Introducción
Con la guerra israelí en Gaza acercándose a su tercer año, y con la destrucción, muerte y hambre que constituyen crímenes de guerra y genocidio, además de la extensión de la violencia sistemática hacia Cisjordania a través de asesinatos diarios de civiles, la expansión de los asentamientos y la escalada de los planes de anexión israelí, ya no es posible ignorar las rápidas transformaciones en las posturas de varios países europeos frente a las políticas israelíes.
Las posiciones europeas hacia Israel han variado desde decisiones para prohibir la exportación de armas, hasta revisar inversiones en empresas vinculadas con la ocupación, pasando por el reconocimiento de Palestina como Estado. Se hace evidente que Europa enfrenta una encrucijada crucial en su relación con Israel, especialmente ante las violaciones que contradicen el derecho internacional y el consenso europeo tradicional en favor de la solución de dos Estados.
Frente a estas transformaciones, esta artículo plantea preguntas clave:
¿Es lo que presenciamos una verdadera inflexión moral que pone fin a décadas de complicidad política y diplomática? ¿O solo un intento por calmar la creciente ira de la opinión pública europea?
Si la guerra en Gaza cesa, Israel detiene sus políticas de anexión en Cisjordania y pone fin a los ataques de los colonos contra civiles palestinos, ¿continuará Europa sus políticas contra la ocupación, uniendo esfuerzos reales para lograr un Estado palestino en las fronteras de 1967, o se apagará el impulso para volver a una diplomacia tranquila que promueve la solución de dos Estados con doble rasero?
Europa: transformaciones sin precedentes.
Eslovenia, prohibición oficial de armas
En un paso sin precedentes en Europa, el gobierno esloveno anunció un embargo total sobre la importación, exportación y transferencia de armas hacia y desde Israel, siendo el primer país en la Unión Europea en adoptar esta postura clara.
El gobierno afirmó que actuará de forma independiente si la UE no toma una posición conjunta, y anunció planes para medidas adicionales contra el gobierno de ocupación en las próximas semanas.
España: posiciones políticas avanzadas
En un artículo publicado en El País el 28 de julio de 2025 titulado “Cerrar la herida de Palestina”, el ministro de Exteriores español José Manuel Albares presentó una visión que incluye:
- Reconocimiento oficial del Estado palestino
- Cese de exportaciones de armas a Israel
- Medidas legales contra colonos
- Suspensión de acuerdos bilaterales con Israel
Albares reafirmó el compromiso del gobierno español para impulsar a Europa hacia la solución de dos Estados y el fin inmediato de la guerra, calificando la situación actual como una vergüenza para los valores europeos y la conciencia humana.
Irlanda: llamado a acción legal internacional:
El presidente irlandés Michael Higgins adoptó una postura humanitaria y política destacada, describiendo lo que ocurre en Gaza como hambre y genocidio.
Pidió a la ONU activar el Capítulo VII de su carta, que permite medidas coercitivas —políticas o militares— para proteger la paz y seguridad internacionales, demandando el fin de la “espectacularización del hambre y la destrucción”.
Noruega: revisión de inversiones en empresas israelíes
El ministro de Finanzas noruego anunció una revisión de las inversiones del fondo de pensiones noruego en empresas vinculadas a Israel, en vista de la guerra y la ocupación ilegal de Cisjordania, afirmando que el país busca evitar inversiones en cualquier entidad que contribuya a las violaciones contra los palestinos.
Creciente reconocimiento del Estado palestino
Países como Francia, Malta y Portugal planean reconocer a Palestina en un esfuerzo diplomático conjunto que podría devolver la cuestión palestina al centro de la legitimidad internacional, imponiendo nuevas realidades legales en las relaciones con Israel, especialmente en cuanto a la legitimidad de la ocupación y los asentamientos.
Causas de la transformación europea
El cambio europeo actual es resultado de una interacción de varios factores:
- La opinión pública europea que percibe la doble moral y las políticas de genocidio y hambre en Gaza.
- La sociedad civil europea, en particular movimientos estudiantiles, sindicatos y organizaciones de derechos humanos.
- El ascenso de fuerzas políticas europeas nuevas no comprometidas históricamente con la normalización con Israel, como partidos verdes, de izquierda radical y socialistas, incluyendo partidos como Sumar en España, Levica en Eslovenia y La France Insoumise en Francia.
- Los escándalos sobre asentamientos y el apartheid israelí que ya no pueden ocultarse internacionalmente.
Europa entre valores e intereses
El camino europeo actual plantea una pregunta estratégica: ¿Son estos movimientos coyunturales por la presión de la guerra o preludio de un cambio permanente en la política europea hacia Palestina?
La respuesta depende de:
- La capacidad palestina para unificar sus filas y formular un proyecto político coherente.
- La continuidad de la presión popular interna europea.
- La reacción de Israel a estas medidas y si provocará un enfrentamiento diplomático con Europa.
- La postura de grandes países dentro de la UE como Alemania, Italia y Francia, que siguen dudosos.
La motivación política europea es un complejo equilibrio entre:
- Impulsos humanitarios: ya no es justificable para líderes europeos defender crímenes israelíes ante sus ciudadanos.
