una constituyente de los pueblos europeos y por tanto una refundación de Europa.
Hay que dar la espalda a la política realizada hasta ahora. Hay varios escenarios posibles para salir de la crisis. El que es aplicado hoy (austeridad) profundiza y agrava la crisis. Estamos en el camino de al menos 10 a 15 años de crisis, de crecimiento muy reducido. Salvo si movilizaciones sociales logran reformas estructurales radicales como: la socialización de los bancos, el refuerzo de los servicios públicos, la reconstrucción de una Europa basada en una constituyente de los pueblos; una Europa solidaria de las demás partes del mundo. Es necesario también obtener la anulación/repudio de la deuda pública ilegítima y en esta perspectiva desarrollar las iniciativas de auditoría ciudadana de la deuda como ocurre en el Estado español, en Francia, en Portugal, en Bélgica,… hoy [8] . Esta solución implicaría que los movimientos sociales y la izquierda radical fueran capaces de ofrecer una verdadera alternativa, un programa coherente y no se limitaran a un programa neokeynesiano. Sería lamentable que esta crisis del capitalismo no lograra al final más que un poco más de disciplina… El capitalismo verde regulado no permitirá solucionar el problema fundamental del cambio climático. Hay que salir del sistema capitalista.
Traducido por Alberto Nadal
[1] Ver http://www.altersummit.eu/
[2] Ver http://cadtm.org/Francfort-ein-zwei-Blockupy
[3] Ver http://cadtm.org/Femmes-d-Europe-en-route-contre-la,9166 y http://cadtm.org/Une-tres-prometteuse-tournee
[4] Ver http://cadtm.org/Des-efforts-coordonnes-en-Europe y http://www.citizen-audit.net/
[5] Ver http://reseau-europeen-droit-sante.blogspot.be/ y http://www.sante-solidarite.be/activite/actions-europeennes-contre-la-commercialisation-de-la-sante-14-15-mars-2013
[6] Ver http://cadtm.org/Por-un-movimiento-anti-fascista
[7] Ver http://cadtm.org/Pueblos-Unidos-contra-la-Troika-1