La democracia de los pueblos y la euforia de los mercados de valores son incompatibles, alguna razón habrá. Con la muerte súbita del TTIP comienza el fin de la UE. Hoy en Gran Bretaña mañana en Italia y en toda Europa. Desmintiendo a todos los encuestadores, a todos los pasillos del poder, a la alegría […]
La democracia de los pueblos y la euforia de los mercados de valores son incompatibles, alguna razón habrá. Con la muerte súbita del TTIP comienza el fin de la UE. Hoy en Gran Bretaña mañana en Italia y en toda Europa.
Desmintiendo a todos los encuestadores, a todos los pasillos del poder, a la alegría prematura de las Bolsas e incluso a nuestras prematuras lágrimas, el pueblo británico ha dicho basta a la UE. Lo había hecho hace un año el pueblo griego, contrariando también a las encuestas, aunque, a continuación, su gobierno cedió a la tiranía de la troika.
Las bolsas de valores y las finanzas pasan de la euforia a la depresión, en medida exactamente inversa al ansia de libertad de los pueblos, debemos darnos cuenta de que el goce del rey mercado y la democracia son incompatibles, y estar con los que optan por la democracia.
Con esta votación perece inmediatamente el TTIP, que el propio Obama había atado a los destinos de la Brexit, comenzando el fin de la UE de las multinacionales, los bancos y el euro, con su correlato necesario: la austeridad.
Comienza el fin de un sistema de poder europeo donde un sólo parlamento es soberano, el alemán, y los de todos los demás países deben ejecutar las órdenes de la Troika. Se inicia el fin de la UE, porque esta institución no puede ser reformada, como lo demuestran las reacciones histéricas y furiosas de sus líderes. Incluso en estos días hubo quien dijo que está en la UE para cambiarla, lástima que la UE no esté dispuesta a ningún cambio auténtico y al igual que todas las tiranías, sólo puede derrumbarse.
En el No a la UE fue decisivo el pueblo trabajador, que no siguió las consignas de su establishment político y sindical, pero ha premiado el esfuerzo de minorías valientes, como el glorioso sindicato de trabajadores ferroviarios que hemos conocido como Eurostop. Minorías oscurecidas por los medios de comunicación, pero que han sido decisivas.
El pueblo de Izquierdas británico ha dejado claro que izquierda y europeísmo son incompatibles hoy, y que la batalla contra la UE de los bancos ha sido hegemonizada hasta el momento por las fuerzas de derecha, porque la izquierda oficial ha abandonado a su pueblo. Ahora el pueblo necesita otros representantes, que en nombre de la igualdad social y la democracia y no de los mercados, expulsen a la derecha del territorio que ocupó por deserción de sus adversarios.
Ahora se reabre el momento del valor y todo se pone de nuevo en marcha, será difícil, pero esta votación demuestra que la era de la globalización sin derechos sociales se acabó, pues son los mismos mercados quienes se derrumban sobre sus pies de barro. Vuelven los pueblos, los estados, las políticas económicas, los derechos sociales y laborales.
Será duro y no va a ser corto, pero hay toda una clase dirigente europea que debe ser sepultada. Comenzamos aquí votando NO en el referéndum de octubre y mandando a casa a Renzi y su contra-reforma constitucional, encargada por la UE de los bancos . Y después del Renxit, la Italexit. Gracias al pueblo británico que al igual que en 1940 inicia el camino de la liberación de Europa, los Spitfires salieron de las urnas.
Giorgio Cremaschi (Plataforma Social Eurostop).