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Entrevista al diputado José María Villalta, del Frente Amplio de Costa Rica

«Laura Chinchilla gobierna para los banqueros»

Fuentes: Con Nuestra América

El diputado José María Villalta, del Frente Amplio de Costa Rica, realiza un balance de la gestión de la presidenta Chinchilla  a mitad de su mandato de cuatro años. Además, analiza la coyuntura  de un país donde el discurso de «la felicidad» -con el que los grupos hegemónicos intentan disfrazar una realidad conflictiva- ya no […]

El diputado José María Villalta, del Frente Amplio de Costa Rica, realiza un balance de la gestión de la presidenta Chinchilla  a mitad de su mandato de cuatro años. Además, analiza la coyuntura  de un país donde el discurso de «la felicidad» -con el que los grupos hegemónicos intentan disfrazar una realidad conflictiva- ya no da más para encubrir las crisis política, económica, ambiental y social.

A dos años de su llegada al poder, la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su gestión: tanto las escuestas de opinión realizadas por firmas consultoras, como el pulso ciudadano que dan las distintas movilizaciones y manifestaciones sociales, muestran un creciente malestar y descontento de los costarricenses con la situación del país.

Un estudio presentado recientemente por una empresa consultora internacional ubicó a Chinchilla, del Partido Liberación Nacional (PLN), como la presidenta latinoamericana con menor porcentaje de aprobación (solo un 26%), por debajo incluso del chileno Sebastián Piñera. Y una encuesta publicada esta semana en Costa Rica reafirma esa tendencia: 44% de los entrevistados califican al gobierno de Chinchilla como malo o muy malo, al tiempo que señalan la falta de liderazgo, la ausencia de resultados concretos y la corrupción en su gabinete de ministros, como las principales deficiencias.

Esta percepción la comparte el diputado José María Villalta, del Frente Amplio (FA), única fuerza política de izquierda con representación legislativa en Costa Rica, quien considera que «para las grandes transformaciones que necesita el país, los dos últimos han sido años perdidos, se siguió aplicando lo peor de la administración del expresidente Oscar Arias».

Para analizar la actual coyuntura política y sus perspectivas a mediano plazo, Con Nuestra América conversó con el diputado Villalta en su despacho legislativo, en cuyas paredes destacan los retratos del Che Guevara, Salvador Allende y los históricos dirigentes comunistas costarricenses Manuel Mora y Carmen Lyra: figuras que, desde su ejemplo y legado, parecen guiar el trabajo del más joven de los diputados (pronto cumplirá los 35 años) de la Asamblea Legislativa y una de las más combativas voces de la oposición.

Continuismo neoliberal a la sombra de los hermanos Arias

Con Nuestra América (CNA): En el marco del creciente descontento que de distintas maneras expresa la sociedad costarricense, nos gustaría conocer cuál es su balance de estos dos años de gobierno de la presidenta Laura Chinchilla.

José María Villalta (JMV): «Ha sido un gobierno de más de lo mismo, que solamente se ha dedicado a administrar las reformas que dejó instauradas el gobierno de los hermanos [Oscar y Rodrigo] Arias, sin ninguna expectativa de cambiar o mejorar nada. Es un gobierno del continuismo de las políticas que se han implantado en Costa Rica en los últimos 25 a 30 años, totalmente conforme con la agenda neoliberal que tiene a la sociedad costarricense sumida en importantes crisis: la crisis ambiental, la crisis social, el crecimiento de la desigualdad y la pobreza, el deterioro de las instituciones sociales, de la seguridad social -que se ha venido gestando desde hace tiempo-; también la crisis política, con un descrédito cada vez más palbable de la credibilidad y de las instituciones de nuestro sistema democrático; la crisis de la trasnparencia y de la corrupción.

«Pero también está la crisis fiscal: el gobierno de los hermanos Arias dijo que le dejaban la mesa servida a Chinchilla, pero en realidad se la dejó servida a los más ricos del país, gobernó para ellos y práctimente quebraron al Estado, porque aplicaron una vez más un ciclo clientelista a costa del gasto público para ganar la elección del 2010.

