«La resistencia y la liberación reducidas a actos compulsivos se bloquean a sí mismas» Juan Duchesne. La huelga indefinida tambeña contra el proyecto minero Tía María cumplirá dos semanas el próximo lunes 29 de julio y se da en un contexto de desaceleración de la economía (el PBI creció 0.02% en junio) y de la […]
La huelga indefinida tambeña contra el proyecto minero Tía María cumplirá dos semanas el próximo lunes 29 de julio y se da en un contexto de desaceleración de la economía (el PBI creció 0.02% en junio) y de la caída de popularidad del mandatario en 6 puntos (según IPSOS). La cortina de humo de la detención por corrupción del ex presidente Toledo en EE.UU. así como la Feria Internacional del Libro (dedicada al conservador Vargas Llosa y que cuenta con la presencia del ganador del nobel chino 2012 Mo Yan por su «realismo alucinante»), ha tenido un efecto conservador en la conciencia de la mayoría popular limeña y del norte del país, pero no ha podido frenar el «efecto contagio» en la sierra sureña (con la cual se retroalimentan). Frente a esta dinámica de la lucha de clases, el mandatario Vizcarra, responde, como en la crisis de Las Bambas o Loreto, con maniobras (y el rol de la Iglesia como mediadora) y la estrategia del garrote y zanahoria.
La estrategia del garrote y la zanahoria
Por un lado, reprime, enviando a cientos de policías, trata de desprestigiar a sus dirigentes como Miguel Meza, con el fin de generar una grieta en la dirección del movimiento, y por otro, operativiza, una reunión de «diálogo» con los gobernadores de la Macro Sur, para aislar al opositor y gobernador de Arequipa, Elmer Cáceres Llica.
Una rebelión popular histórica
En el Valle del Tambo asistimos a una inspiradora rebelión popular. La huelga indefinida es acatada contundentemente por la población (no hay transporte circulando, los mercados cierran a tempranas horas, etc.). En la práctica, el pueblo tiene el poder político en sus manos. No se mueve nada si así no lo quiere el pueblo. Si hubiera una dirección revolucionaria desarrollaría las Asambleas Populares por territorio junto con sus comisiones políticas, prensa, organización y autodefensa y haría un llamado a seguir su ejemplo en todo el país para hacer una alianza estratégica unitaria no solo a los agricultores sino a la clase obrera minera (que ha convocado a una huelga indefinida para el 10 de setiembre contra la precarización y humillación a la que la somete el Imperio transnacional). Pero ese no es el caso. La conciencia de la población es de una heroica resistencia y por la defensa del Valle y la agricultura y el Establishment no la ha podido doblegar.
Y no es para menos. El pueblo tambeño tiene grandes reservas morales de lucha y una gran tradición de combate de diez años con el saldo de diez agricultorxs y jóvenes asesinados por el Estado policial pro capitalista. Son conscientes que de imponerse el proyecto minero de la Southern, el hermoso valle (que está a 2 km de la mina), que alimenta a la población de la macrosur, ira desapareciendo poco a poco ya que el proyecto es a tajo abierto y, por más tecnología de punta, el canal (que está a 700 mts), será contaminado y crecerá el desempleo. Hay una alta conciencia política democrática en este sentido, que se expresó en las victorias de la consulta del 2009, las elecciones del 2014, «2018» y el apoyo al actual gobernador regional, así como en las derrotas de los gobiernos anteriores de Alan García y Ollanta Humala.
Una tendencia dialéctica a la «normalización del régimen político»
No obstante, Vizcarra, no es Alan ni Ollanta. La crisis del régimen político originado en el sistema de dominación legal (lavajuez/lavajato), está siendo «superado» por una tendencia a la «normalización» del mismo, gracias al referéndum, la «falsa polarización» con el Congreso (aunque no negamos las contradicciones de forma por el poder político entre Legislativo y Ejecutivo, estos han aprobado varias leyes a favor de la Elite), la «lucha contra la corrupción» (según IPSOS, el 50% de la opinión pública apoya al gobierno por esta cuestión), las prisiones preventivas (que nadie sabe cuándo acabaran y son aprovechadas por el Club de la Construcción y el poderoso grupo Graña y Montero para pasar a ser víctimas/colaboradores eficaces), la JNJ y la reforma política (equilibrios que generan nuevos desequilibrios), que ha impulsado el vizcarrismo desde el poder ejecutivo. Es así como consiguieron descomprimir la «rebelión» en Las Bambas y en Loreto, sin concesiones elocuentes a sus reivindicaciones sociales.
