Pocos días han pasado desde que Tony Blair dijo aquello de «no cambiarán nuestro estilo de vida», en referencia a que su gobierno no iba a «ceder al chantaje terrorista» y por tanto sus decisiones políticas no estarían afectadas por los atentados de Londres. Tres días después de que explotarán las primeras bombas en la […]
Pocos días han pasado desde que Tony Blair dijo aquello de «no cambiarán nuestro estilo de vida», en referencia a que su gobierno no iba a «ceder al chantaje terrorista» y por tanto sus decisiones políticas no estarían afectadas por los atentados de Londres.
Tres días después de que explotarán las primeras bombas en la cpital británica, el gobierno presidido por este personaje propuso a toda la Unión Europea que había que controlar internet y los teléfonos móviles, en claro menoscabo del derecho fundamental a la intimidad de todos los ciudadanos europeos.
También las autoridades policiales inglesas están solicitando al ejecutivo (propuesta que piensan llevar en breve al Parlamento) que se amplíe el plazo de detención incomunicada que establece la ley antiterrorista de quince días a tres meses, lo que convertiría esta legislación en una de las menos garantistas de toda Europa Occidental, aumentando las posibilidades de que los detenidos sean torturados, sin posible control judicial y limitando su derecho a la asistencia de abogado y defensa.
Pero el cambio más importante ha sido las ordenes a la policía de disparar a matar cuando sospechen que se encuentren ante un terrorista suicida. Un trabajador brasileño, cuyo único delito fue no pagar el billete del metro, recibió ocho tiros a bocajarro. Si el Reino Unido quisiera reivindicarse como un un país justo donde prevalece la ley, al policía que asesinó a este ciudadano brasileño tendrían que condenarle por asesinato. Sólo de esta manera se entendería que se dediquen a invadir países para exportar la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho. Sin embargo, tanto los jefes policiales del Scotland Yard como los miembros del gobierno, han calificado la muerte como un error, pero apoyan la decisión de tirar a matar y han advertido que pueden haber otros tiroteos similares.
Entonces, ¿no declararon los gobernantes del Reino Unido que los atentados no iba a cambiar su «estilo de vida»? ¿Como ante unos ataques terroristas se limitan derechos tan importantes como el derecho a la vida, a la libertad y a la intimidad? ¿acaso no supone eso cambiar el «estilo de vida»? Puestos a cambiar políticas, ¿no sería mejor para sus propios ciudadanos retirarse de Irak? Esta última opción parece que no se baraja por Tony Blair, por tanto cuando se habla de «no ceder al chantaje terrorista» y «no cambiar nuestro estilo de vida» se esta refiriendo solamente a la voluntad de persistir en su política exterior imperialista y criminal.
La invasión de Irak no solo ha sido contraria al derecho internacional y está basada en la mentira, sino que ha provocado una confrontación planetaria de alcance todavía imprevisible. El mayor y casi único ejército del mundo contra un enemigo invisible, sólo saben que tiene tez morena. Como un brasileño, por ejemplo.