El día de ayer se constituyó el capítulo italiano del Partido de la Izquierda Europea. En el debate con el que se inauguraron los trabajos una parte sustancial de las fuerzas políticas y sociales, que en este país rechazan el neoliberalismo, discutieron intensamente sobre su futuro inmediato. Frente al espejo del triunfo de la derecha […]
El día de ayer se constituyó el capítulo italiano del Partido de la Izquierda Europea. En el debate con el que se inauguraron los trabajos una parte sustancial de las fuerzas políticas y sociales, que en este país rechazan el neoliberalismo, discutieron intensamente sobre su futuro inmediato.
Frente al espejo del triunfo de la derecha en las pasadas elecciones presidenciales en Francia y la constitución -el 14 de junio- del Partido de Izquierda en Alemania, una franja muy significativa del que fuera el potente movimiento comunista italiano reflexionó sobre sus retos principales: se unifican o no en una sola formación política; se mantienen como parte del gobierno o pasan a la oposición; en qué se diferencian de la socialdemocracia; qué recuperan y qué desechan de su tradición.
Pesa en el ánimo de estas fuerzas el descalabro electoral francés. Cinco candidatos, uno comunista, un altermundista y tres trotzkistas, se presentaron a la primera vuelta de los comicios presidenciales, y como era de esperarse ninguno alcanzó 5 por ciento de votos. El otrora influyente Partido Comunista se desinfló, hasta alcanzar la votación más baja en toda su historia.
Por el contrario, la experiencia alemana ha suscitado una ola de optimismo. En 2005, la alianza entre el antiguo partido comunista oriental, hoy renovado, y la escisión de izquierda del partido socialdemócrata de la parte occidental, encabezada por el antiguo ministro Oskar Lafontaine y Lothar Bisky, permitió obtener una votación de 8.7 por ciento. Las encuestas estiman que la intención del sufragio en favor de esta nueva formación política se ubica ahora en 12 por ciento. Cuenta, además, con 10 mil consejeros municipales electos.
El sistema político en Alemania había sido dominado desde 1990, fecha en que se reunificó el país, por cinco formaciones políticas. Hoy, el naciente Partido de Izquierda tiene muchas posibilidades de colocarse como la tercera fuerza en importancia.
La Asamblea Nacional
Participaron en la Asamblea Nacional de la Izquierda Europea en Italia mil 50 delegados. Sólo 35 por ciento son representantes del Partido de la Refundación Comunista (PRC), columna vertebral de este proyecto. El resto proviene de 14 redes nacionales de gran peso político y 50 asociaciones locales.
Juntos constituyen un nuevo sujeto político antineoliberal, pacifista y laico. Un actor vivo, plural, propio del tiempo de la crisis de la política. Responde a hechos como que el mundo ha cambiado radicalmente debido a la guerra y el terrorismo. Busca establecer una nueva relación entre la política de izquierda, el conflicto social y la sociedad civil.
La nueva convergencia suma dos «culturas políticas». Primero, la que proviene del nacimiento y desarrollo del movimiento contra la globalización neoliberal, el relanzamiento del conflicto social y del trabajo y el movimiento contra la guerra. La segunda tiene su origen en el nuevo movimiento obrero, consciente de los errores del pasado, pero en el que permanezcan firmes los objetivos de liberación y de transformación de la sociedad. Un movimiento en el que se hace necesaria una renovación radical de su cultura, de su modo de actuar, de su forma de pensar.
El Partido de Izquierda Europea es una formación que agrupa a la mayor parte de los partidos comunistas del Viejo Continente y sus sucesores, además de algunas otras fuerzas de la izquierda anticapitalista. Nace de la convicción de que la transformación de la sociedad capitalista sólo es posible en el contexto del ámbito mundial.
Su antecedente más importante es el grupo parlamentario Izquierda Unida Europea-Izquierda Verde Nórdica. Surge de un llamamiento hecho por algunos de estos partidos en enero de 2004 para organizar un partido político europeo. Se funda el 8 y 9 de mayo en Roma. Fausto Bertinotti, dirigente histórico del PRC y hoy presidente de la Cámara de Diputados en Italia, fue electo dirigente de la nueva agrupación política. Asistieron 300 participantes de 16 miembros y 11 observadores.
¿Hacia un nuevo partido de izquierda en Italia?
En la asamblea participaron también representantes de otros partidos políticos de izquierda que analizan la posibilidad de formar un nuevo partido. El Partido Verde, el de los Comunistas Italianos y el de Izquierda Democrática, junto con Refundación Comunista, se plantean seriamente la posibilidad de fundar una agrupación unitaria. En los hechos votan casi siempre juntos en el Parlamento.
El hecho ha sido precipitado por la decisión de avanzar en la formación de un Partido Demócrata estilo Estados Unidos, tomada por los Democráticos de Izquierda (PDS), que son la parte mayoritaria de los ex comunistas, y la coalición la Margarita, originada en la antigua Democracia Cristiana. Los líderes de los dos partidos, Piero Fassino y Francesco Rutelli, lograron el 21 de abril que los congresos de sus formaciones políticas confluyan el próximo año en una sola estructura política.
El acuerdo provocó la salida de dos corrientes del PDS, inconformes con el giro hacia la derecha del nuevo partido. Juntos tuvieron casi 25 por ciento de los delegados del congreso de Florencia y una proporción un poco menor de los cargos de representación parlamentaria. Acordaron constituir Izquierda Democrática.
La situación no es sencilla. Italia es un país dividido electoralmente entre dos mitades que tienen casi exactamente el mismo peso. La centro-izquierda ganó los comicios pasados con una diferencia de apenas 25 mil votos. Y conforme avanza en el gobierno, su aceptación ha caído. El mantener tropas en Afganistán, la decisión de aprobar el establecimiento de una base militar estadunidense en Vicenza -mayoritariamente repudiada por la población- y la visita de George W. Bush han minado seriamente su apoyo desde la izquierda.
Hay pues, en la escena política italiana, un nuevo espacio que podría ser llenado por esta coalición de fuerzas, si es que deciden unificarse, medida en la que casi todo mundo dice en público estar de acuerdo, pero con la que existen serias objeciones. La Izquierda Europea en Italia nace así atravesada por la coyuntura política inmediata.