Hace una década, tras obtener nimias victorias dentro de congresos del PS amañados, el hoy candidato presidencial socialista francés, Benoît Hamon ya pensaba haber torcido el pescuezo a la deriva derechista de sus «camaradas».
El hombre político sirvió así de aval electoral «de izquierdas» para lo que finalmente fue una victoria de los derechistas del PS, como François Hollande y Manuel Valls. Prosiguieron las políticas de destrucción social entre 2012 y 2017. Con el propio Hamon, durante varios años, como ministro. O sea que la pregunta, ahora, en 2017, es la siguiente: ¿La candidatura Hamon no es, de hecho, la mejor manera de hacer perder una década más a la Izquierda Real, manteniendo de nuevo a Francia dentro del corsé de la Europa austericida?
En 2008, tras un congreso en Reims lleno de intrigas y golpes bajos, la ex ministra de Trabajo Martine Aubry tomaba el control del Partido Socialista francés (PS) con el proyecto autodeclarado de devolverlo «al corazón de la izquierda» después de la deriva liberal-populista que había representado Ségolène Royal. Estuvo apoyada discretamente por un grupo de jóvenes figuras pujantes entre la que se contaba el entonces desconocido Benoît Hamon. El joven quadra, que había presentado su propia moción al congreso y obtenido más del 18% de los votos de compromisarios, entraba así –y con mucho optimismo– en la órbita de los cabezas de serie de ese intrincado aparato electoral y poderosa maquinaria de poder que es el PS.
Apenas un año después de la llegada al poder supremo de un presidente Neocon –sin precedentes en este país–, Nicolas Sarkozy, en 2007, arrancaba así el inicio de la resistencia política seria contra el proyecto reaccionario. La alquimia electoral del partido supuestamente situado de nuevo en la izquierda funcionó. Benoît Hamon era portavoz del PS. Los votantes creyeron y, finalmente, en 2012, la izquierda tumbaba electoralmente a Sarkozy.
Pero los que se reinstalaron oficialmente en la presidencia de la República y en los puestos clave del Gobierno no fueron los altereuropeístas que se están haciendo fuertes en Francia, sin de momento lograr el Gobierno. No. Fueron dos hombres fuertes de corte centroderechista, de un social-liberalismo asumido en público y ensalzado en privado: François Hollande y Manuel Valls. El primero ha presidido la República durante cinco años. El segundo ha sido ministro de Interior y primer ministro, durante cuatro.
Todos los grandes símbolos, todas las medidas estelares de la izquierda en este país han sido demolidos concienzudamente por Valls y Hollande a lo largo de cinco años. Absolutamente todos. No ha habido aumento generalizado de salarios por decreto; Ni reducción clara del desempleo; Ni incremento neto del empleo público o asociativo y cooperativista; Ni se ha suprimido el «Recorte Sarkozy» de las pensiones de jubilación públicas; Ni se ha reducido la semana laboral; Ni se ha sacado a Francia de la estructura militar de la OTAN o desolidarizado de las intervenciones militares occidentales; Ni se han adoptado políticas para acabar con las desigualdades en los más de 400 barrios socialmente desfavorecidos del país; Ni se ha acabado con el racismo institucionalizado que se da en las prácticas de la policía a diario; Ni se ha avanzado en la lucha contra la islamofobia y el antisemitismo, cada vez más presentes e inquietantes en la sociedad francesa. El PS en el poder habrá sido, finalmente, mejor verdugo que el Sarkozysmo contra las ideas de progreso.
Frente a ello, Benoît Hamon se limitó, primero, a conservar un cargo en el Gobierno Hollande, alzando la voz sólo de cuando en cuando. Y luego abandonó el ejecutivo en el momento en que las cotas de desconfianza, según los sondeos, empezaban a alcanzar niveles insoportablemente bajos.
Así las cosas, resulta interesante rescatar la entrevista que SanchoPanzaLab hizo en exclusiva en 2008 al entonces pujante joven líder del ala más izquierda del PS, Benoît Hamon. El pasado mes de enero 2017, Hamon ha sido investido oficialmente candidato del PS a la presidencia de la República, al término de unas primarias que ganó ampliamente, en el marco de un recuento de votos marcado por las irregularidades.
