Lleva 15 años trabajando en la solidaridad con Nicaragua. Empezó en el ámbito de la cooperación, pero desde hace unos años se centra en la solidaridad política con el país centroamericano, donde ha estado en 15 ocasiones. Javier Huerta es vicepresidente del Comité de Solidaridad Sandinista de Catalunya, que surgió en 2010, y colabora en […]
Lleva 15 años trabajando en la solidaridad con Nicaragua. Empezó en el ámbito de la cooperación, pero desde hace unos años se centra en la solidaridad política con el país centroamericano, donde ha estado en 15 ocasiones. Javier Huerta es vicepresidente del Comité de Solidaridad Sandinista de Catalunya, que surgió en 2010, y colabora en el Comité Antiimperialista de Barcelona. Destaca que el trabajo fundamental de la asociación es la «lucha comunicativa» frente a la imagen que los grandes medios trasladan de la Revolución Sandinista. Javier Huertas ha participado en las Jornadas Antiimperialistas organizadas en Alcoi por las Juventudes Comunistas del País Valenciano, en colaboración con el PCPV-PCE, la Asociación de Amistad con Cuba Pep Linares y la Asociación de Amistad con Corea del País Valenciano (KFA).
-La década de los 80 se caracterizó por la eclosión de los movimientos de solidaridad con Nicaragua. Podría hablarse de un «boom»…
 Fueron unos años muy especiales. Los años de la Revolución Sandinista  en Nicaragua, pero también de la actuación de guerrillas en países  como Guatemala y El Salvador. En Centroamérica se desarrollaba un  proceso popular en el que se aspiraba a tomar el poder y eliminar las  dictaduras. El estado español, sobre todo en el País Vasco, Madrid, y  Cataluña, se volcó en la solidaridad con Nicaragua. Podría decirse,  incluso, que el movimiento de solidaridad con Cuba se extendió a  Nicaragua. Surgieron entonces por todas partes grupos de apoyo a la  Revolución Sandinista.
 -¿Cómo evoluciona el movimiento de solidaridad con Nicaragua? ¿Qué  ocurre en los años 90 del siglo pasado?
 En la década de los 90 decae el movimiento de solidaridad por la  derrota electoral del Frente Sandinista. Nadie se lo esperaba. Hay  entonces una especie de parálisis. Comienzan a organizarse en  Nicaragua ONG, que establecen relaciones con las entidades del estado  español. Estas ONG piden apoyo al exterior para sacar adelante sus  proyectos (agrícolas, de cooperativas, alfabetización, etcétera) con  el objetivo de mantener los proyectos que el Frente no podía ya  garantizar desde el gobierno. En el ámbito de la alfabetización, por  ejemplo, los maestros dedicados a la educación en las comunidades  crean, nada más perder el Frente las elecciones, la Asociación de  Educación Popular Carlos Fonseca Amador. La solidaridad de los años 90  se caracteriza por estos lazos entre asociaciones, nicaragüenses y del  exterior.
 -¿Y a día de hoy?
 En la primera década de 2000, puede constatarse cómo la generación de  los 80 está algo «mayor» y con poca energía, tanto a nivel político  como en el campo de las ONG. El caso es que, no se sabe bien por qué,  no se ha incorporado gente nueva. Actualmente podemos observar cómo se  cierran entidades surgidas en los 80, pero al mismo tiempo se da un  fenómeno nuevo: la inmigración de ciudadanos nicaragüenses a España en  busca de trabajo. De hecho, el Comité de Solidaridad Sandinista de  Catalunya surge de la colaboración entre estos inmigrantes, que  pretenden trabajar en la solidaridad con su país, y otros que, en el  estado español, militamos en la solidaridad internacionalista. Hasta  hace poco, en los comités de solidaridad sólo había gente española. La  novedad es esta fusión.
 -¿Cuáles son las actividades principales del Comité de Solidaridad  Sandinista de Catalunya?
 El objetivo más destacado, y por el que nacimos, es el de la lucha  comunicativa. Los grandes medios de comunicación manipulan y censuran  la situación de los actuales procesos revolucionarios en América  Latina, sea en Nicaragua, Venezuela, Ecuador o Bolivia. El caso más  llamativo es el de Venezuela, y sobre todo la representación de la  figura de Hugo Chávez. Respecto a Nicaragua, practican la manipulación  informativa pero también la invisibilización. Tengo aquí delante un  titular de El País (noviembre de 2013): «Daniel Ortega, el comandante  de las dos caras». En la información se critica la falta de apoyo a la  educación, pero sin ofrecer datos. Esto ocurre habitualmente con los  grandes medios.