«Ahora bien, al gobierno también le estallaron varias crisis en la cara, como la de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). Pero la crisis de la CCSS no es provocada por Laura Chinchilla, sino por la acumulación de décadas de gobiernos neliberales corruptos, que meten la mano en la institución con intereses politiqueros, para favorecer el negocio de las clínicas privadas; gobiernos que alcahuetearon a las empresas que tienen deudas millonarias con la seguridad social.

«Es decir, vemos un gobierno que intenta apagar los incendios que aparecen por todas partes, pero que en lo esencial no intenta cambiar ninguna de las causas que nos tienen hoy como estamos».

CNA: ¿Cómo afectó al gobierno de Laura Chinchilla esa relación ambigua que mantiene con el grupo de poder de Oscar Arias, que fue fundamental para su triunfo en el 2010, pero del que se ha distanciado en los últimos meses, por lo menos en términos formales?

JMV: «El actual gobierno rápidamente perdió el rumbo, porque los hermanos Arias, en un gesto de ambición desmedida nunca antes vista, lanzaron muy temprano la candidatura de Rodrigo Arias para perpetuarse en el poder y eso generó una fricción con el grupo que está en la Administración Chinchilla.

«Lo cierto es que se acumula el descontento y el PLN cree que, por inercia, va a seguir en el poder indefinidamente, ante la debilidad de la oposición y su fragmentación. Y como es un partido que acumula cada vez más poder, también se va corrompiendo más: son notorias las prácticas de corrupción, de clientelismo, de uso del Estado para fines personales, de confusión entre el interés público y el privado.

«Hay un deterioro, una descomposición que percibe la ciudadanía, pero eso tampoco se traduce en alternativas políticas claras. Existe un discurso de descrédito, de la antipolítica, impulsado precisamente por los mismos que están en el poder. Esto tiene la intencionalidad de incrementar el abstencionismo en el país, que la gente crea que no hay nada que hacer, que todos los políticos son iguales, para que el PLN pueda ganar una elección tras otra, con porcentajes cada vez menores de apoyo, pero sostenido por las redes clientelistas».

CNA: ¿En cuáles aspectos es más evidente la continuidad de las políticas neoliberales de la administración de Oscar Arias en el gobierno de Laura Chinchilla?

JMV: «Es que el continuismo es total. El gobierno de Chinchilla intentó, al inicio, desmarcarse un poco en la agenda ambiental: asumió el compromiso de apoyar la ley que impulsamos para prohibir la minería a cielo abierto [aprobada en noviembre de 2010], que fue un tema muy polémico. El gobierno de los hermanos Arias desató una guerra contra la naturaleza, un trabajo sin cuartel para debilitar la legislación ambiental a través de decretazos y reformas, y de esta manera, favorecer los intereses de inversionistas depredadores.

«De alguna manera, el gobierno Chinchilla, aunque sigue en la misma línea, suavizó en algunas áreas, por ejemplo, puso un poco de freno a la minería; también impulsó proyectos sociales como la Red Nacional de Cuido, muy valiosa pero que es totalmente incompleta y no ha cumplido sus objetivos. Pero en la mayoría de temas vemos total continuismo.

«En política económica, por ejemplo, sigue el patrón de los últimos gobiernos neoliberales, donde el hilo se corta siempre por lo más delgado: culpar a la clase trabajadora de los problemas fiscales del Estado; seguir debilitando instituciones sociales que son clave para combatir la desigualdad; presupuestos cada vez más restrictivos; las cíclicas crisis fiscales, una vez más, intentó paliarlas -como hicieron los gobiernos de Figueres [1994-1998], Rodríguez [1998-2002] y Pachecho [2002-2006]- con reformas puntuales, parches en el sistema tributario que no combaten las desigualdades imperantes, sino que se concentran en subir el impuesto de ventas para atender lo inmediato, pero sin tocar los intereses de los grupos económicos que se han enriquecido como nunca«.

