La versión política del sistema hondureño está fundada en la democracia formal que ha marginado a las mujeres hasta su más irrisoria expresión. Por ello, es que la democracia ha padecido a lo largo de su caudalosa historia de gobiernos civiles, una enfermedad que hace más de 2400 años, presagió el filósofo griego, Aristóteles, cuando […]
La versión política del sistema hondureño está fundada en la democracia formal que ha marginado a las mujeres hasta su más irrisoria expresión. Por ello, es que la democracia ha padecido a lo largo de su caudalosa historia de gobiernos civiles, una enfermedad que hace más de 2400 años, presagió el filósofo griego, Aristóteles, cuando señaló en su libro «La Política», que el mal endémico, anejo a la democracia, es la oligarquía, puesto que, sí la Democracia en la Polis, constituía el gobierno de todos los ciudadanos, ello podría vulnerarse, y convertirse en una oligarquía, es decir, el gobierno de unos pocos.
Honduras nació con esta enfermedad desde su parto, en razón de que el alumbramiento de la república inspirada en los ideales liberales, soslayó los derechos proclamados idealmente a todos los ciudadanos y se ocupó de restringir la ciudadanía a unos pocos que estuviesen revestidos de la condición de saber leer y escribir y de ser propietarios de tierras. La reforma liberal, igualmente, creó graves desigualdades entre los jornaleros y los pequeños empresarios, a quienes ponía varias garantías a su disposición para las explotaciones agrícolas. Las guerras intestinas que se suscitaron a principios del Siglo XX representaban las relaciones de pugna de poder entre el bipartidismo incipiente y tenía como aliados estratégicos a las compañías bananeras, la Standard Fruit Compañy y la Cuyamel Fruit Company. En todos escenarios históricos, las mujeres eran piezas de segunda y tercera mano.
Aunque marginadas del devenir de la historia, las mujeres que a continuación mencionaremos, han escrito las mejores páginas en un país, gobernado por la temeridad y la desfachatez de hombres, que con prepotencia para con sus ciudadanos pero con cobardes niveles de generosidad para regalar los bienes nacionales, han herido la dignidad de la patria:
La maestra Visitación Padilla participó activamente en las protestas contra la entrada de los Marines norteamericanos, que violando el principio de autodeterminación de los pueblos, querían imponer su voluntad en Honduras. También fue crítica con la dictadura de Tiburcio Carias.
La novelista, Lucila Gamero de Medina, ha escrito la mejor novela hondureña con gran coherencia y una técnica narrativa sustentada en el movimiento del romanticismo, y con su obra, desenmascaró la hipocresía de la sociedad burguesa en Honduras.
La novelista Argentina Díaz Lozano es la mujer más prolífica en el género narrativo. En su momento fue postulada en Centroamérica a excepción de Honduras, como candidata al Premio Nobel de Literatura. Abuela de un gran dirigente del partido Libre.
Clementina Suárez, la mujer más cosmopolita que ha tenido Honduras, con un alto sentido de libertad en medio de la intransigencia patriarcal de su época. Amiga y modelo de consagrados pintores y una poeta universal.
Teresina Rossi, hondureña de padres italianos, que se comprometió hasta en los momentos más álgidos con las luchas obreras y contra la represión en la Huelga del 54.
Estas que ya tienen su pedestal en el altar de la memoria colectiva, sus nombres y sus apellidos son oficialmente utilizados para apadrinar promociones escolares y universitarias, y bajo el manto de su prestigio se construyen museos y se abren exposiciones itinerantes de sus retratos y de sus obras. No obstante, es una prohibición expresa abrazar sus principios y acoger sus luchas, porque resulta mejor para el Estado de la oligarquía, que la crítica ocupe el espacio de la academia y que las convicciones preparen sus maletas para el exilio.
Hoy, en pleno siglo XXI, y con el reconocimiento y la protección nacional e internacional de las mujeres, el sistema de la oligarquía hondureña, sigue creando odio contra varias mujeres haciendo uso de sus aparatos ideológicos.
Patricia Isabel Rodas, es el diablo en Honduras. Los medios la satanizan, la televisión hace escarnio de su figura. Llega ella y aparecen todos los males del mundo. ¿En que radica este marcado odio? La respuesta es sencilla, ninguno de los hombres de los partidos contrarios tienen capacidad para enfrentar a sus razonamientos dialécticos. En el Golpe de Estado fue secuestrada y llevada a México y nunca se procedió contra el general que la retuvo ilegalmente en la Fuera Aérea.
