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Los inmigrantes reclaman la atención de Europa desde las grúas de Bruselas

Fuentes: Gara

«Somos seres humanos», gritan desde lo alto de gigantescas grúas instaladas para construir un edificio de oficinas en el barrio que alberga las instituciones de la UE en Bruselas seis inmigrantes «sin papeles» marroquíes que denuncian el tratamiento que les da el Estado belga y la nueva y restrictiva política de inmigración europea. Unos cuarenta […]

«Somos seres humanos», gritan desde lo alto de gigantescas grúas instaladas para construir un edificio de oficinas en el barrio que alberga las instituciones de la UE en Bruselas seis inmigrantes «sin papeles» marroquíes que denuncian el tratamiento que les da el Estado belga y la nueva y restrictiva política de inmigración europea.

Unos cuarenta de ellos pasaron a la acción en la noche del lunes al martes y, según la Policía, se subieron a seis grúas.

De este modo, tomó más fuerza el movimiento que comenzó hace ya semanas en Bélgica para obtener permisos de residencia. Los inmigrantes escogieron las grúas en función de su ubicación para dar más eco a su protesta.

Así, los marroquíes eligieron el «barrio» de la Unión Europea, mientras que otro grupo bloqueó la construcción de un casino en pleno centro de Bruselas. Además, se han declarado en huelga de hambre y de sed y han anunciado que no bajarán hasta que no obtengan permisos de residencia y de trabajo.

«Hemos elegido el barrio de las instituciones de la UE para decir a los europeos que estamos en contra de lo que Europa está preparando contra nosotros», explicaron a France Presse a través de su portavoz, Rachid Moumni, un joven belga de origen marroquí que pertenece a la organización Tamaynut.

«Hay un acuerdo europeo que dice que hay que expulsar a los `sin papeles’ y que prevé documentos económicos para inmigrantes económicos», denunciaron, en referencia al Carnet Azul y a la directiva de retorno, dos disposiciones que son el pilar del nuevo pacto europeo contra la inmigración.

«Somos seres humanos. Dadnos permisos de residencia para que podamos trabajar legalmente. No queremos trabajar más como esclavos», añadieron.

La mayoría de ellos se dedican a la construcción y tienen entre 20 y 30 años. Están empleados en la economía sumergida y «recibimos entre 20 y 25 euros por día en jornadas laborales agotadoras, desde las cinco de la mañana hasta los ocho de la tarde», subrayaron.

Con la llegada de las vacaciones, se encuentran sin medios para subsistir. Sólo tienen la promesa verbal de que volverán a ser contratados tras el verano. «No es normal», remarcaron.

Críticas a Italia

Por otra parte, el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg, criticó las últimas medidas aprobadas en Italia, al considerar que «carecen de principios humanitarios».

«Estas medidas tienen el riesgo de que aumente la estigmatización y la marginación social de los inmigrantes», destacó Hammarberg, que incidió en que suponen «un inquietante alejamiento de los principios del derecho internacional».

El Gobierno italiano respondió a las críticas del Consejo de Europa mediante un comunicado del Ministerio del Interior en las que calificó de «infundadas» las palabras de Hammarberg y señaló que ya ha respondido a los requerimientos realizados desde Estrasburgo.

Mientras, un centenar de inmigrantes arribó en cinco embarcaciones a las costas de Canarias, Andalucía y Murcia. En Cádiz, la Guardia Civil detuvo a tres inmigrantes y puso en marcha un dispositivo de búsqueda para encontrar a un grupo que logró huir.

Asimismo, un cadáver fue encontrado a varias millas de la costa de Almería. Supuestamente, se trataba de un inmigrante que cayó de un cayuco cuando intentaba llegar a Andalucía.