CNA: ¿Cuáles son esos grupos económicos que se benificiaron en el anterior gobierno y se benefician también ahora?

JMV: «Arias gobernó para los banqueros, y Laura Chinchilla gobierna también para los banqueros, para los exportadores de zonas francas [plataformas de exportación que gozan de privilegios fiscales], que son los que financian las campañas electorales y los ganadores netos del modelo neoliberal.

«Este modelo ha fabricado pobres, ha destruido sectores productivos como la agricultura tradicional, la pequeña industria y la economía social; también se ha visto debilidada la distribución de la riqueza y la propiedad de la tierra: en Costa Rica, en los últimos 30 años, se ha venido concentrando la tenencia de la tierra, y hemos pasado de un país que tenía pequena propiedad, a uno dominado por los monocultivos y los latifundios.

«Se han privatizado bienes públicos como las telecomunicaciones y los seguros que, aunque no se administraban bien por la corrupción política, eran patrimonio del pueblo: sus ganancias eran para el pueblo de Costa Rica, pero hoy van al bolsillo de Carlos Slim o la Telefónica de España. El pueblo costarricense ha perdido parte de su patrimonio y Laura Chinchilla se ha dedicado a administrar las reformas impuestas por el TLC con los Estados Unidos».

La corrupción: modus operandi de la clase política

CNA: En las últimas semanas, distintas investigaciones periodísticas han dado a conocer casos de corrupción en instituciones públicas y ministerios, relacionados con evasión fiscal y el otorgamiento irregular (a familiares y socios de miembros del gobierno) de contratos que involucran fondos públicos y recursos de la cooperación internacional. Estos escándalos no solo provocaron renuncias cambios en el gabinete, sino que despertaron un profundo repudio y la indignación de los costarricenses. ¿Considera que estos hechos pueden ser atribuidos a un rasgo del gobierno Chinchilla y su equipo de colaboradores o, por el contrario, señalan un problema más amplio de nuestro sistema político?

JMV: «Se trata de un problema enquistado en el sistema político y es parte del ADN de un partido como Liberación Nacional. La corrupción que está saliendo a la luz pública es apenas la punta del iceberg y no son casos aislados: son ejemplos llamativos de redes de corrupción que se han desarrollado transversalmente en el Estado costarricense en los últimos gobiernos. Muchos de los funcionarios que están siendo cuestionados ahora, también formaron parte del gobierno de los Arias y ahí empezaron sus prácticas.

«No hay que perder de vista lo siguiente: sectores de la prensa comercial que en aquel momento, cuando interesaba aprobar el TLC a como diera lugar, callaron ante las evidencias, ahora sí hacen públicos estos hechos, porque quieren congraciarse con una población que les cree menos, y porque seguramente están preocupados por la concentración de poder en el PLN.

«Incluso a los que se han beneficiado de esa concentración de poder les preocupa el fenómeno, porque se hace más reducido el grupo de los que se sirven con cuchara grande. Como decimos en Costa Rica, es cada vez más cerrada la argolla de los que ganan, y otros grupos empresariales que apoyan el modelo neoliberal, ahora sienten que están quedando fuera de la repartición de un pastel que se lo dejan unos pocos, cada vez más corruptos.

«Pero lo cierto es que estas denuncias de corrupción no son hechos aislados, sino el modus operandi de la clase política que nos viene gobernando. Existe una relación directa entre lo que pasó con la empresa Procesos, el exministro de Hacienda y el Ministro de Educación, y el llamado Estado paralelo que denunciamos desde hace más de una década. Es el mismo mecanismo con el que vienen saqueando instituciones, en forma descarada e impune. Se trata de un cáncer que ya está haciendo metástasis por todas partes, y hay órganos del Estado que quizás tendrían que extirparse».