- Presiones políticas: gobiernos enfrentan protestas masivas en varias capitales europeas demandando fin al apoyo a Israel.
- Razones legales: temor a la pérdida de credibilidad del derecho internacional si Israel queda impune.
- Factores diplomáticos: Europa busca balancear su relación con Washington y su papel global como defensora de derechos humanos.
Europa está ante una encrucijada: liberarse de la complicidad histórica y traducir sus valores en acciones concretas, o limitarse a calmar el descontento social para repetir la política hipócrita del pasado.
¿Continuará Europa apoyando el Estado palestino?
A pesar de que algunos pasos, como el reconocimiento, son estratégicos, su continuidad no está asegurada. Algunos países como Alemania, Austria y República Checa se oponen a acciones unilaterales sin consentimiento israelí, reflejando divisiones en la UE.
La UE como bloque aún no muestra voluntad unificada para sancionar o suspender acuerdos con Israel. Estados Unidos sigue siendo el actor más influyente y Europa no ha retado abiertamente la postura estadounidense.
La situación actual es una oportunidad histórica, pero no garantía de cambio permanente. Si la guerra termina, el impulso europeo podría disminuir a menos que la dirigencia palestina y árabe actúen coordinadamente para convertirlo en un logro duradero.
Para aprovechar este momento, la dirección palestina debe:
- Unificar el discurso político y superar divisiones internas.
- Reforzar la diplomacia con enfoques innovadores que superen el lenguaje tradicional.
- Involucrar directamente a partidos y parlamentos europeos influyentes, más allá de posturas simbólicas.
- Potenciar la sociedad civil europea que apoya Palestina como palanca de presión sostenible.
En resumen, si la guerra termina, el impulso europeo puede decaer sin una agenda política permanente creada a través de una coordinación palestino-árabe activa. Sin esfuerzos efectivos, el movimiento europeo podría regresar a un mero discurso diplomático sin resultados tangibles.
Resultados posibles de este movimiento:
- Aislamiento político creciente de Israel en foros internacionales con medidas europeas estrictas.
- Reducción progresiva del apoyo militar y tecnológico europeo a Israel.
- Apertura de vías legales para responsabilizar a líderes israelíes por crímenes de guerra en Gaza.
- Revalorización del centro de la causa palestina tras años de marginación en la opinión pública europea.
Recomendaciones para convertir el impulso en logro político
En el nivel palestino-árabe:
- Construcción de un discurso diplomático unificado y eficaz basado en intereses y derecho internacional, apelando a la razón europea.
- Lanzamiento de campañas diplomáticas coordinadas con países árabes para consolidar reconocimiento de Palestina, suspender exportaciones de armas y acuerdos con Israel.
- Utilización legal y diplomática del reconocimiento europeo mediante documentación y activación de mecanismos judiciales internacionales contra la ocupación y los asentamientos.
- Apoyo a la sociedad civil europea, especialmente académicos, sindicatos y jóvenes, para fortalecer el respaldo popular sostenido.
- Apertura a partidos y posturas europeas renovadas para formar alianzas estratégicas duraderas en favor de Palestina.
En el nivel europeo e internacional:
- Vincular las relaciones UE-Israel a condiciones claras de respeto al derecho internacional, fin del asentamiento y respeto a derechos humanos, imponiendo costos políticos y económicos a Israel.
- Apoyar la creación de una bancada parlamentaria europea pro Palestina integrada por diputados progresistas, de izquierda y verdes, para presionar desde los parlamentos nacionales y europeo.
- Fortalecer el rol legal europeo en la rendición de cuentas internacional mediante apoyo a causas palestinas en la Corte Penal Internacional y Corte Internacional de Justicia.
- Asegurar que el reconocimiento de Palestina sea legalmente vinculante y no solo simbólico, promoviendo reconocimientos formales en la ONU y cambios en posturas legales europeas respecto a ocupación y asentamientos.
Conclusión
Los recientes cambios en las posturas europeas hacia Israel representan una oportunidad histórica que no debe desperdiciarse. Sin embargo, al mismo tiempo, no se trata de transformaciones completas o garantizadas, sino que están sujetas a cálculos internos y a presiones externas complejas.
Detener la guerra en Gaza es una exigencia urgente, pero la verdadera batalla comienza después del conflicto: la batalla por consolidar los derechos palestinos, poner fin a la ocupación y establecer un Estado palestino independiente en las fronteras del 4 de junio de 1967.
La pregunta sigue abierta: ¿logrará Europa liberarse de su largo legado de complicidad con la ocupación o se limitará a gestionar temporalmente la indignación popular sin un cambio real en sus políticas?
Europa se encuentra en una encrucijada decisiva: o se libera del legado de complicidad y silencio, traduciendo sus discursos sobre derechos humanos y justicia en acciones concretas; o se conforma con absorber la ira de la calle para reproducir viejas fórmulas de hipocresía política y reactivar el proyecto de la solución de dos Estados.
En el lado palestino, la oportunidad es real pero no eterna: o se construye, a partir de este cambio europeo, una vía política seria que conduzca a la liberación, o se pierde este impulso esperando las iniciativas de otros, sin un plan ni una acción efectiva.
Rasem Bisharat, Doctor en Estudios de Asia Occidental y especialista en asuntos latinoamericanos
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