Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín
El 11 de octubre, en distintas regiones rusas se celebraron elecciones a los órganos locales de gobierno, de distintos niveles. En tres regiones: Moscú, Tula, y la república Mariy El, se elegían los órganos legislativos de gobierno. El PCFR participaba en todas ellas. Iván Mielnikov, primer vicepresidente del CC del PCFR y responsable de campaña, nos da sus primeras valoraciones sobre el transcurso de la jornada, las irregularidades y los resultados obtenidos.
Esta última campaña ha dejado ver importantes diferencias en comparación con todas las celebradas anteriormente, en los últimos tiempos. Y su principal conclusión no hay que buscarla en el resultado, en los porcentajes. Lo principal es analizar cómo ha reaccionado el aparato burocrático frente al empeoramiento de la situación socio-económica, y el incremento del interés ante el programa anticrisis del PCFR y las declaraciones del presidente Dmitri Medvedev sobre la necesidad de crear las condiciones para una concurrencia política real.
Había dos variantes: o bien el indicador de «Rusia unida» debía descender, como ocurre en todo el mundo, donde es natural y lógico que el partido del gobierno vea empeorar sus resultados en época de crisis, o bien mantener el mismo nivel de apoyos e incluso incrementarlo recurriendo al factor de la falsificación. Debemos constatar que en Rusia ha sucedido lo segundo.
El ejemplo más claro lo encontramos en la capital del país, en Moscú. En el 2005, en las elecciones al parlamento local de Moscú, «Rusia Unida» obtuvo un 47%, en las generales a la Duma un 54%, y ahora más de un ¡66%! Ellos hablarán de un crecimiento de la confianza en el partido o de la garantía que ofrece la autoridad del alcalde. Nosotros debemos calificarlo como la más burda de las falsificaciones.
Recordemos la encuesta sobre la confianza en el alcalde de la ciudad publicada a comienzos de octubre. En las valoraciones sobre la actividad del alcalde las respuestas «muy mal» habían aumentado notablemente, lo mismo que también había aumentado la valoración «regular». Además, Moscú es la ciudad más informada. Gracias a internet, la gente tiene acceso a información alternativa. Y también aquí encontramos las mayores desigualdades sociales. Por eso cualquier persona razonable, sensata, comprende que los milagros no existen. No podía haber ningún incremento en apoyos al partido del gobierno, como indicaban las encuestas independientes antes de la votación, así como los datos de las encuestas a pie de urna. Según eso el resultado del PCFR oscilaría entre el 20-22%, frente al 13,27% obtenido. El resultado de nuestro partido fue reducido recurriendo a la introducción en cantidades colosales de papeletas falsas en apoyo del partido del gobierno, a los certificados de empadronamiento falsos y demás habituales jugarretas. Pero ante todo gracias al vandalismo para con nuestros miembros de mesa y observadores, a los que han expulsado de los centros de votación, llegando al uso de la violencia, impidiendo que obstaculizaran la violación de la ley. Entre ellos se encuentra Andrei Klychkov, miembro de nuestro comité electoral, y el héroe de Rusia Alexander Pavlov. Uno de nuestros observadores sigue hospitalizado. En anteriores ocasiones también se habían registrado hechos similares, pero la fiereza con la que se han empleado los funcionarios esta vez no la habíamos visto.
Y si nuestra campaña ha venido marcada por la actuación de los empleados de limpieza y mantenimiento municipales, encargados de eliminar toda nuestra propaganda de carteles y vallas, el resultado ha estado determinado por los funcionarios municipales, la policía y los ciudadanos de otros estados (1), que se han dado el lujo de votar varias veces en diferentes colegios.
No lo podemos aceptar. No han sido los electores los que han elegido al partido del gobierno, este se ha elegido a sí mismo, lo que cuestiona gravemente la legitimidad del parlamento y de todas las decisiones que pueda adoptar, en nombre de los moscovitas. Resulta cómico oírles hablar de la confianza depositada en «Rusia Unida» con un 66% obtenido sobre una participación aumentada artificialmente de un 35% y con el trasfondo de la desigual campaña y de todas las violaciones cometidas el día de las votaciones. Pero lo más interesante no es solo que engañen a los moscovitas, sino que se engañen a sí mismos. Ellos no tienen ningún apoyo en la ciudad, más que el del propio aparato. Cada voto por el PCFR es un voto cavilado, consecuente, más que un voto, es un modo de proceder. Un voto para ellos no es más que papel impreso. Nuestros apoyos tienen una base sólida. Los suyos son pompas de jabón. Y esto tarde o temprano se ha de reflejar en la política real.
Si analizamos formalmente los resultados de nuestro partido y los comparamos con anteriores resultados, son inferiores al 2005, cuando obtuvimos un 16,74%, pero comparables con los resultados de Moscú en las federales, legislativas a la Duma, donde sacamos un 13,7%.
