«Al fin, hemos despertado». Esta es la sensación entre las decenas de miles de gente que han llenado las plazas de las ciudades griegas en los últimos días. La explosión del movimiento 15Μ en el Estado español ha servido como la chispa para que se exprese la indignación profunda del pueblo griego sobre el rumbo que […]
«Al fin, hemos despertado». Esta es la sensación entre las decenas de miles de gente que han llenado las plazas de las ciudades griegas en los últimos días. La explosión del movimiento 15Μ en el Estado español ha servido como la chispa para que se exprese la indignación profunda del pueblo griego sobre el rumbo que ha tomado el país. Y su mensaje hacia el poder político y económico está claro. «Ya es hora de que se vayan», pone en castellano una pancarta enorme frente el Parlamento en Atenas, en la histórica Plaza de la Constitución.
Todo empezó el miércoles 25 de mayo, a las 6h. de la tarde, el punto cero de la #greekrevolution, fijado sÓlo dos días antes, de manera espontánea, en el facebook. La llamada fue mínima, sÓlo bajo el nombre «indignados», aclarando que se trataba de manifestaciones pacificas y acompañada por la traducción del manifiesto de Democracia Real Ya en griego. En sólo 40 horas, 25.000 personas apuntaron por la web en la manifestación de Aténas, 20.000 en la de Tesaloniki, y 5.000 en Patras. Pero nadie esperaba que la presencia actual en las plazas estaría aún mayor. Más de 40.000 manifestantes en la plaza de la Constitución en Atenas, y decenas de miles más en las otras ciudades, se quedaron por horas gritando, bailando y discutiendo, en un clima tanto dinámico como festivo.
Desde entonces, las plazas siguen llenas cada día, a partir de las 6h. por la tarde. El domingo 29 de mayo, marcada como un día de «revolución europea», ha sido la manifestación más grande hasta ahora, con más de 100.000 personas llenando la Plaza de la Constitución. Pero lo impresionante no se encuentra sólo en los números. Es la pasión de la gente, que no se cansa gritar por horas ¨Fuera, fuera!¨ a los políticos y pidiéndose «Pan, Educación y Libertad«, un eslogan histórico de los movimientos sociales griegos. Es la rareza bienvenida de la ausencia de violencia y gases lacrimogenos en una manifestación que ya dura una semana. Se puede participar gente de todas las edades, con sus hijos y hijas, y muchos dicen que «los españoles nos han mostrado como manifestarse». Y sobre todo, es el proceso constituyente que esta tomando lugar en las plazas, bajo los principios de una democracia directa.
La lucha de los indignados griegos se autoorganiza por asambleas diarias en cada plaza, y la participación de la gente en el proceso sube cada día. En Atenas, miles de personas participan en la asamblea, organizando la vida en la acampada, formando un plan de acciones y aclarando su discurso público. Ya se ha producido una primera resolución, traducido en varios idiomas, que se encuentra en la web oficial de movimiento . Además, se han formado varias comisiones, organizándose por asambleas temáticas, con la participación de cientos de personas. En la plaza se encuentra un comedor popular, un centro médico, punto de información y coordinación de los voluntarios, grupos técnicos, artísticos, de difusión y prensa, de abogados y de vigilancia.
La plaza se ha convertido en un espacio de expresión vibrante, libre y común, surgiendo en algunos memorias de la antigua democracia directa ateniense, a otros del mayo de 68 en Paris, y a todos de la plaza del Sol en Madrid. Cientos de personas quedan toda la noche por la plaza, con las tiendas de campaña llenando todo el espacio bajo la sombra de los arboles.
Sin partidos
Otra novedad de la movilización es la ausencia de partidos y organizaciones políticas. Como en el estado español, se trata de un movimiento de personas, aunque esto no significa apolítico o individualista. Al contrario, se trata de un intento de definir de nuevo la política y el sentido de lo común, de manera directa y fuera de los límites y las jerarquías de las estructuras tradicionales. Aunque en el proceso participan también miles de activistas experimentados, su mayoría se ve trasformada y animada por el proceso, aprendiendo por la gente que sale por primera vez a las calles, en vez de tratar de dirigirlos.
El movimiento de los indignados griegos no cabe en las fronteras ideológicas y políticas ya existentes, generando una confusión enorme al gobierno, todos los partidos políticos (incluso los de la izquierda), los sindicatos e incluso a las organizaciones radicales de izquierda y al movimiento anarquista.
Sin embargo, todos reconocen que los días siguientes serán críticos para la evolución del movimiento. ¿Logrará extenderse fuera de las plazas, también en los barrios y los espacios laborales? Esta es la pregunta que preocupa los indignados griegos, dado que al contrario con el Estado español, el movimiento griego tiene una sensación de urgencia, es decir impedir el segundo «acuerdo de rescate» que se prepara entre el gobierno y la troica (la UE, la BCE, y el FMI) para que se implemente al finales de junio. De cada manera, los indignados griegos apuestan por la expansión del movimiento a otros países europeos.
El anuncio de que el pueblo de Barcelona retomó la plaza de Catalunya el viernes pasado, provocó una explosión de felicidad a la asamblea de Atenas, igual que las novedades de la masiva participación en el estado español y otras ciudades européos en las manifestaciones del domingo pasado. Incluso se inventan otras maneras de incentivar a los que todavia no han salido a las calles, como una pancarta en italiano que dice: «Silencio, que no despertemos a los italianos«. En este marco, las plazas de toda Grecia anticipan con esperanza la próxima manifestación europea, el domingo 5 de junio.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Los-indignados-de-Grecia-toman-las.html