Un Plan semibonapartista al servicio del capital financiero/minero transnacional que bloquea la tendencia al desarrollo de la conciencia de lxs trabajadorxs como clase para sí
El vizcarrismo tiene un carácter semibonapartista porque justamente asciende al poder con el fin de recomponer el état politique bourgeois, arbitrando entre las clases sociales en contienda, expropiándole a las masas el desarrollo de su conciencia revolucionaria como clase para sí (a través de la acción directa y de esa forma bloqueando la tendencia a la rebelión popular), a la vez que es apoyado por la embajada yanqui y el capital financiero-minero-transnacional en desmedro de otros poderes económicos burgueses, pero donde ambos bandos, al final se unen para enfrentar al sector pequeño burgués agricultor del Valle del Tambo (que da trabajo a 24 mil obreros/jornaleros) y aprobando leyes como la que exime de responsabilidad penal a la policía en los conflictos con el afán de envalentonarlos y de criminalizar la protesta social.
Este estratégico arbitraje de dominación/explotación cuenta con un importante aparato mediático/tecnológico, pero fundamentalmente con un experimentado equipo de sociólogos/políticos como Carlos Meléndez, Carlos Basombrío, Nieto Montesinos, entre otros, que se ve expresado en la política de pies de plomo con la que se mueve Vizcarra, logrando desactivar «detonantes de explosiones sociales» como en Las Bambas, Loreto, etc. y que tiene como objetivo a corto plazo el de resistir hasta el «hay elecciones 2021 con el año pre electoral 2020».
La reunión con los gobernadores de la Macrosur tuvo como fin aislar a Llica y «dialogar»
Es así como Vizcarra, con la reunión de Arequipa con los gobernadores de la Macrosur, logró, a pesar de responder la misma a la presión de las masas campesinas movilizadas contra la contaminación minera, dar una «concesión sobre revisar la licencia de construcción», y «ganarse» una aureola de ser dialogante/demócrata y con el compromiso de analizar una nueva Ley de Minería a la vez que «prometió» sacar a la policía del Valle, para al siguiente día, pasar a reprimir a lxs pobladorxs tambeñxs, pero sin asesinarlos hasta ahora (al contrario, hay curiosamente 14 policías heridos).
Mientras más tiempo pasa el «efecto contagio» anti Tía María crece
No obstante, las maniobras del vizcarrismo son astutas, la resistencia tambeña sigue en pie y promete resistir hasta después de fiestas patrias, lo cual le puede generar un impasse al gobierno. Y es que es un lugar común que mientras más tiempo dura un conflicto de estas características de rebelión popular, pues, el «efecto contagio» se acelera sacando a la superficie todas las contradicciones acumuladas irresueltas durante años entre el capital y el trabajo/naturaleza como hemos visto en los anteriores «Azos» como el Arequipazo del 2002 (que sigue presente en la memoria colectiva popular). «…la necesidad se expresa a través del accidente…», decía Hegel.
Por estas razones, Vizcarra, tuvo que precipitarse en ceder la licencia a la Southern para enviar una buena señal a la CONFIEP, pero fundamentalmente al capital minero/transnacional (y de esa forma evitar la caída de las acciones en la bolsa de New York), y ahora va a tener que hilar fino. Si reprime al pueblo tambeño y no los «destruye» moralmente, la rebelión tiende a extenderse y a retroalimentarse con otros conflictos sociales pudiendo imprimirle una derrota al gobierno. Esto último implicaría un revés que lo pondría en una situación delicada para avanzar con el DS 345 y las contrarreformas por FMI, planteando incluso la cuestión de su renuncia o vacancia.
