Traducido para Rebelión por Rocío Anguiano
El mitin contra la apertura de capital de la compañía Electricidad de Francia (EDF) reunió, el martes por la tarde, a unas mil personas en el gimnasio Japy en París. Sus organizadores hacen un llamamiento para que la manifestación nacional del próximo 19 de noviembre sea un éxito.
La lucha contra la privatización de EDF va camino de hacerse emblemática. Es el símbolo de partidos de izquierdas, asociaciones y sindicatos que, ante la magnitud de la crisis desvelada por los dramáticos acontecimientos que sacuden los barrios populares, rechazan unánimemente la nueva etapa en la huida hacia adelante liberal y autoritaria que acaba de superar el gobierno al decretar el estado de emergencia. El Partido Comunista Francés (PCF), los Verdes, la Liga Comunista Revolucionaria (LCR), el Movimiento Republicano y Ciudadano (MRC), el Movimiento por una Alternativa Republicana y Social (MARS), los alternativos y la Izquierda republicana, organizadores del mitin «contra la apertura de capital de EDF y por la defensa de los servicios públicos», que llenó el gimnasio Japy en París, están todos de acuerdo: «Si se debe declarar un estado de emergencia, ese es el estado de emergencia social». Fue imposible para los oradores no establecer un «vínculo entre la violencia que se ha abatido sobre los barrios populares minados ya por el paro y la desaparición de los servicios públicos a golpe de cierre de grupos escolares, oficinas de correo, agencias de EDF». El portavoz de la APEIS (Asociación por el empleo, la información y la solidaridad), Thierry Bailly, lo pone de manifiesto: «Al privatizar de forma desmedida, el gobierno le da la espalda a la solidaridad». «La privatización de EDF aumentará todavía más las dificultades que tienen las familias modestas», constata también Corinne Rinaldo de la CNL. Los dos insisten en que es urgente actuar. El secretario general de la Federación Nacional de Minas y de la Energía de la CGT (Confederación General del Trabajo), Frédéric Imbrecht, expresa la voluntad de su sindicato «de poner fin a los cortes de electricidad y gas en los barrios populares y de devolver la energía a los que están ya, desde hace varios meses, en la oscuridad». «A la solidaridad no le sirven las palabras huecas, debemos manifestarla ahora con vosotros, nuestros representantes electos y asociaciones, debemos llevarla ahora sin falta a nuestros barrios», añade.
Es preciso defender los servicios públicos porque «son el patrimonio común de los que no tienen patrimonio individual» defiende Claude Debons de la Fundación Copernic. Para los participantes en el mitin, ha llegado la hora de «la resistencia» contra la política del gobierno que socava esa solidaridad nacional. Olivier Besancenot aboga por una generalización de la lucha que es, desde su punto de vista, «la única forma de obligar a este gobierno a dar marcha atrás». Yann Werhling, que lamenta de forma tácita la decisión del Partido Socialista de mantenerse al margen de la alianza que se está formando en torno a los servicios públicos, insiste en la necesidad de recuperar la unidad de la izquierda» porque «la unidad es garantía de eficacia». Para Georges Sarre, la izquierda debe participar en la movilización pero también debe comprometerse a renacionalizar EDF y el conjunto de los servicios públicos. «Un gobierno que no renacionalizara, no sería un gobierno de izquierdas» advierte. Marie-George Buffet ve en esta alianza y en la presencia conjunta en este mitin de los sindicatos y partidos de izquierda «un estímulo para crear convergencias a favor de otra política». Para la secretaria nacional del PCF «la izquierda debe tener el valor de enfrentarse a las potencias económicas, de proponer una verdadera alternativa», en la que los servicios públicos sean uno de los pilares.
El conjunto de organizaciones que se reunieron el martes por la tarde ha llamado a la movilización para garantizar el éxito de la manifestación que organiza, el 19 de noviembre en París, la federación de colectivos de defensa de los servicios públicos. Su portavoz, Bernard Defaix, espera que «esta manifestación sea el principio de una etapa de lucha duradera por la defensa y el desarrollo de los servicios públicos» porque, como explica Marie-George Buffet «para preparar el mañana, hay que luchar hoy».