 -En vuestras conferencias y actividades, ¿qué ideas tratáis de  resaltar con el fin de romper el «bloqueo mediático»?
 Intentamos dar a conocer los avances que se van produciendo en  Nicaragua. Por ejemplo, cuando el Frente Sandinista llega al poder de  nuevo en 2006, se encuentra un país con altos índices de  analfabetismo, a pesar de que este fenómeno se había erradicado en los  años 80. El Frente incorpora el método «Yo sí puedo», utilizado  anteriormente por Cuba y Venezuela. En 2009, con el apoyo de estos dos  países, vuelve a declararse Nicaragua país libre de analfabetismo. Lo  mismo ocurrió en Venezuela y Bolivia. Pero son logros, como la  educación y la salud gratuitas, que los grandes medios de comunicación  no dan a conocer. En Nicaragua, actualmente, el gobierno sandinista  lleva adelante 40 programas sociales. En entrevistas de radio, redes  sociales y con las herramientas a nuestro alcance, tratamos de  difundir los resultados de estas políticas.
 -Te referías a un decaimiento de la solidaridad con Nicaragua desde  los años 90. ¿Cómo trabajáis para revertir esta situación?
 En 2013 impulsamos en Barcelona un Encuentro de Solidaridad con  Nicaragua a nivel europeo. Participaron más de 120 personas de  organizaciones de solidaridad con Nicaragua procedentes de Italia,  Luxemburgo, Francia y sobre todo del estado español. También vino  gente de partidos políticos. Funcionó muy bien, de manera que este año  se celebrará el Encuentro en Italia. En la reunión de Barcelona,  además, contamos con la presencia de Jacinto Suárez, diputado y  secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista. Hace  dos años nos visitó Carlos Fonseca, secretario adjunto de Relaciones  Internacionales del FSLN, e hijo del comandante Carlos Fonseca (uno de  los padres del Frente Sandinista).
 -¿Consideras que determinadas escisiones producidas en el Frente  Sandinista han podido afectar también a la solidaridad con Nicaragua?
 En 1996 un sector del Frente Sandinista se sale del partido. Son,  sobre todo, gente del ámbito de la cultura como Sergio Ramírez o  Gioconda Belli. En algunos casos son la gente que en los años 80  establecieron los enlaces entre el partido y las organizaciones de  apoyo en el exterior. Arrastraron, en consecuencia, al movimiento de  solidaridad internacionalista hacia su nuevo partido, el Movimiento  Renovador Sandinista (MRS). A día de hoy, la poeta y novelista  Gioconda Belli o el escritor Sergio Ramírez, que publica artículos en  El País, difunden una visión negativa del Frente Sandinista y del  proceso revolucionario de Nicaragua. Y esto está influyendo en  partidos políticos y ONG. Lo que hacen muchas veces es, aprovechando  una gira para la presentación de un libro, referirse a la situación  política del país. Desde su visión, claro. Tratan de influir, en  definitiva, haciendo uso de las amistades que trabaron en los 80.
 -Por último, ¿Cómo funciona en el día a día el Comité de Solidaridad  Sandinista de Catalunya?
Nacimos en 2010 en Barcelona. Al año siguiente se constituyó una delegación en Girona, y recientemente otra en el Baix Llobregat. Como entidad nos organizamos de manera asamblearia, aunque nos hayamos tenido que poner un cargo para constituir la asociación. Cada uno se ubica en el lugar donde puede aportar más al grupo, sea en las redes sociales, impartiendo conferencias, escribiendo artículos, etcétera. Actuamos sobre todo en Cataluña, pero tenemos contactos, por ejemplo, con la Fundación Rubén Darío de Madrid o el Comité Internacionalista de Zaragoza. El Encuentro de Barcelona de 2013 nos ayudó a trabar contacto con entidades de solidaridad con Nicaragua de otros países. Trabajamos, sobre todo, en la solidaridad política y la lucha comunicativa, pero en un futuro aspiramos a apoyar proyectos de cooperativismo en Nicaragua (café, crédito y ahorro). Ofrecemos también nuestra colaboración a quienes quieran organizar colectivos de solidaridad con Nicaragua en el estado español. Y publicamos el boletín «Sandino Vive».
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