Recomiendo:
0

Latinoamérica para los Latinoamericanos

Fuentes: Rebelión

La creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, ha llamado a muchos a preguntarse sobre la viabilidad de este organismo de integración y sobre el papel que han cumplido instituciones similares en América Latina, desde su creación. Los latinoamericanos tenemos más de medio siglo creando organismos de integración, aunque ciertamente el deseo de […]

La creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, ha llamado a muchos a preguntarse sobre la viabilidad de este organismo de integración y sobre el papel que han cumplido instituciones similares en América Latina, desde su creación.

Los latinoamericanos tenemos más de medio siglo creando organismos de integración, aunque ciertamente el deseo de unidad tiene ya casi dos siglos (desde el Congreso Anfictiónico de Panamá, convocado por Bolívar).

Cuando en enero de 1983 se crea el Grupo Contadora (Colombia, México, Panamá y Venezuela) para la solución de los conflictos centroamericanos, algo se puso de manifiesto, la aspiración de los países de América Latina, de solucionar sus problemas, sin la intervención de potencias mundiales y sus intereses.

Por qué ese discurso pudo generar consenso en aquellos años, era evidente la presencia de los Estados Unidos en los conflictos internos de El salvador, Nicaragua y Guatemala. Era de necesidad que los Gobiernos del Grupo Contadora y después del Grupo de Apoyo a Contadora, entendieran esta realidad para poder frenar esa sangría en que se había convertido Centroamérica.

Contadora dio paso al Grupo de Río que hace unos días creara la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, sin Estados Unidos ni Canadá.

¿Y qué es de la OEA?

Analicemos uno de los últimos conflictos internos de un país latinoamericano (andino) las matanzas contra campesinos partidarios de Evo Morales, en setiembre de 2008, en las cercanías de Cobija, Departamento de Pando, en Bolivia, el accionar de grupos paramilitares, el reclamo de autonomía de la llamada «Media Luna» boliviana y todo el país convulsionado. Aquí ha sido UNASUR el que ha contribuido decisivamente para encontrar el camino a la solución del problema, respaldando al Presidente de Bolivia, condenando el accionar de las bandas paramilitares y constituyéndose en la misma Bolivia, para garantizar el cumplimiento de los objetivos.

¿Qué papel jugó la OEA? Definitivamente los tiempos son otros para el organismo y sólo pudo acompañar el proceso ya que fueron los propios países sudamericanos los que encontraron los mecanismos más idóneos para la solución del conflicto.

La audaz conducción que tuvo UNASUR de la crisis Boliviana es el fortalecimiento de la doctrina que en la década del 80 se puso de manifiesto en la solución del conflicto en Centroamérica, la «Doctrina Contadora».

El resultado feliz del trabajo del Grupo Contadora para solucionar el conflicto centroamericano y después el de UNASUR en la solución del conflicto interno de Bolivia, nos indica el camino por el que debe desarrollarse la integración latinoamericana y transitar el estado derecho y la vigencia de los Derechos Humanos en América Latina.

El reciente fracaso de la OEA en Honduras, refuerza aun más la necesidad de buscar un organismo alternativo que termine por darnos una representación más democrática e inclusiva a los países de América Latina y sobre todo que nos dé voz propia en el concierto internacional.

El bloque latinoamericano y caribeño estaría constituido por todos los países del área pero institucionalmente lo integrarían el Grupo Río y la CLAC, ¿podría ser ese el camino que debieran seguir otros procesos de integración como la Comunidad Andina y el Mercosur? Los avances en ese terreno no son desdeñables.

La Doctrina Contadora debiera ser incorporada en la jurisprudencia latinoamericana para la solución de nuestros conflictos y para la toma de decisiones supranacionales en general. Esa debe ser la doctrina latinoamericana por excelencia. Además de constituirse en una contribución importante al derecho internacional, es una herramienta forjada a fuego en los momentos cruciales que ha vivido el Continente, es con ese cristal que debemos vernos los latinoamericanos y nuestros problemas.

En ese entender la Unión del Grupo de Río y la CLAC, para constituirse en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, se constituye en la materialización de la Doctrina Contadora.

Algo de la Doctrina Contadora vive en cada uno de los procesos de integración que tienen lugar en el Continente, algo que parece decir en calidad de rectificación, «Latinoamérica para los latinoamericanos».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.