O sea que Hamon ya es número uno del PS. Habrá tardado una década en dar con el «corazón de la izquierda» y, al menos en apariencia, rediseñar un proyecto político. Ahora se encuentra de facto a la cabeza del PS fundado por François Mitterrand, sí, pero… ¿para llevar las políticas de progreso al Elíseo y a Bruselas, o para hacer perder otra década a los franceses y a Europa, como ha ocurrido con el Sarko-Hollandismo?
Porque, de momento, lo único claro es que el nombramiento de Hamon como candidato PS ha acarreado sólo dos consecuencias. Y no son nada favorables a una reorientación de Europa y el fin de la austeridad: Según indican los sondeos (por ejemplo, el de Kantar/Sofres/Statista a finales de enero), Hamon, por un lado, ha reducido considerablemente el creciente espacio que estaba conquistando el candidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, ex miembro del PS, aliado en Francia de Unidos Podemos, y auténtico partidario de una negociación seria en Bruselas, con un Plan B para Europa en la cartuchera en el caso de que Berlín, Francfort y Bruselas se enconaran contra un plan de relanzamiento de la economía y de redefinición de los estatutos del BCE (ideas que Hamon, bajo el influjo de Martine Aubry, ni siquiera osa mencionar).
Por otro, la candidatura Hamon, al decantarse en apariencia a la izquierda y pegarse a rebufo de Mélenchon, ha dejado un espacio vacío en el espectro social-liberal, cosa que ha puesto alas al «candidato sorpresa» de estas presidenciales francesas, el preferido de los grandes medios de comunicación y de la oligarquía, el social-liberal Emmanuel Macron, también ex ministro de Hollande.
Dado ese contexto de 2017, SanchoPanzaLab republica la entrevista que en exclusiva Benoît Hamon nos concedió en 2008, de acuerdo con uno de los puntos de nuestra Carta Fundacional. El que nos fija como objetivo informar diacrónicamente, y con datos de fondo, sobre los procesos políticos, ello para contrarrestar la tendencia cada vez más acusada, en los medios convencionales, de participar en la política espectáculo con una la memoria-flash instantánea para los votantes.
ENTREVISTA A BENOIT HAMON Andrés Pérez / SanchoPanzaLab París, 20-11-2008
Se le nota cansado al llegar al simpático café donde nos recibe. Cansado, pero también resplandeciente. Al término de una larguísima batalla por el Congreso y por el liderazgo del Partido Socialista francés (PS), Benoît Hamon sale reforzado. Con sólo 41 años, ha logrado colgar su nombre en la órbita de las cuatro personalidades más influyentes del partido. Y, más importante aún, sus ideas son ahora el «centro de gravedad» de un PS que Nicolas Sarkozy había colocado durante años a la deriva.
Simpático bistrot del sur de París. Aquí se grita y se habla fuerte. Se comen tremendas ensaladas con paté a cualquier hora. El patrón grita tras la barra un rotundo «Salut Benoît!» cuando ve llegar a este joven eurodiputado con las ojeras del cansancio y el brillo intacto de la convicción en las pupulas de los ojos. Un brillo que, espera, no se apagará convirtiéndolo en «prisionero del aparato». Un brillo de primer secretario –puesto por el que ha batallado– o de número dos, dispuesto a llevar al PS a la «ola social» y cambiar Europa.
SanchoPanzaLab- Usted es el líder de la corriente calificada «ala izquierda» del PS ¿satisfecho con el congreso, o a punto de abandonar el partido, como han hecho Jean-Luc Mélenchon y Marc Dolez?
Benoît Hamon– Creo que Jean-Luc (Mélenchon) se ha ido en el momento en que los hechos parecen quitarle la razón. No sólo por el resultado de nuestra moción –casi 19%–, que ya de por sí es importante. Pero es que el centro de gravedad del PS en su conjunto se ha desplazado en este congreso. Es sorprendente ver a qué velocidad se han derribado ciertos dogmas a causa de la crisis. Normal: aquellos socialistas que antes hablaban de libre comercio, de liberalización, de flexibilidad del mercado laboral, de privatización parcial de sistemas de protección social, de pensiones de jubilación privadas y cada vez más tardías…. se dan cuenta de que su discurso es caduco. El centro de gravedad del PS se ha desplazado, y el futuro primer secretario no podrá ignorarlo.