El gobierno no se entera de la crisis del capitalismo

CNA: En el contexto de la crisis mundial del capitalismo, parece que el gobierno y los grupos económicos afines intentan «huir hacia adelante», es decir, apuestan por profundizar las políticas neoliberales. Ahora, incluso, echan mano de un consultor de organismos financieros internacionales como el BID, el Banco Mundial y el FMI para que asuma el Ministerio de Hacienda. ¿Cómo analiza el rumbo económico y fiscal de la administración Chinchilla?

JMV: «El gobierno de Costa Rica no se ha enterado de la crisis del capitalismo global. Siguen aplicando la misma receta que tiene a nuestra planeta al borde del hundimiento. Los neoliberales criollos no se han percatado del fracaso del neoliberalismo y de que esas teorías son cuestionadas a nivel mundial. Es realmente lamentable el autismo del gobierno: se desata la crisis del gabinete y la crisis fiscal, ¿y a quiénes llama Laura Chinchilla para que la asesoren? A Eduardo Lizano, Alberto Dent, Alberto Trejos, Francisco de Paula Gutiérrez, los neoliberales que han estado a la cabeza de la gestación de la crisis fiscal que el gobierno dice que quiere solucionar».

CNA: Entonces, la presidenta tampoco tiene claro el impacto de sus planes de reforma fiscal sobre los sectores de menores ingresos…

JMV: «No lo creo, porque el gobierno y sus aliados celebraron con bombos y platillos la aprobación del plan fiscal, a pesar de que habían cometido atropellos innombrables [el trámite de este plan de impuestos fue declarado inconstitucional por la Sala Constitucional], y en todas esas celebraciones ni siquiera escuchamos una mención a ese daño colateral que están acostumbrados a producir: el que sufre esa inmensa mayoría de la población que está al borde de la de línea de pobreza».

La política exterior de Costa Rica es la política de Washington

CNA: En materia de política exterior, el gobierno se ha alineado claramente con los Estados Unidos y su geopolítica de la guerra contra el narcotráfico. ¿Cómo valora en este rubro a la administración Chinchilla? ¿Hay cambios o también aquí observa una continuidad con lo hecho por el gobierno anterior?

JMV: «Con respecto del gobierno de Arias, hemos retrocedido. Laura Chinchilla no tiene política exterior, o mejor dicho, su política exterior es esconderse debajo de la alfombra. La señora presidenta parece estar feliz entre menos se mencione y menos influencia tenga Costa Rica en los foros internacionales, y sin tener que dar la cara frente a otros gobernantes sobre las grandes discusiones de la política internacional.

«En este sentido ha habido un deterioro, porque el gobierno de Arias tenía en la política exterior uno de sus puntos más fuertes -por razones que podríamos discutir, como su ego inagotable-, y tomó decisiones audaces y polémicas, como restablecer las relaciones con Cuba y China; dio signos de una política más independiente en algunos temas. En cambio, Chinchilla sigue al pie de la letra los lineamientos del gobierno de Estados Unidos y su principal preocupación es no quedarle mal a los gringos».

CNA: Sin embargo, el conflicto con Nicaragua por el dragado del Río San Juan, en la frontera entre ambos países, ha sido una ventana de oportunidad para que el gobierno despliegue algún tipo de iniciativa a nivel de política exterior…

JMV: «Sí, pero el gobierno ha intrumentalizado ese conflicto de un modo idéntico al que lo hace el gobierno de Nicaragua: solo para efectos internos; en el caso de Chinchilla, lo ha usado para cubrir su falta de agenda nacional y frenar la pérdida de popularidad de su gobierno, pero recurriendo al nacionalismo más burdo.

«Lo cierto es que en el plano internacional no ha tenido ningún peso, tampoco hay intentos de fortalecer los vínculos con la naciones latinoamericanas donde se están desarrollando procesos muy interesantes de integración desde el Sur.

«Es más, tampoco ha hecho esfuerzos por mantener líneas políticas que lanzó el gobierno anterior, y que son cuestiones de diginidad y derechos humanos, como por ejemplo el apoyo a la constitución del Estado palestino: ahí más bien retrocedimos, al posicionarnos como país junto a los sectores más reaccionarios e intolerantes, que son cómplices del genocidio que se está produciendo en Palestina».

