Alrededor de cinco mil personas protagonizaron ayer en Manchester una ruidosa marcha de protesta contra las guerras de Iraq y Afganistán frente al recinto donde se celebra hasta el martes el congreso del Partido Laborista. Los manifestantes instaron al Primer Ministro, Gordon Brown, a retirar las tropas británicas de un conflicto como el iraquí que […]
Alrededor de cinco mil personas protagonizaron ayer en Manchester una ruidosa marcha de protesta contra las guerras de Iraq y Afganistán frente al recinto donde se celebra hasta el martes el congreso del Partido Laborista. Los manifestantes instaron al Primer Ministro, Gordon Brown, a retirar las tropas británicas de un conflicto como el iraquí que ha tenido consecuencias «catastróficas» para el país árabe y el resto del mundo. Al frente de la manifestación, convocada por la coalición pacifista «Stop the War» (Parad la Guerra) y la Campaña por el Desarme Nuclear, los dirigentes de ambas organizaciones sostenían una pancarta en la que podía leerse «Tropas Fuera». También marchaban en primera fila miembros de familias de militares muertos o heridos en las guerras de Iraq y Afganistán que se oponen a la continuación de ambos conflictos y que colocaron fotografías de los caídos en el monumento a la guerra de Manchester.
Vigilados por decenas de policías, algunos de ellos a caballo, los manifestantes gritaron diferentes eslóganes contra la guerra y el Gobierno.
Los participantes en la marcha entregaron una carta a un funcionario laborista en la que denuncian que la política exterior británica se limita a seguir a la del Gobierno estadounidense.
«Le instamos a cumplir su compromiso de retirar todas las tropas británicas de la ocupación ilegal y catastrófica de Irak», dice la carta, dirigida al jefe de Gobierno.
«Le pedimos también que reconozca que la ocupación de Afganistán ha metido a Gran Bretaña en una guerra devastadora e imposible de ganar en un país cuya población se opone claramente a nuestra presencia», agrega el escrito.
Lindsay German, representante de la coalición que firma la carta, afirmó que «el papel de Gran Bretaña en el mundo se ha vuelto peligroso» y agregó que «criticar a Rusia por intervenir militarmente en Georgia es el colmo de la hipocresía».
Por su parte, la presidente de la Campaña por el Desarme Nuclear, Kate Hudson, dijo que los manifestantes estaban allí para decir al Gobierno que quieren «una política exterior basada en la paz y no la guerra».
La impopularidad de la guerra de Irak fue uno de los factores que obligaron al primer ministro Tony Blair a abandonar antes de tiempo el número 10 de Downing Street para dejar paso a Gordon Brown, que ha terminado defraudando también a los pacifistas.