SPZLab- Hace usted un análisis muy positivo del Congreso, como un combate de ideas y una mutación ideológica. Pero ¿y los apaños entre corrientes?
Benoît Hamon– No se puede decir que todo sea blanco o negro. En la última semana hemos visto reflejos un poco gregarios, que oscurecen el panorama. La antigua dirección se ha reunido en torno a Martine Aubry con la esperanza de guardar el poder. Ségolène Royal ha pretendido representar la ruptura, y ello gracias al apoyo de algunas federaciones con las peores malas costumbres del pasado. Además, en su caso, con el agravante de haber montado todo ese tinglado para provocar una invasión de la cultura de derecha en el partido.
SPZLab- ¿Tanto como una invasión?
Benoît Hamon– Sí. Ha traído auténticos conceptos de derecha. Por ejemplo la denuncia de una supuesta capa de «asistidos sociales» en las clases modestas francesas. U otro aún mejor: la defensa de una supuesta reforma de nuestro modelo social que, en realidad, consiste simplemente en hacer que los individuos soporten el coste, en lugar de asumirlo en nombre de la solidaridad de la Nación. Piense en lo que representa esa evolución: significa aceptar que, quien disponga de los medios, puede tener cobertura médica, jubilación, vacaciones para sus hijos, etc. Y los otros, pues bien, sintiéndolo mucho, se les dice que no tienen derecho porque no pueden pagarlo. Ségolène, pese a todos sus discursos, ha traído intrínsecamente ese proyecto.
SPZLab- O sea que según su personal visión, lo que antes era juzgado como «ala izquierda» ha ocupado el centro de gravedad del PS y ha dejado fuera de juego a la centrista Ségolène y a los social-liberales en general.
Benoît Hamon– Sí. Por fin hemos debatido en serio, sobre cuestiones de fondo. No siempre, pero en muchas ocasiones. Por ejemplo sobre la doctrina librecambista. Antes había una caricatura: Cualquiera que ponía sobre la mesa en el PS la cuestión de interrogarse sobre las consecuencias del librecambismo, era tratado de nacionalista, de proteccionistas, de peligroso profeta de la guerra y todo eso…. Hemos logrado que…
SPZLab- Que no le miren como un marciano.
Benoît Hamon– Exacto. Sobre la cuestión europea también ha habido esa evolución. He conseguido, con otros camaradas, que a partir de ahora ya no nos traten de anti-europeístas por el mero hecho de cuestionar ciertas direcciones que ha tomado la construcción europea.
SPZLab- Uno de los méritos de su moción es el de escribir por primera vez en el PS que Nicolas Sarkozy es «reaccionario». Si Ségolène lleva «intrínsecamente» el mismo proyecto, eso significa que la línea divisoria entre «reacción» y «progreso» se encuentra hoy en el interior mismo del PS.
Benoît Hamon– Vayamos con cuidado. La línea de fractura entre liberales y no liberales sí pasa por enmedio de la socialdemocracia, eso está claro. ¿La línea divisoria entre reacción y progreso?… Yo creo que hoy buena parte de los socialdemócratas toman prestados conceptos del patrimonio intelectual de la derecha. Cuando habla de pobres que vivirían bien gracias a los subsidios. En la deriva securitaria. Cuando dicen que es posible pactar con la derecha sobre inmigración. Todo eso son posiciones inaceptables… Pero yo creo que ahora la buena manera de actuar es demostrar nosotros que somos capaces de hacer propuestas de futuro claramente de izquierdas, que obligarán a toda esa gente a tomar partido y a situarse de uno u otro lado de la barrera…
SPZLab- Entre reacción y progreso, ¿dónde está Ségolène Royal?
Benoît Hamon– Es muy difícil decir que la línea divisoria esté dentro del PS… Yo veo muchos puntos incluso en Ségolène Royal que la integran, claro está, en el campo del progreso…. Su principal problema es que ella encarna, en proporciones dantescas –como Nicolas Sarkozy, por cierto– la personalización del debate político. Algo irracional, que busca las emociones y las pulsiones. Ella ha entrado en una relación carismática con su electorado y con sus propios hinchas.
