El sector salud paralizó sus actividades en toda la República de Panamá desde el día 20 de octubre hasta el pasado 18 de noviembre para oponerse al proyecto de Asociación Pública Privada, APP, que le otorga al Presidente de la República plenos poderes para entregar a la Mafia Internacional todos los servicios que presta el […]
El sector salud paralizó sus actividades en toda la República de Panamá desde el día 20 de octubre hasta el pasado 18 de noviembre para oponerse al proyecto de Asociación Pública Privada, APP, que le otorga al Presidente de la República plenos poderes para entregar a la Mafia Internacional todos los servicios que presta el Estado. Entendemos por Mafia Internacional al Capital Financiero Internacional, las Grandes Transnacionales y el Narcotráfico, entidades entrelazadas e indiferenciables entres sí.
Podemos considerar que esta huelga, que duró casi un mes, logró lo siguiente:
1. Demostrar el carácter autocrático del régimen de Ricardo Martinelli Berrocal. El Concejo de Gabinete, esto es, el Órgano Ejecutivo, le ordenó a la Asamblea Legislativa suspender el debate del proyecto 349 que crea la APP. Se trata de una medida anticonstitucional, ya que según la misma, el Órgano Legislativo se debe manejar autónomamente. El Presidente de la Asamblea Nacional, aceptó públicamente ese mandato.
2. Se definió el carácter PRIVATIZADOR del actual gobierno. Se trata de un gobierno de empresarios.
3. Se identificaron los aliados del gobierno en esos objetivos, capitaneados por el diario La Prensa y el Gran Capital Nacional. Los otros medios de comunicación impresos y Televisivos, exceptuando el diario La Estrella de Panamá, le brindó muy poca cobertura a las manifestaciones públicas de los panameños, con lo que, los dueños de estas empresas demuestran su proclividad hacia la política económica de la Dictadura Civil.
4. Se demostró el repudio del pueblo a la autocracia de Martinelli Berrocal y su política antinacional y antipopular: el aumento del costo de la vida, las elevadas tasas de criminalidad, los problemas del transporte, el agua, la salud, la educación, etc.
5. Se confirmó la enorme y descontrolada corrupción gubernamental y la mitomanía del Presidente. Durante la huelga, el diario la Estrella divulgó los lazos entre un representante de Berlusconi, el italiano Walter Lavitola, prófugo de la justicia italiana, y hombre muy vinculado a Berlusconi, quien a través de la empresa Finmecanica le vendió al gobierno panameño, por medio de su Jefe de Seguridad, José Raúl Mulino, radares a un precio muy superior al de mercado. Laviota era protegido del gobierno de Martinelli Berrocal.
6. Se evidenció el desprestigio de Guillermo Sáez-Llorens, Director General de la Caja de Seguro Social: nadie lo quiere por su implicación en los homicidios de pacientes con la KPC, su incontrolable corrupción y despilfarro, su intento por resucitar el franquismo en Panamá. Por ser uno de los ideólogos de la privatización de la CSS. Por la indiferencia e indolencia con que está manejando los intereses de los asegurados y funcionarios de la CSS.
7. Se unieron todos los sectores de la Sociedad Civil, como quedó demostrado en las enormes marchas de los días 15 y 16 de noviembre: el equipo de salud, los administrativos, educadores, grupos originarios, trabajadores, estudiantes, microempresarios, trabajadores del Canal, grupos cívicos y la gente de a pie.
8. Quedó demostrado que el pueblo en su conjunto no va a aceptar ningún intento de privatizar los servicio del Estado.
9. La casi nula participación de los llamados partidos políticos de «oposición». Estos partidos, preocupados en una campaña proselitista adelantada, volvieron a exhibir su incapacidad para ofrecer una alternativa económica distinta a la ofrecida por el actual gobierno.
10. La necesidad del pueblo que pide a gritos una organización propia: se creó la Coordinadora Cívica Nacional, compuesta por los grupos representativos del país.
11. La ausencia de los empresarios de la mediana empresa, que piensan aún que se van a beneficiar con ese proyecto privatizador, lo que demuestra su oportunismo y falta de conocimientos mínimos en economía política.
12. El enorme apoyo del pueblo no organizado al paro.
13. El gran sentimiento patriótico de los panameños: no van a permitir que la NARCOMAFIA internacional se lleve nuestros recursos.
14. La necesidad de que se respete los derechos individuales, sociales y económicos de la población.
15. La negativa del que el proyecto 349 se discuta. Se exigió su eliminación del debate parlamentario.
16. El descalabro político del régimen dictatorial de Ricardo Martinelli Berrocal, apoyado por el capital panameño, la narcomafia internacional y el gobierno de los EEUU.
17. La desaparición del miedo, un instrumento que manejaba el actual gobierno. Se dio un paso fundamental en el proceso educativo de saber que formamos el 99% de la sociedad. Que los que nos dirigen es un grupo muy reducido.
Los panameños somos consciente de que se ganó una batalla, pero que la guerra sigue. Se está vigilante ante un gobierno mafiososo, capaz de privatizar el país sin leyes y a punta de represión militar. Ya el pueblo habló. Fue, sin duda, un paso esencial en el proceso de Unidad Nacional, factor fundamental para liberarse de los tentáculos de la Mafia. Pero igualmente, somos conscientes de que solos no podremos enfrentar a este monstruo de mil cabezas. Se necesita que todos los pueblos del mundo nos unamos. Los objetivos son los mismos Ya se ve el alba de este nuevo mundo.
Blog del autor: www.maurozunigaarauz.com
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.