CNA: Entonces, hay una mayor influencia de la comunidad judía sobre el gobierno, como no ocurrió en la anterior administración…

JMV: «Claro que hay más influencia de la comunidad judía, y también una mayor sumisión ante los lineamientos de Washington«.

¿Es posible derrotar al neoliberalismo en Costa Rica?

CNA: Ante la descomposición del sistema político en los últimos doce años, ha cobrado fuerza, una vez más, la idea de unir fuerzas para derrotar al neoliberalismo en las elecciones del 2014. ¿Considera posible la conformación de una alianza progresista en Costa Rica?

JMV: «No tengo claro qué tan viable sea ese escenario, si se presentará finalmente o no, pero creo que es un escenario indispensable si queremos frenar la concentración y el abuso del poder que viene ejerciendo el PLN.

«Hace falta la constitución de una coalición de fuerzas progresistas para enfrentar a la maquinaria clientelista del gobierno. Ahora bien, no se trata de reconstituir el bipartidismo con otros nombres, como quiere Ottón Solís [líder del Partido Acción Ciudadana, segunda fuerza en el Congreso], ni desbancar al PLN para seguir aplicando las mismas políticas. Se trataría de conformar una coalición de centroizquierda, progresista, que plantee una alternativa real, con una agenda que rompa con las políticas neoliberales que se han aplicado en los últimos 30 años».

CNA: ¿Cuáles elementos debería contemplar, como mínimo, una agenda progresista de ese tipo?

JMV: «En primer lugar, la recuperación del patromonio nacional en todos sus campos: los bienes públicos, los servicios públicos, las empresas públicas y los recursos naturales, para ponerlos al servicio del pueblo costarricense y no de las transnacionales.

«También, una economía que ponga énfasis en el apoyo a micro y pequeña empresa, y no solo a las grandes ganancias de las transnacionales; la reactivación de la producción interna para el mercado interno; frenar la concentración de la riqueza -del capital y la tierra- y democratizar, de nuevo, el acceso a los bienes productivos.

«Hacer que se respeten las conquistas sociales y los derechos laborales, y fortalecerlos porque se han deteriorado; rescatar a la CCSS por medio del pago total de la deuda del Estado con esta institución, garantizando que no se va a volver a gestar esta situación de deterioro y politización que hoy padece; es necesario avanzar hacia una democracia verdaderamente participativa, no solo formal-representativa como la que tenemos hoy, cada vez más carencial: esto significa impulsar los presupuestos participativos, las consultas populares a nivel local y nacional, la participación directa de la gente en el gobierno y la toma de decisiones.

«Además, se requiere entrarle de lleno al combate a la desigualdad, y eso implica poner en marcha políticas agresivas que distribuyan la riqueza, tanto a nivel de clases sociales como de regiones geográficas, porque tenemos un país centralizado en el Valle Central, pero las comunidades y zonas periféricas, rurales y costeras, permanecen abandonadas. Se requieren propuestas que descentralicen el poder y la distribución de los recursos.

«Y por supuesto, debemos recuperar la agenda ambiental, en la que el país retrocedió…»

CNA: A pesar del discurso oficial que promociona a Costa Rica como un país verde, sin ingredientes artificiales…

JMV: «Es que tenemos un discurso de la Costa Rica verde, pero la realidad es totalmente distinta: aquí se viene depredando la naturaleza y los recursos naturales de un modo descomunal, y al mismo tiempo, se debilita y torpedea sistemáticamente la institucionalidad ambiental que logramos construir, y todo para facilitar los negocios de unos pocos. Habría que eliminar ese doble discurso».

CNA: A partir de la experiencia de la resistencia contra el TLC con Estados Unidos y las luchas contra la minería a cielo abierto, por citar dos casos recientes, ha quedado claro que en Costa Rica también existe una fuerza social muy importante, pero que todavía no se identifica políticamente con un partido u opción electoral concreta. Desde su perspectiva, ¿qué papel podrían jugar estas organizaciones y movimientos sociales en el futuro inmediato del país -las elecciones del 2014- y en el mediano plazo?

