Cuatro asociaciones importantes como son Médicos sin Fronteras (MSF), la Sociedad Italiana de Medicina de las Migraciones (SIMM), la Asociación de Estudios Jurídicos sobre Inmigración (ASGI) y el Observatorio Italiano para la Salud Global (OISG) invitan a la sociedad civil a participar hoy en manifestaciones contra la enmienda que permite a los médicos denunciar a […]
Cuatro asociaciones importantes como son Médicos sin Fronteras (MSF), la Sociedad Italiana de Medicina de las Migraciones (SIMM), la Asociación de Estudios Jurídicos sobre Inmigración (ASGI) y el Observatorio Italiano para la Salud Global (OISG) invitan a la sociedad civil a participar hoy en manifestaciones contra la enmienda que permite a los médicos denunciar a aquellos inmigrantes irregulares que reciban cuidados sanitarios. El lema es: «Nosotros no denunciamos».
No cabe preguntarse qué pasaría si esta enmienda quedara aprobada. Lo que estas asociaciones temían que ocurriera ya ha ocurrido. Según el diario La Repubblica, sucedió en Bari el pasado 12 de marzo. Alguien encontró a Joy Johnson, joven nigeriana de 24 años agonizando en medio del campo cerca de Bari. Cuando llegó la ambulancia, Joy Johnson, que llevaba desde noviembre en la ciudad, perdía sangre por la boca. La chica estaba enferma desde hacía meses, pero, por temor de la denuncia, no acudió al hospital. De haberlo hecho, no habría muerto de tuberculosis pulmonar avanzada, enfermedad altamente contagiosa.
Muerta Johnson, los servicios de salud se pusieron en marcha para advertir a todo aquel que pudo tener contacto con Joy: desde quienes compartieron espacios en el «Centro de Acogida» hasta los policías y médicos que la recogieron. «La tuberculosis hay que curarla inmediatamente -declara Anna Maria Moretti, catedrático de Neumología del Policlínico de Bari- ya que incluso las formas que en principio no son contagiosas, de no tratarse adecuadamente, pueden serlo». Los médicos advierten que hay que elevar la atención sobre una patología que, si bien se consideraba desaparecida, vuelve a manifestarse en Italia debido a dos factores: prevención escasa y llegada de extracomunitarios en cuyos países de origen hay enfermedades endémicas como la tuberculosis y el sida.
En el llamamiento que hicieron estas asociaciones a los diputados para que no aprobaran la enmienda que corrige el principio de «no denuncia a las autoridades», se avisaba de los efectos que esta medida provocaría. Entre otros mencionaban los siguientes: la invisibilidad de una parte de la población extranjera, que quedaría al margen de la tutela sanitaria; el nacimiento de organizaciones sanitarias «paralelas» ajenas a los sistemas de control públicos; las repercusiones en la salud colectiva debido a la difusión de focos de enfermedades transmisibles por culpa de la tardanza en la intervención.