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El Salvador

Lo trascendental del voto nulo en las presidenciales del 2014

Fuentes: Rebelión

El 2 de febrero más de 34 mil hombres y mujeres de todo el país llegamos a las urnas para mostrar nuestro rechazo, nuestra inconformidad, si se quiere, nuestra rebeldía frente al régimen político salvadoreño; otros más de 16 mil lo hicimos votando en blanco (abstenciones). Tanto antes, durante y después de la primera vuelta […]

El 2 de febrero más de 34 mil hombres y mujeres de todo el país llegamos a las urnas para mostrar nuestro rechazo, nuestra inconformidad, si se quiere, nuestra rebeldía frente al régimen político salvadoreño; otros más de 16 mil lo hicimos votando en blanco (abstenciones).

Tanto antes, durante y después de la primera vuelta hemos recibido de diversos sectores, miles de veces, el «arma de la crítica»; No le rehuimos jamás. Miles de simpatizantes honestos del FMLN, orientados por su cúpula y mandos medios, nos tildaron de agentes de la derecha encubiertos, ultraizquierdistas, sectarios… izquierda exquisita, etc. Esta crítica, carente de todo contenido político (a excepción de muy raros casos), va desde el simpatizante de base, hasta la supuesta intelectualidad. No es de extrañarse pues, un movimiento tan heterogéneo que acumula alrededor de 50 mil votos en rechazo al régimen político, habría de recibir piedras de todos lados; con el tiempo no podría esperarse más que esta crítica tomara forma, supuestamente intelectual. Roberto Rivera ha sido el encargado de tal empresa (Ver su artículo «El voto ´in´ de la izquierda exquisita»).

Pero, más allá de este 9 de marzo, ¿Hay algo de trascendental en el voto nulo?, es decir, más allá del simple conteo de votos nulos y en blanco.

Nosotros y nosotras creemos que si. Más allá de las virulentas críticas vacías de contenido que recaen día a día en los hombros de los hombres y mujeres que hemos decidido votar nulo, este hecho, tan sencillo, encierra en su seno una realidad que ha de desarrollarse en los días, meses y años venideros: necesitamos un instrumento político para las luchas que vienen. Nosotros y nosotras, el movimiento popular, la clase trabajadora, el movimiento estudiantil, somos pues, los encargados de construirlo.

Esta semilla que ha de germinar está ya sembrada. Nos toca, a los miles que votamos nulo, regarla, construirla día a día, en las pequeñas y en las grandes luchas, en la universidad, en las zonas rurales, en el movimiento campesino, en el sindicato, en el movimiento popular, etc. Sin embargo, la necesidad de este instrumento político para las luchas, tiene ya su germen en muchos círculos y colectivos de estudio, organizaciones estudiantiles y populares, sindicatos luchadores, gérmenes de partidos revolucionarios-socialistas, etc., que nos ubicamos por fuera, tanto del FMLN, como de la TR.

El sábado 22 de febrero nos dimos cita, algunas y algunos de los que decidimos anular el voto; como Unidad Socialista de Trabajadores (UST), convocamos a un Conversatorio sobre el voto nulo. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales y sectores en lucha llegamos a la conclusión de que el voto nulo era una respuesta valida, revolucionaria e incluso ética a la degeneración y a la pudrición del régimen político salvadoreño. Coincidimos plenamente además, en la necesidad de dar continuidad a este esfuerzo que comenzó dicha mañana del sábado. ¿La necesidad de tal instrumento político se hace posible? ¿Un polo de lucha sindical y popular se hace posible? Definitivamente se hace posible.

Para los que como Ricardo Ribera, despotrican desde una cómoda oficina de docente, para los que nos tildaron de ultraizquierdistas, de sectarios, agentes de la derecha… etc., va quedando claro pues, que esta juventud ha comenzado a decir basta; hemos dicho basta en las urnas el 2 de febrero y volveremos a decirlo este 9 de marzo; hemos dicho basta y lo diremos día a día en nuestras luchas, en la universidad: contra los Asocios Público-Privado, por más presupuesto para la UES, por una educación de calidad y gratuita, por una educación que nos enseñe a pensar y no obedecer; lo hemos dicho en nuestros sindicatos y los seguiremos diciendo: no basta con ir a las mesas de negociación, hay que salir a las calles a luchar, por mantener lo conquistado y avanzar hacia nuevas conquistas, sólo podemos confiar en nuestras fuerzas; lo hemos dicho por años con las mujeres trabajadoras y lo diremos más fuerte: educación sexual y reproductiva, despenalización y gratuidad del aborto ya, maternidad libre…; lo hemos dicho en el movimiento campesino, reforma agraria ya, la tierra para quien la trabaja, tierra para la mujer campesina; Hemos dicho basta a la dolarización, a los Tratados de Libre Comercio, al pago de la deuda externa. Hemos dicho basta, y comenzamos a andar. El presente de lucha asegura el porvenir socialista.

Joel Arriola es estudiante de Sociología y militante de la Unidad Socialista de Trabajadores (UST).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.