JMV: «La conformación de una eventual coalición progresista tiene que hacerse de una forma distinta, no puede ser fruto de un pacto de cúpulas, sino de un proceso abierto a la participación ciudadana, donde los movimientos y organizaciones sociales tengan una incidencia directa.

«Ahora bien, en Costa Rica debe replantearse la forma en que las organizaciones sociales se relacionan con la política. Durante mucho tiempo, los partidos de todos los signos vieron a las organizaciones como simples correas de transmisión, como instrumentos para alcanzar objetivos y las usaron como simples apéndices o aparatos, manipulándolos según su interés. Pero también hemos caído en el otro extremo: algunas organizaciones sociales tienen un discurso ambivalente y niegan la importancia de la política electoral para hacer las transformaciones; y en otras ocasiones, tienden a instrumentalizar los partidos, porque no participan de lleno en los procesos electorales, pero después buscan a los partidos únicamente para impulsar proyectos específicos.

«Si queremos que la agenda de las organizaciones y movimientos influya más en la política nacional, tiene que darse un cambio en las dos vías. Costa Rica ha tenido una vigorosa presencia de movimientos que han luchado y confrontado abiertamente al statu quo, lo que colocaría a un sector importante de la población en una posición que podríamos llamar desde la izquierda, pero eso no se ha traducido en expresiones políticas que canalicen esa fuerza y ese descontento social. Más bien, la presencia de la izquierda es marginal en la vida política nacional. Obviamente, esto obedece a razones históricas, a errores de los partidos, pero también a esta relación ambivalente y confusa que entablan las organizaciones sociales con los partidos políticos».

El Frente Amplio y su futuro

CNA: Finalmente, en un país cuya cultura política ha estado marcada por el «anticomunismo» y la censura oficial de todo aquello que se presenta como alternativo al sistema dominante, ¿cómo visualiza el futuro del Frente Amplio, tras dos legislaturas consecutivas de ganar una representación en el Congreso?

JMV: «El futuro del FA es positivo, promisorio, si se hacen bien las cosas. Es un partido en franco crecimiento. Creo que puede dar el salto de tener un diputado a una fracción legislativa de mayor peso, pero también considero que no hay relación entre el número de diputados del FA y su presencia en los debates nacionales, su influencia en el parlamento y, sobre todo, en las expectativas de la gente, que son mucho mayores, aunque, de nuevo, por distintas razones esa simpatía y respaldo no se ha traducido en mayor cantidad de votos. Esto podría cambiar si hacemos nuestra parte, y no cometemos los errores del pasado en las campañas políticas, en la organización electoral.

«En Costa Rica hacen faltan contrapesos, entre ellos una fuerza de izquierda que sea interlocutora y canalice todo eso que se está gestando en el campo social: el descontento, el clamor popular por un cambio de modelo económico y de políticas.

«Podemos convertirnos en un referente de la oposición, un referente político para un sector importante de la población. Ese proceso podría verse acelarado por la descomposición de algunos partidos que habían generado expectativas entre los costarricenses, pero no las han cumplido. Sin embargo, el FA tiene una tarea interna considerable porque sus estructuras están pensadas para ser un partido de resistencia, que da la lucha cuesta arriba, y no para ser un partido que recibe un apoyo popular mayor.

Por otra parte, hay otros factores a considerar: la falta de cultura política en Costa Rica, los prejuicios, las desigualdades muy marcadas en el acceso a los medios de comunicación, las campañas electorales donde impera el poder del dinero y otras opciones son invisibilizadas, una legislación electoral hecha para excluir a los partidos alternativos y favorecer a los tradicionales, problemas en el discurso y el mensaje.

En fin, no doy nada por sentado, pero veo un futuro con posibilidades importantes«.

Fuente: http://connuestraamerica.blogspot.com/2012/04/costa-rica-laura-chinchilla-gobierna.html