Ya se conocen los términos de la negociación entre GM y Magna para la venta de Opel: 2.090 despidos en la planta de Aragón, que destruirán decenas de miles de empleos relacionados con la fábrica. El plan industrial de Magna, fabricante austro-canadiense de componentes para automóviles, lo deja claro: 11.000 despidos son el precio que […]
Ya se conocen los términos de la negociación entre GM y Magna para la venta de Opel: 2.090 despidos en la planta de Aragón, que destruirán decenas de miles de empleos relacionados con la fábrica.
El plan industrial de Magna, fabricante austro-canadiense de componentes para automóviles, lo deja claro: 11.000 despidos son el precio que Europa habrá de pagar por la compra de Opel. De éstos, 2.090 corresponden a la planta de Figueruelas (Zaragoza). En principio, el plan tenía previstos 10.500 despidos, pero al cerrar las negociaciones preliminares con General Motors (GM), actual propietario, Magna aumentó el número de trabajadores en la calle a 11.000. En Figueruelas, anteriormente se preveía un recorte en los próximos dos años de 1.672 puestos, que ascienden ahora a 2.090.
La planta aragonesa ya está sujeta a un expediente de regulación de empleo (ERE) que impone un recorte de 600 personas a rotación entre toda la plantilla hasta finales de noviembre, y la empresa está anunciando otro ERE que probablemente dure hasta marzo 2010. Antes de la quiebra de GM ya estaba previsto un recorte de 900 puestos de trabajo, «pero el plan industrial de Magna hace que la situación sea mucho más grave» explica Rafael Cigüenza, de CGT. El traslado a Alemania de la línea de producción del Corsa tres puertas, la mitad de la del Corsa cinco puertas y de la nave de prensas (zona de fabricación de piezas para las plantas brasileñas) «pone en peligro la supervivencia de la planta de cara al futuro», añade Cigüenza, quien teme que «cuando termine la producción del nuevo Meriva -empezará en abril 2010- que durará unos cuatro años, esta planta deje de ser estratégica y decidan cerrarla». Por esto, CGT ha convocado una asamblea general de los trabajadores de la fábrica para el 6 de octubre, una asamblea que supondrá cuatro horas de huelga de toda la plantilla.
Hay que tener en cuenta, sigue Cigüenza que «en las empresas auxiliares trabajan cerca de diez personas por cada trabajador de Opel. Con estas bases el plan Magna pone en peligro al menos 20.000 puestos de trabajo en todo Aragón». Se refiere Cigüenza a los trabajos directos e indirectos que hasta ahora ha generado la planta de Figueruelas.
Se calcula que por cada puesto en Opel hay tres en empresas auxiliares de componentes. Este mismo año el Gobierno subvencionó, entre otras, la planta de Figueruelas, a través del Plan Integral de Automoción, dotado con un total de 4.070 millones de euros. También el Banco Europeo de Inversiones aportó 8.000 millones para reflotar la automoción del Estado español, y el Gobierno de Aragón ha subvencionado en repetidas ocasiones a Opel, la última vez con 200 millones de euros para la fabricación del Meriva.
Desde Zaragoza, el grupo de estudios metropolitanos A Zofra advierte de que los despidos anunciados son sólo una consecuencia del «ocaso de un modelo económico y social» y que la reivindicación de los puestos de trabajo debe supeditarse «a un cuestionamiento del actual modo de producción basado en el chantaje del empleo». Para A Zofra, el fracaso de este modelo lo demuestra el hecho de que el Gobierno prácticamente tenga que comprar los coches a los fabricantes a través de planes y subvenciones «para soportar el trance».
La quiebra de GM La crisis financiera en que GM está sumergida le obliga a vender in extremis sus plantas europeas para inyectarse liquidez. Hace seis meses se acordó la venta del 55% de la empresa al grupo Magna- Sberbank. De lo restante, el 10% pasará a manos de la plantilla y el 35% se lo quedará GM. Detrás del apoyo financiero a Magna por parte de Sberbank, banco estatal de ahorros ruso, se encuentra GAZ, coloso ruso del automóvil.
Por esta razón las negociaciones han tardado en concretarse, a pesar de la insistencia con que Berlín ha apoyado hasta ahora la opción Magna. Pero GM teme la futura competencia de los rusos. GAZ hasta ahora ha tenido su alcance comercial ceñido a Asia y Europa del Este y su tecnología se limitaba a la compra de líneas de producción europeas en desmantelamiento, para reconvertirlas en producciones para Rusia. Comprando Opel, la empresa rusa se verá catapultada en el mercado mundial con modernas fábricas en España, Inglaterra, Bélgica, Hungría, Polonia y Alemania.
Merkel apela al ‘voto del empleo’
Angela Merkel ha basado su campaña electoral en sus esfuerzos para salvar Opel Alemania. El Gobierno de Merkel ha otorgado 4.500 millones de euros en avales estatales a GM y ha financiado directamente la compra con otros 1.500 millones.
Entre los mismos alemanes se ha abierto una brecha, cuando el fideicomisario Dirk Pfeil se abstuvo de votar el acuerdo por ser partidario de la «más euro-compatible» opción de la venta de Opel a la belga RHJ. La Comisión Europea ha denunciado lo que considera «ventajas nacionales gracias a subvenciones estatales» que el Gobierno alemán está poniendo en juego por el interés electoral de la canciller Merkel.
Por otra parte, además de en Figueruelas, donde más de 15.000 personas se manifestaron contra los despidos anunciados, en Amberes miles de manifestantes llegados de todas las plantas europeas de Opel protestaron contra la venta a Magna.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-venta-de-Opel-podria-destruir.html