El rifirrafe sobre la moneda de una Escocia independiente que tuvo lugar durante el debate televisado del martes entre el ministro principal Alex Salmond, y el jefe de la campaña unionista, Alistair Darling, ha creado un auténtico torbellino en la escena política del país. Ayer, el líder de los laboristas británicos, Ed Miliban, aseguró que, […]
El rifirrafe sobre la moneda de una Escocia independiente que tuvo lugar durante el debate televisado del martes entre el ministro principal Alex Salmond, y el jefe de la campaña unionista, Alistair Darling, ha creado un auténtico torbellino en la escena política del país. Ayer, el líder de los laboristas británicos, Ed Miliban, aseguró que, si se impone en septiembre, su programa electoral para las generales de 2015 incluirá un compromiso para evitar que el nuevo país comparta moneda con el resto de Reino Unido.
Conscientes de que es su mejor baza, los unionistas se han agarrado como un clavo ardiendo al argumento que más dudas crea entre los votantes escoceses y Miliban aprovechó un discurso frente a la Cámara de Comercio de Escocia para aumentar la presión sobre los independentistas. El laborista aseguró que no permitirá una unión monetaria «al estilo euro-zona» y que, por lo tanto, compartir divisa incluiría «una unión política y una unión para tomar decisiones sobre impuestos, gasto y banca».
Además, mandó un mensaje directo a los votantes al recalcar que, si Escocia se independiza y pone en marcha su propia moneda, «los riesgos caerán sobre la clase trabajadora ya que los ricos tienen más posibilidad de mover el dinero». También aprovechó su discurso para instar al Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés) a que «diga claro que habrá grandes riesgos, sea cual sea la opción de moneda que elijan».
Precisamente, el ministro de Finanzas escocés, John Swinney recalcó ayer que crear una moneda propia sería «una opción viable». Sin embargo, volvió a remitirse al informe publicado por la Comisión Fiscal en la que apuntaban a una «zona esterlina» como la mejor vía. Swinney aseguró que utilizar la libra «nos permitiría mantener los tratos comerciales con el resto de Reino Unido más fácilmente; así como no modificar el sistema financiero integral con el que contamos ahora».
También reiteró la posición del Gobierno escocés de no asumir su parte de deuda británica si Londres se niega a crear la «zona esterlina». De esta manera, Swinney calificó de «ridículo» que el Gobierno británico esté dispuesto a crear más costes para las empresas que exportan e importan a la zona norte y calificó su actitud de «estrategia de negociación» que cambiará en cuanto se vote a favor de la separación.
Moneda propia
Precisamente, el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social publicó de la mano de uno de sus expertos, Angus Armstrong, un informe en el que señalaba que si Escocia optara por mantener la libra sin el consentimiento de Reino Unido, los bancos del norte de la isla tendrían que trasladar su domicilio social al sur. Lo cierto es que, en la práctica, la gran mayoría de bancos escoceses como el RBS o Lloyd tienen ya sus oficinas centrales en la urbe inglesa.
Sin embargo, la imposibilidad del país de poder rescatarlos financieramente les llevaría a trasladarse completamente a Reino Unido. Así, según Armstrong, «parte de la solución» sería que Escocia creara una divisa propia para tener un banco central propio.
Fuente original: http://www.noticiasdealava.com/2014/08/09/mundo/miliban-se-compromete-a-no-compartir-la-libra-con-escocia