El día 20 de Febrero cuando las mujeres y hombres de izquierdas, acudamos a las urnas a votar NO a la Constitución Europea, puede que nos encontremos una sorpresa, el aplauso unánime del presidente de la mesa electoral y de todos su vocales, apoderados, y hasta del policía de la puerta. Puede, que incluso nos […]
El día 20 de Febrero cuando las mujeres y hombres de izquierdas, acudamos a las urnas a votar NO a la Constitución Europea, puede que nos encontremos una sorpresa, el aplauso unánime del presidente de la mesa electoral y de todos su vocales, apoderados, y hasta del policía de la puerta. Puede, que incluso nos pongan una medalla al mérito, y nos den flores para irnos a nuestras casas felices. Y es que no es para menos, porque tomar una decisión autónoma y decir que NO, cuando enfrente se tiene a todo un tsunami en forma de sí, arrasando ideas, razonamientos, crítica, matices y cualquier pensamiento que no coincida con el sistema, sólo puede ser fruto de un esfuerzo merecedor de aplausos, medallas y flores.
La falta de ética del gobierno socialdemócrata, que decide sin pudor ni vergüenza, utilizar dinero público para hacer campaña a favor de una de las opciones, casualmente la del sí que ellos defienden, es sólo comparable con el silencio cómplice y bochornoso de la inmensa mayoría de la clase política. La campaña institucional por el sí, tiene la ventaja incuestionable que pone en su lugar, sin atajos ni máscaras, a cada uno/a. De este modo, el disfrazado progresismo de locutores de radio, cantantes, futbolistas, faranduleros, por no mencionar a nuestros celebérrimos sindicalistas liberados del pudor, queda al desnudo, se muestran tal cual son, estómagos agradecidos, practicadores del servilismo más ruin. El dinero destinado por el gobierno a los medios de comunicación masivos, para que hagan llegar las bondades de la Constitución, es una forma muy directa de comprarlos (en el caso de que no lo estuvieran suficientemente), consigue que la unanimidad en radio, televisión y prensa escrita en papel, sea absoluta. Pero también nos permite visualizar con absoluta nitidez qué es el sistema, quiénes son sus dueños y garantes, y a quienes utilizan como portavoces con rostro amable y buen talante, en unas palabras, dónde y cómo están atrincherados los enemigos.
Nos mienten los voceros del régimen cuando leen los artículos de la Constitución europea, por cierto, firmada por el Presidente de Gobierno antes de ser refrendada, muy curiosa forma de entender la democracia, se les olvidan algunos epígrafes, como son: la potenciación de las intervenciones de la OTAN (mintiéndonos que van a defender la paz), el recorte salvaje de lo público en favor de lo privado (mintiéndonos que es eso es la modernidad), la desprotección del medio ambiente (mintiéndonos con impuestos ecológicos que jamás se cobran), la indefensión de los derechos nacionales de los pueblos (mintiéndonos con la idea de que todos los pueblos de Europa tienen ya sus países), la falta de referencia a la igualdad de género (mintiéndonos con una igualdad plena que no existe), la economía de mercado convertida en ley, (mintiéndonos con la inexistencia de otra forma de hacer economía), el reparto pactado con EEUU y China del mercado capitalista (mintiéndonos que es necesario una Europa fuerte y competitiva).
Con la misma contundencia que en otras oportunidades históricas, vamos a ir a votar que NO, es también una forma de resistencia, una forma de decir al capital que este vigilante y alerta, porque NO vamos a desfallecer.