Dionisia Díaz, de 75 años se ha convertido en la abuela de la resistencia. Sus críticos no entienden que ni el espíritu ni el alma ni el corazón envejece, y que los sueños de justicia aquí en la tierra terminan hasta que el último segundo de nuestro tiempo nos despoje de la vida.
Bertha Oliva, defensora de los derechos humanos, por quien se han salvado tantas vidas en Honduras y con una incidencia en la problemática del país.
Las madres solteras, padres y madres a la vez, arrastran una vida de penurias en pos del alimento diario. Como heroínas anónimas prenden el primer fuego de las mañanas, echan las tortillas calentitas y despachan a sus hijos a escuelas mustias e indiferentes a la tragedia humana, mientras ellas se introducen al mundo de las fábricas y de las casas ajenas.
Sonia Marlina Dubón, odiada por votar en contra de la elección de Michelletti como candidato del Partido Liberal y satanizada cuando el Presidente Zelaya en forma legal la proponía para la reelección de magistrada de la Corte Suprema de Justicia. Es una persona comprometida con los grandes ideales de la patria y con una formación académica y una calidad humana envidiable. Esposa de un perseguido por el sistema y que formó parte de las grandes transformaciones sociales en el Gobierno de Manuel Zelaya Rosales.
Ninfa Ríos, una señora con una formación marxista sólida, con una capacidad de análisis y reflexión muy infrecuente en el país y con una conciencia social a prueba de proyectos históricos. Es la Madre de dos grandes revolucionarios, Mariana, Francisco y Gilberto Ríos, el que está postulado como candidato de Libre.
En sobrentendido tono de ironía, se le llama a Xiomara Castro, la Candidata Presidencial de Libre, como doña Xiomara, para enfatizar que ella no ostenta ningún título universitario, sin embargo, el odio primigenio se ha convertido en cariño popular cuando se ha comprendido que este es el tono de respeto con que se tratan a las madres de Honduras, pero hay quienes pregonan con una acentuada intolerancia, que la simple ama de casa no ganará las elecciones. Todos independientemente de la riqueza o de la pobreza de nuestra condición, somos hijos de amas de casas, de amas de casa pobres, de amas de casa ricas, de amas de casa miserables que lavan y planchan ajeno y madrugan para hacer las tortillitas que comerán los hambrientos hijos. ¿Cuál es la vergüenza de ser ama de casa? ¿Por qué insidiosa razón debemos de culparlas porque ellas cuiden a sus hijos? ¿no son acaso las amas de casa las que mejor administran el hogar y no son las amas de casa, madres solteras que sostienen el 60% de los hogares hondureños? Si las madres sostienen la vida y el mundo, y los académicos crean las trampas más complejas para defraudar los intereses del país, ¿por que no probar con un ama de casa honesta, sincera y que luchó por su esposo Manuel Zelaya Rosales, en el epicentro del golpe de Estado, poniendo en peligro su vida y la de sus hijos?
En la historia democrática del país, probamos con un doctor en Medicina General que después entendimos se entregó a la hegemonía militar y era hierbero y amigo de la cartomancia. Un Ingeniero Español que estaba a favor de la Contra en Honduras, vulneró la soberanía territorial. Votamos por un Licenciado en Economía Agrícola que saqueó el país como un carterista esquinero. Después vino un doctor en derecho internacional, amigo del sueño y de la indolencia. Otro ingeniero ocupó el cargo de Presidente y escondió su mediocridad en un huracán. Después vino un panameño, y a pesar que la deuda externa había sido condonada, se endeudó con más 1800 millones de dólares y dejó aparentes números sanos con obligaciones sociales superlativamente millonarias para el siguiente gobierno. Cuando probamos con Mel, una persona que carece de título universitario, nos encontramos con uno de los gobiernos más populares del país, que no fue resistido por el Estado de la oligarquía, que quebrantó la institucionalidad democrática. La Historia no se equivoca y parece que el siglo XXI será el que romperá con todos los mitos del mundo: Una mujer será por vez primera, la próxima Presidenta de Honduras, y será un ama de casa, una humilde y sincera mujer que ama a su país, y representa a todas las mujeres que son marginadas y excluidas de los asuntos públicos.
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