Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
Ha comenzado el proceso a un soldado italiano por la «batalla de los puentes» de Nassiriya. El imputado es el cabo mayor Raffaele Allocca, culpable -informan los periódicos italianos- de haber disparado a una ambulancia causando víctimas civiles. Consideramos un deber informar a la autoridad judicial militar, así como a la opinión pública italiana, de algunos hechos graves e importantes que cobran relevancia en este proceso y que exculpan a nuestro compatriota.
El primero es que jamás hubo una batalla de los puentes, luego el cabo mayor Raffaele Allocca no pudo disparar a la ambulancia.
Aquellos días -5, 6 de agosto de 2004- el ministro de AA. EE., Frattini, y el comandante italiano de Nassiriya, Danzini, nos aseguraron que tal hecho nunca había ocurrido. Da fe de ello la supresión de un vídeo jamás transmitido realizado por el periodista de la RAI Agostino Mauriello y las declaraciones realizadas por parte del Ministro de AA. EE italiano y del general Dandini en la tertulia de gobierno más acreditada.
El hecho no acaecido, nos informaron a continuación el periodista americano Micah Garen y el corresponsal inglés de The Independent Robert Fisk, fue ordenado por los generales ingleses que tenían y tienen autoridad para dar órdenes a los oficiales y soldados italianos. Pero el cabo Allocca no podía estar en su puesto porque la batalla -si bien fuentes inglesas y americanas la han descrito con detalle- porque tanto el gobierno italiano como los generales italianos como numerosos grupos de expertos que aparecieron en televisión declararon que el hecho no había sucedido.
De hecho, esa batalla sólo habría podido suceder si un general inglés o americano hubiese ordenado a las tropas italianas comenzar una acción de combate violando las leyes italianas y lo autorizado por nuestro Parlamento.
Esa orden no pudo darse, y lo confirma el hecho de que el entero gobierno italiano lo negó en su momento.
Visto que el cabo Allocca no pudo haber violado por iniciativa propia la Constitución italiana, que repudia la guerra (Art. 11); visto que el general Danzini debería haber desatendido la orden inglesa cuya ejecución resultaba imposible para los italianos; visto que el general inglés no pudo haber impuesto su orden de guerra, por no afectar a Italia; visto que tanto el general como el Ministro de AA.EE negaron que se hubiese dado participación alguna de nuestros soldados en acciones de guerra angloamericana y, en particular, negaron que hubiera habido todo tipo de «batalla de los puentes», y que lo afirmaron solemne y repetidamente en televisión, hasta el punto de que la RAI ha eliminado material que pudiese indicar lo contrario de tales afirmaciones; por todas estas razones, al cabo mayor Raffaele Allocca hay que exonerarlo de toda imputación, acusación o responsabilidad.
Naturalmente, la justa e inmediata exoneración del cabo, que debe convertirse en una petición de todos los demócratas, no elimina la fastidiosa insistencia de periodistas no italianos que confirman, en cambio, noticias sobre la batalla jamás sucedida.
Para deshacer este nudo gordiano y salvar el honor de un país cuyo gobierno no miente (y que nunca descargaría la culpa en soldados de grado inferior como en una comedia de Brecht) no queda sino invitar a responder, en lugar del cabo mayor Allocca, al ex ministro de AA. EE., Frattini, a fin de que confirme lo que siempre ha afirmado sobre la ajenidad de Italia a cualquier combate, y al Ministro de Defensa, Martino, a fin de que diga que el general italiano había sido autorizado a desobedecer órdenes de guerra ajenas a la Constitución italiana y a las directivas del Parlamento italiano.
Texto original tomado de http://www.unita.it/index.asp?topic_tipo=topic_id=47235