SPZLab- Hay quienes recuerdan que ella, como diplomada de las mejores Grandes Ecoles, es en realidad perfectamente racional e intelectualmente superdotada.
Benoît Hamon– Piense que a veces ella se niega a hablar racionalmente hasta con nosotros, los otros dirigentes del PS. Ella… De entrada hay que saber que es una mentirosa sin vergüenza alguna. Acaba de declarar a Le Monde que me propuso entrar en una comisión sobre las cuestiones de las alianzas del PS con otros partidos, y que yo me habría negado. Es totalmente falso, y es la prueba de que ella no vacila en cargar sobre las espaldas de sus adversarios cosas que no existen, pero que alimentan su imagen de víctima de un complot.
SPZLab- Entre Royal y Aubry ¿Cómo va a poder pesar usted para que siga avanzando lo que define como el «nuevo centro de gravedad» del PS? ¿Cómo evitar convertirse en el nuevo Pepito Grillo del PS, condenado a hacer declaraciones y servir de aval, mientras que el partido sigue derivando hacia el centro y, de facto, es garante de políticas conservadoras?
Benoît Hamon– Hay una manera, y yo me pregunto si es la buena, estoy reflexionando. Creo que va a haber una discusión sobre el tema y, si ella (NDLR: Martine Aubry, entonces número uno del PS) se me propone la función de número dos del partido, puede funcionar. Porque así, institucionalmente, el partido dice lo que yo digo. E, igual de institucionalmente, yo sé lo que hago. Si salgo de la sede del PS en la Rue de Solférino (en uno de los barrios más privilegiados de París) y voy adonde hay problemas candentes, y mojo al partido. El problema es que yo quiero hacer eso como número uno ¿es posible hacerlo como número dos?
SPZLab- Aubry y usted estaban muy cerca de un acuerdo político ya antes del congreso.
Benoît Hamon– Sí, pero yo quiero llegar hasta el final. Porque es una posibilidad real de pesar en el rumbo del partido. Seguir hablando sobre qué libre comercio es bueno o no, qué construcción europea hace falta. Ahora el asunto se plantea de otra manera: ¿Voy a convertirme en prisionero del aparato? ¿Voy a empezar a apagarme yo también? O lo contrario: la crisis crea una dinámica tal, una demanda tal, que el partido va a aceptar que yo hable desde la institución para entrar en la ola social.
SPZLab- Dicho de otra forma: usted se ve como el mariscal de campo ideal del PS para hacer la guerra a la regresión social del Sarkozysmo. Martine Aubry habló de crear un delegado departamental del PS para luchar a diario contra las discriminaciones.
Benoît Hamon– Sí. De alguna manera. Pero yo voy más lejos y es algo que se puede hacer enseguida. Crear unos estados generales permanentes de municipios, consejos departamentales y regiones de izquierda. Una estructura de resistencia a las políticas anti-sociales, que proponga ya medidas para amortiguar el impacto del sarkozysmo y de la crisis. Hoy el problema es que esos poderes locales no se coordinan entre ellos, cuando en realidad son un contrapoder importante. A partir de ahí, la sede central del PS debe ser una casa abierta a los intelectuales, sindicalistas y líderes asociativos listos para dar la batalla. Ahí está la dinámica entre la sociedad y el partido, en la capacidad de forjar respuestas. No en la propuesta ségolenista de seguir pasivamente los sondeos y los foros internet.
SPZLab- ¿Salir de la berlusconización de la política es una condición previa a la transformación?
Benoît Hamon– Sí. Hace falta un PS «en la calle».
SPZLab- Pero ¿qué transformación? Le dirán que la política ya no puede nada en la economía
Benoît Hamon– La crisis financiera prueba que el poder político puede mucho, puesto que se han mojado mucho para salvar el sistema, han inyectado mucho. Todo sigue derrumbándose, pero eso es otro punto.
