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Entrevista a Rossana Rossanda, ex militante del PCI y fundadora de Il Manifesto:

«Los fascistas han llegado sin problemas al poder en Italia»

Fuentes: Público

Entró en el Partido Comunista Italiano a los 22 años. Más de medio siglo después, Rossana Rossanda, se interroga en su libro de memorias, La muchacha del siglo pasado (ed. Foca, 2008), qué significó esa elección política a la que se entregó con pasión. «Quería cambiar las cosas en mi país», dice esta mujer valiente, […]

Entró en el Partido Comunista Italiano a los 22 años. Más de medio siglo después, Rossana Rossanda, se interroga en su libro de memorias, La muchacha del siglo pasado (ed. Foca, 2008), qué significó esa elección política a la que se entregó con pasión. «Quería cambiar las cosas en mi país», dice esta mujer valiente, que fue una de las fundadoras de Il Manifesto. Admite que no lo consiguió, pero echa la vista atrás para intentar entender el presente.

¿Cómo se explica que, por primera vez, la izquierda haya quedado fuera del Parlamento?

Sobre todo, por culpa de una ley electoral pésima, que prima a los partidos mayoritarios. Amplios sectores de la población se han quedado sin voz.

¿Cuál es el secreto del éxito de Berlusconi?

Berlusconi es un impresentable, representa que se puede hacer dinero con cualquier cosa, incluso haciendo chanchullos. Su victoria ha sido, sobre todo, la combinación de dos motivos: un giro hacia la derecha de Italia, agigantado por la ley electoral, y la desilusión con el Gobierno Prodi. Italia está dividida en dos desde hace más de 15 años: la mitad vota a la derecha y la otra mitad vota contra la derecha.

Escribe que «si el fascismo puede adaptarse sin traumas a la democracia, también puede suceder lo contrario». ¿Está ocurriendo?

En Italia ya ha ocurrido. No es que tengamos un régimen fascista, porque es un régimen democrático. Pero los fascistas no han encontrado ninguna dificultad en llegar al poder. Tenemos un fascista, o ex fascista ya que no se presenta como tal, nombrado presidente de la Cámara [Gianfranco Fini]. El alcalde de Roma [Gianni Alemanno] es un fascista convencido. No creía que vería esto. Tenemos el peor Gobierno desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

¿Por qué ha habido un trasvase del voto obrero de la izquierda a la Liga Norte?

Porque es antieuropea y promete que no permitirá la deslocalización. Los obreros no pueden permitirse que les cierren las empresas. Están afiliados al sindicato pero votan a la Liga Norte.

Berlusconi y otros dirigentes europeos quieren expulsar a los inmigrantes sin papeles. ¿Cómo ve el aumento de la xenofobia en Europa?

Europa tenía un sistema de protección social que era compartido más o menos por todos los estados democráticos. Pero todo este sistema se ha derrumbado. Y su peso ha recaído sobre los más débiles, que ven al inmigrante como alguien que les quita el trabajo.

¿Por qué ha caído el estado del bienestar?

La UE se ha formado sobre la base del libre mercado y la reducción del gasto público y social. No es un fenómeno oculto, es algo declarado y que hemos aprobado.

¿Hacia dónde mirar para encontrar alternativas? ¿Latinoamérica? ¿Los movimientos sociales?

América Latina no está vinculada por un contrato. Son libres para nacionalizar. En España, si Zapatero quiere hacer lo mismo, la Comisión Europea lo impide. Quien quiera hacer una política alternativa hoy tiene que conocer la situación e ir al origen del problema: analizar a fondo la globalización, este capitalismo que usa al hombre como un instrumento para el beneficio, que lo mercantiliza, lo mercantiliza todo. Ese análisis no se ha hecho.

¿Por eso escribió el libro? 

El libro se detiene antes. Quería analizar el recorrido del comunismo porque no se ha hecho ningún tipo de reflexión sobre en qué nos hemos equivocado, por qué. Existe el riesgo de que el comunismo acabe sin dignidad. Llegó un momento en que el PCI dejó de entender dónde estaba la sociedad, qué quería.

Dice que las feministas le reprochaban que hubiese hecho una carrera de hombre, que hubiese cancelado sentimientos, pasiones

No estoy dispuesta a dejar al otro sexo el monopolio de la razón. Lo quiero todo, razón y pasión. Pero entendí que la política usa códigos que han sido escritos sólo por los hombres.

¿La paridad puede cambiar esos códigos?

La paridad es un derecho obvio: las mujeres somos la mitad de la población, así que tenemos que ocupar el 50% de los escaños en el Parlamento.

¿Por qué no ha escrito los cambios de la izquierda en los últimos años? ¿Los escribirá?

La historia actual no se puede escribir con nombres y apellidos, como he hecho. Me gustaría escribir sobre los problemas actuales pero, en definitiva, ahora os toca a vosotros. ¿Tú qué crees?