El impasse de Vizcarra
Este impasse es aprovechado por el apro-fujimorismo para «golpear» y distorsionar/bloquear la reforma política de Vizcarra provocándole para que se anime a cerrar el Congreso, ya que sabe que la polarización con el pueblo puede llegar a un punto crítico. Sin embargo, Vizcarra, no tiene la correlación de fuerzas a nivel de la intelligentsia como la tenía antes. El propio presidente del Tribunal Constitucional (TC), Blume Fortini, cuestionó la cuestión de confianza del Ejecutivo y acaba de salirse de la del Consejo para la Reforma Política. Por otro lado, ha circulado un pronunciamiento de «notables» y políticos llamando a la Unidad y a evitar el Cierre del Legislativo.
Así las cosas, el desarrollo de la crisis se torna más compleja y contradictoria. En esta dinámica, Vizcarra, podría dar un paso atrás sobre Tía María planteando incluso una Consulta popular, pero a la vez «avanzar» con el DS 345 o la agenda País de la CONFIEP (que tiene una expresión en los ceses colectivos de centenas de obrerxs a nivel nacional) o en su defecto Cerrar el Congreso para tener la «cobertura popular» necesaria para ir a una arremetida feroz contra la resistencia tambeña y popular.
La Elite tiene un Plan. ¿Cuál es el Plan de Lucha del pueblo trabajador?
A esta decisión puede abonar la falta de centralización de la lucha de lxs trabajadorxs. Y es que a pesar de las intensas y combativas jornadas de lucha como la del 15E de la CGTP, la del 22E conquistada por la Federación de Textiles (donde se paralizaron 8000 obrerxs, aperturando un período de lenta recomposición de la clase obrera), el «Paro» del 20 de junio o la Jornada del 25 de julio, convocadas también por la CGTP y demás centrales sindicales contra el DS 345, el gobierno pro patronal de Vizcarra, se burla y «pasea» a la directiva nacional de la central Mariateguista, ya que las luchas son aisladas y no responden a un Plan de organización, agitación y movilización de todas las bases obreras con talleres informativos y medidas de combate paulatino.
Es más, en la lucha contra la corrupción, es insólito observar como a pesar de que un importante grupo de empresarios de la CONFIEP como Graña y Montero, Monteverde (ex presidente del gremio y fugado), entre otros, están involucrados en los escándalos de corrupción de Lavajato, ahora, pasan a ser víctimas/colaboradores eficaces, sin que la directiva de la CGTP tenga capacidad de reacción, y más por el contrario, estos Sres y Sras inescrupulosos salen a la ofensiva con el DS 345 y la Agenda País, que es un salto cualitativo comparado con las reformas de la dictadura fujimorista ya que apuntala la privatización de empresas como SEDAPAL y profundiza la humillación a lxs trabajadorxs bajo la consigna de «cholo recontra barato» argumentando la desaceleración de la economía que en realidad se debe a factores externos como la crisis económica mundial, la guerra comercial chino-yanqui y el afán de recuperar la tasa de ganancias usureras por parte de la clase dominante.
Pero esta cuestión tiene una explicación. Durante todo este tiempo, la directiva de la CGTP, en vez de articular un Plan de Lucha nacional para salir a la ofensiva ya que «no hay mejor defensa que el ataque», se dedicó a convocar marchas aisladas, pero bajo la estrategia de ser furgón de cola de PPK y luego Vizcarra, apoyándolos en las elecciones 2016 y luego en el referéndum y las maniobras distractivas del gobierno como la «lucha contra la corrupción», las prisiones preventivas y la reforma política, en vez de plantear su propia propuesta como los Juicios Sumarios a todos los embarrados en Lavajuez/Lavajato y la elección universal de jueces y fiscales y a la vez aprovechar la crisis para desarchivar la Ley General del Trabajo que fue aprobada en la Comisión de Trabajo (2011-2016), que duerme el sueño de los justos en el Legislativo junto a un Plan de Lucha Nacional que se concatene con las demandas agrarias y conflictos como el de Las Bambas, Loreto, Tía María.
César Zelada. Director de la revista La Abeja.
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