SPZLab- Inyectar sí. Pero ¿transformar? Hay tratados de la UE, acuerdos multilaterales sobre librecambio, etc que impiden encontrar palancas para aumentar salarios o para financiar sistemas de protección social.
Benoît Hamon– ¡Ah no! Precisamente: Si esta crisis ha demostrado algo, es que todo el mundo estaba listo para saltar sobre la ocasión de pisotear los tratados. En materia de reglamentación sobre competencia, las recapitalizaciones de bancos se las saltan a la torera. Son legitimadas a posteriori. Hasta el pacto de estabilidad era violable. Las condiciones extremas exigen inyectar dinero público.
SPZLab– ¿El corsé legal de la UE ha saltado?
Benoît Hamon– El obstáculo político que decía que las disposiciones actuales nos prohibían en el futuro toda ayuda estatal a la industria, a la innovación y a la investigación, ha saltado gracias a la crisis. Ahora toca poner esa vía libre al servicio de objetivos estratégicos europeos, en favor de sectores industriales juzgados prioritarios y en favor del empleo. Yo estimo que existe un «interés europeo», es un interés que conjuga interés económico e interés de los trabajadores, sin frenar el desarrollo de todo el planeta. Además podemos encontrar otras palancas. La preferencia comunitaria, no soy yo quien la ha inventado. Es un instrumento de las políticas agrícolas de la UE. El arancel externo común figura en los tratados. Y, en cuanto a la OMC, basta con dar mandato a la Comisión Europea de que se integren en las normas de libre cambio las normas sociales y medioambientales, al mismo nivel que ciertas normas técnicas o sanitarias.
SPZLab– Nunca conseguirá un acuerdo a 27 sobre esa idea.
Benoît Hamon– Ya no queda ni un sólo terreno en el que podamos avanzar en la integración a 27, con cierta rapidez. Ha llegado el momento de la locomotora. Y la locomotora es posible en dos temas: la armonización social y la armonización fiscal. Un grupo reducido de países va a tener que iniciar la armonización fiscal, especialmente la fiscalidad de las empresas. Hay un grupo de países cuyos niveles de desarrollo empiezan a converger: Alemania, Francia, Italia, probablemente Bélgica, España, quizá Portugal si lo desea. Pueden iniciar la convergencia en la fiscalidad de las empresas. Antes de progresos hacia una convergencia social sobre salarios mínimos e igualdad de género. Son cuestiones esenciales.
SPZLab- ¿Una Europa a dos velocidades?
Benoît Hamon– Ya funciona a dos velocidades.
SPZLab– El sistema de cooperaciones reforzadas para una convergencia fiscal y social que describe parece más próximo de lo que propugna Die Linke que de lo que defiende el SPD, aliado de Angela Merkel.
Benoît Hamon– Yo no me puedo poner en el lugar del SPD. Lo que sí veo es que el SPD, como la izquierda italiana, como el PSOE o, claro está, como nosotros mismos, va a verse rápidamente en la obligación de preguntarse cuál es su utilidad frente a la crisis social. Para mí, quienes responden que el camino es un acuerdo con los liberales ya han perdido. Son como un pollo sin cabeza. Sigue corriendo, pero ya está muerto. La izquierda debe regresar a sus fundamentales y proyectarlos al futuro. Back to Basic.
SPZLab- Con Sarkozy va a ser difícil. El lo encarna todo, salva todo, de cumbre en cumbre. Y eso por muy desprestigiado que esté en el plano interno, en Francia ¿Cuál es la magia de su presidente?
Benoît Hamon– Lo que hace fuera, no se puede medir. Aparece como el inspirador del G20, el presidente hiperactivo de Europa… Pero es imposible encontrar un efecto real en la vida de los europeos, por una razón muy sencilla: No es más que marketing político, comunicación. Aquí llamamos eso «la bougeotte» («telele»). Sí, se mueve. Pero no por aspavientos hay resultados. Creo que todo esto había funcionado mientras había vacancia de poder en Estados Unidos. Ahora, se acabó. Con la elección de Obama, Sarkozy ha envejecido de golpe cuarenta años más.
Fuente: http://sanchopanza.net/n6-sanchopanzalab/Benoit-Hamon-entrevista-2008-social-liberales-europa-c.html
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