La estrategia desatada por la derecha contra los dos ex presidentes tiene como objetivos desprestigiarlos ante la opinión pública y evitar que vuelvan a conducir los procesos populares de la región. Opina: Oscar Laborde. La derecha vuelve a desplegar su brazo mediático-judicial para atacar a los líderes populares de la región. En esta ocasión, la […]
La estrategia desatada por la derecha contra los dos ex presidentes tiene como objetivos desprestigiarlos ante la opinión pública y evitar que vuelvan a conducir los procesos populares de la región. Opina: Oscar Laborde.
La derecha vuelve a desplegar su brazo mediático-judicial para atacar a los líderes populares de la región. En esta ocasión, la envestida es contra el ex presidente de Brasil, Luiz Inacio «Lula» Da Silva, y la ex mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner. El principal objetivo de estos ataques es lograr un nivel de desprestigio tal ante la opinión pública que les impida volver a ser presidentes y conducir los procesos populares de la región. «Miente, miente que algo quedará», la famosa frase del jefe de propaganda nazi, Joseph Goebbels, parece ser la regla principal de los grupos mediáticos hegemónicos.
Tras haber concretado la interrupción de ambos procesos populares (en Argentina a través del triunfo del derechista Mauricio Macri, y en Brasil mediante un golpe parlamentario), el siguiente paso en la estrategia que la derecha se ha dado para la región es impedir que los líderes de esos procesos vuelvan a conducir los destinos de sus países.
Recientemente, en Argentina, el juez federal Julián Ercolini aceptó el pedido de los fiscales Gerardo Pollicita y Juan Mahiques, y llamó a indagatoria a la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner. Esta medida se suma a la citación que, a principio de año, hizo el juez el juez Claudio Bonadío.
Con estas decisiones injustificadas, jueces y fiscales le dan un supuesto sustento al escenario armado por los medios hegemónicos, que publican artículos con la consigna «la ruta del dinero K» o «corrupción K», e intentan vinculara a la ex presidenta con cualquier supuesto caso de corrupción. Toda declaración periodística de algún dirigente opositor contra Cristina Fernández de Kirchner es tomada por los noticieros, programas de radio, diarios y revistas de los grupos hegemónicos, como si se tratase de una verdad revelada. Pero si algún funcionario decide proceder según las normas, de inmediato es presionado o perseguido, como es el caso del juez federal Daniel Rafecas, perseguido por desestimar una denuncia contra la ex mandataria.
En Brasil, la persecución desatada por la Red Globo contra el ex presidente Lula Da Silva, cuentan con la complicidad del juez Sergio Moro y del fiscal Delton Dallagnol, q ue intentan involucrarlo en el caso de corrupción de la empresa estatal Petrobras, conocido como «Lava Jato».
El principal objetivo de esta campañas mediáticas-judiciales es evitar que Cristina Fernández de Kirchner y Lula Da Silva vuelvan a conducir los destinos de sus países. Para ello intentan encarcelarlos o, como mínimo, conseguir su desprestigio en la opinión pública.
El director del Instituto de Estudios de América Latina de la Central de Trabajadores Argentinos (IDEAL-CTA), Oscar Laborde, afirmó: » Luego de dar el golpe contra Dilma Rousseff, lo que sigue es intentar encarcelar a Lula. Ese era uno de los objetivos claros de este golpe armado por varios sectores y ejecutado por el parlamento brasileño. Luego del golpe, el objetivo más importante es impedir que Lula pueda volver ser presidente en 2018. Es evidente que el poder judicial es un socio de la derecha y de los intereses del imperio norteamericano. Por eso Lula vive una persecución injustificada, sin ningún argumento y con saña. Esto es parte del envalentonamiento que estos sectores han adquirido después de sacar a una presidenta electa democráticamente».
«Hay una combinación entre el poder judicial y una parte de los parlamentos para desplazar gobiernos electos democráticamente, lo vimos en Honduras, en Paraguay y, ahora, en Brasil», aseguró.
El director de IDEAL remarcó que «En Argentina y en Brasil, en este momento, estos movimientos toman la misma forma. La persecución contra Cristina, al igual que la persecución contra Lula, busca impedir que ellos vuelvan a ser presidentes. Tal grado de similitud entre este tipo de fenómenos evidencia que hay una planificación centralizada que, sin dudas, se da desde Estados Unidos».
«El apuro que tienen estos sectores en dar el golpe contra Dilma, intentar encarcelar a Lula y perseguir a Cristina es porque se dan cuenta que este brutal ajuste que están llevando acabo, tanto en Brasil como en Argentina, rápidamente va a encontrar el rechazo popular. Eso ya se está viendo con el movimiento de ‘Fora Temer’ y, en Argentina, con la Marcha Federal y el futuro paro nacional», afirmó.
Por último, Laborde aseguró que «los grandes grupos mediáticos han dejado de ser instrumentos del sistema para ser integrantes del sistema. En los casos de Brasil y Argentina, la Red O Globo y Clarín son dos claros ejemplos de ello. Estos grupos se han dedicado, primero a desgastar estos procesos populares y ahora a tratar de acabar con sus líderes, para que no puedan volver al gobierno».
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