Pero volviendo a la descarada arbitrariedad, debemos señalar, que las reservas de fortaleza de nuestro partido ante los golpes de su juego sucio en el recuento de los votos, han resultado más que importantes. Tanto en Moscú, como en Tula hemos conseguido ocupar el segundo puesto. En Tula hemos crecido hasta el 18%. En las regionales del 2005 tuvimos un 10,84% y en las federales del 2007 un 13,38%. En Mariy El sacamos más del 19%, frente al 17,89% del 2005 y el 10,59% del 2007.
La mejora en los resultados y la resistencia frente al recurso administrativo son consecuencia de que hemos sido los únicos que nos hemos presentado a las elecciones y con un programa consecuente y convincente.
Partidos como el Liberal Democrático y «Rusia Justa» han tenido unos resultados más que pobres. En Moscú ni uno ni otro han conseguido entrar en la Duma de Moscú al obtener un 6,17% y un 5,35% respectivamente. En Tula el PLDR ha obtenido un 6%, por 13% de «Rusia Justa», mientras que en Mariy El, el PLDR tiene un 7,75% por 3,94% de «Rusia Justa». Aquí el PLDR pasa la barrera (2) por los pelos, mientras que «Rusia Unida» se queda fuera. El 11 de octubre el partido «Yabloko» prácticamente desaparece del mapa político. En dos de las tres regiones no se presentaban siquiera y en Moscú sacaron un 4,71%, insuficiente para obtener representación.
En términos generales, como valoración de estas tres campañas, el «sorteo» de escaños queda de la siguiente forma: «Rusia unida» obtendría 107 actas de diputado, el PCFR 19, «Rusia Justa» 7 y el PLDR 2. Pero lo más importante al analizar este cuadro es imaginarse la proyección, ¿Qué hubiera ocurrido si las elecciones hubieran sido honestas? Y aquí podemos echar un vistazo al colegio electoral, donde está la Universidad de Moscú: 44% de apoyos para el PCFR, por 26% para «Rusia Unida». ¿Por qué pasa eso allí? Muy fácil. Allí el recuento ha sido fiable, allí hay una alta concentración de personas que analizan la vida de la gente en la ciudad. En este mismo colegio electoral, en la votación por circunscripción, nuestro candidato, Nikolai Gubenko ha tenido un 61% de apoyos, ganando limpiamente al oficialista Vladimir Platonov, que se queda con el 20%. Donde han sido limpias y honradas, la distribución varía completamente.
Cabe señalar que recibimos también buenas señales de las elecciones a los órganos locales de gobierno de distintas regiones del país. Así por ejemplo en Blagovieshensk, el PCFR obtiene un 23%, en Yuzhno-Sakhalinsk más el 26%, en Naryan- Mar un 28%, así como en una serie de distritos de la región de Moscú, las cifras invitan al optimismo.
Todo esto demuestra el gran potencial de nuestra lucha y unas buenas perspectivas, si en condiciones tan terriblemente adversas podemos encajar el golpe, y obtenemos el reconocimiento como única fuerza política alternativa. Cuando sigamos trabajando, deberemos tener bien presente y entender que el PCFR y su programa tiene tras de sí un enorme apoyo real. No se ha esfumado, sigue estando ahí. El aporte hecho por cada uno de nuestros activistas, de nuestros partidarios o simpatizantes durante la campaña, para llevar la propaganda de nuestro programa, ha tenido su efecto, no ha sido en vano. La tarea que tiene ante sí la sociedad en Rusia es entender lo que se necesita para cambiar la dirección que siguen las elecciones en Rusia. O se plantean desde arriba esforzarse de verdad en devolver a los comicios la competencia y la honradez en el recuento, en detrimento de los intereses del partido oficialista, o la confianza de la sociedad en los procesos electorales caerá hasta un punto que luego se tardará décadas en recuperar.
Fuente original http://kprf.ru/dep/71942.html
Notas de la traducción
El domingo estaban llamados a las urnas 30 millones de electores de 75 regiones rusas para renovar gobiernos municipales o regionales.
La participación fue muy baja en general, con zonas como Arkhangelsk donde apenas se pasó del 12%, con un 35% en Moscú, un 38% en Tula, y por el contrario una elevada participación en Chechenia (90%), donde se celebraban elecciones municipales por primera vez.
- Se refiere a las denuncias que acusan al gobierno de organizar grupos de «electores» de nacionalidad uzbeka o kazaja, que recorren la ciudad en furgonetas o autobuses, votando en distintos colegios electorales gracias a los permisos que se dan en Rusia para votar fuera de la circunscripción que te corresponde.
- Según la ley electoral rusa, los partidos que no alcanzan la barrera del 7% no obtienen representación.