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Nicaragua cuestionada, Guatemala aprobada

Fuentes: Alainet

Las elecciones presidenciales de Nicaragua y Guatemala se celebraron el mismo día, el 6 de noviembre, aunque, tal como pone de manifiesto la autora de este artículo, el tratamiento recibido por ambos procesos electorales en los medios de difusión ha sido muy diferente. El pasado 6 de noviembre Nicaragua y Guatemala celebraron elecciones presidenciales, pero […]

Las elecciones presidenciales de Nicaragua y Guatemala se celebraron el mismo día, el 6 de noviembre, aunque, tal como pone de manifiesto la autora de este artículo, el tratamiento recibido por ambos procesos electorales en los medios de difusión ha sido muy diferente.

El pasado 6 de noviembre Nicaragua y Guatemala celebraron elecciones presidenciales, pero mientras las nicaragüenses han sido sometidas a una serie de cuestionamientos, las guatemaltecas parecen satisfacer a los que se declaran preocupados por la reelección del presidente Daniel Ortega.

Llama la atención que a nadie le haya preocupado el triunfo del general Otto Pérez Molina, quien ya en varias oportunidades había sido candidato, sin lograr su objetivo. Es probable que lo haya ayudado en esta oportunidad la negativa judicial a permitir la postulación de Sandra Torres, ex esposa del actual mandatario Álvaro Colom.

Los analistas políticos estimaban que Sandra Torres, por el apoyo popular que tenía debido a su trabajo con los sectores mas desposeídos, estaba en mejores condiciones para ganar los comicios. El fallo judicial dejó a la Unión Nacional de la Esperanza, UNE, sin candidato.

Eso favoreció a Pérez Molina, cuestionado por su actuación como militar en los gobiernos dictatoriales anteriores. Se lo ha señalado como responsable de la muerte de centenares de personas, mayoritariamente indígenas.

La acusación fue presentada nuevamente este año a las Naciones Unidas por la organización Waqib Kej, en un documento que lo señala como «directamente involucrado en el uso sistemático de tortura y en actos de genocidio durante el conflicto interno de Guatemala».

Lo ocurrido durante ese período fue investigado por la Comisión Nacional de Reconciliación, que designó al obispo Girardi para la investigación de este tema. El obispo entregó el informe «Guatemala Nunca Más», de cuatro tomos, en el que documentaba mas de 54.000 violaciones a los derechos humanos, responsabilizando al ejército de la mayor parte.

Girardi fue asesinado brutalmente dos días después en el garaje de la casa parroquial. Con bloques de cemento le destrozaron el cráneo y le desfiguraron el rostro, al punto de que lo identificaron por el anillo episcopal.

El libro «El Arte de un asesinato político ¿Quién mató al obispo?», entrega mucha información y señala entre los autores a militares de la época de Pérez Molina. De estos hechos y de los indígenas que se encontraban en la embajada española y murieron quemados cuando se le prendió fuego a esa sede diplomática tampoco se ha hablado.

Se centró el asunto en la inseguridad causada por la delincuencia, pero se dice poco de la inexistencia de una policía organizada. Los responsables de hecho de la seguridad en esa nación son los 120.000 guardias de las empresas de seguridad privada, sin mayor preparación pero armados y que quintuplican a la policía.

En las elecciones de Nicaragua, el presidente Daniel Ortega fue reelegido con el 64 por ciento de los votos; su contendiente más cercano obtuvo el 30 por ciento. Sin embargo, se ha intentado desconocer estos resultados, sin que los organismos observadores de los comicios hayan presentado pruebas de alguna irregularidad.

Se ha especulado con el largo informe que elaboró el grupo enviado por la Unión Europea. Sin embargo, ese documento no señala que se haya producido algún fraude o que se haya incurrido en algún manejo destinado a alterar la votación.

Ese informe se refiere a la ley electoral, a la capacitación de quienes integraban las mesas receptoras de sufragios, hace comparaciones con elecciones nicaragüenses anteriores, formula recomendaciones, pero no indica que hubiera fraude.

Es más, el jefe de esa misión, el eurodiputado socialista español Luis Yánez, al presentar a la prensa en Managua el informe preliminar sobre la elección aclaró que allí no se menciona a nadie como ganador «a título personal dijo que Ortega ganó pero bajo algunas anomalías», según publicó el diario «La Prensa», opositor a Ortega.

La misión de observación de la Organización de Estados Americanos, OEA, encabezada por el ex canciller argentino Dante Caputo, se quejó en las primeras horas de la votación porque los responsables de las mesas no les facilitaban el acceso, asunto que quedó superado en un breve lapso.

Aunque Caputo se viera influenciado por la Unión Europea, las declaraciones del Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, fueron claras cuando dijo que con estos comicios habían avanzado la paz y la democracia en Nicaragua.

La oposición, que experimentó reveses tan grandes como el del Partido Liberal Independiente, que obtuvo la mitad de los votos del sandinismo, o el Liberal Conservador, del ex presidente Arnoldo Alemán, que sólo logró el 5 por ciento, insistían en la existencia de fraude y pedían la anulación de los comicios.

Ninguno presentó hechos concretos, pero sus dichos sirvieron de acicate a Estados Unidos que a falta de éstos optó por declararse «preocupado» de lo dicho por otros. Mientras la prensa nicaragüense, opositora en su totalidad, publicaba los reclamos, finalmente tuvo que dar a conocer también que denuncias como las de Alemán no tenían base y que el vocero de su partido admitía que los jefes de la campaña habían descuidado a los fiscales electorales que, por lo tanto, no estuvieron en las mesas de votación.

Cabe considerar cuáles fueron las razones del triunfo tan amplio de Daniel Ortega, cuando es evidente que hay un quiebre en el sandinismo. Este se expresó en declaraciones previas de personas que tuvieron participación conocida en el pasado.

El gobierno de Ortega ha lanzado una serie de iniciativas que van en beneficio de los sectores más vulnerables. Los observadores señalan que se ha apoyado en nuevos grupos empresariales para lanzar iniciativas que están abaratando los precios de los productos básicos.

Un estudio reciente de la encuestadora M&R Consultores determinó que los principales problemas son el desempleo y la pobreza y que los índices de respuesta son del 26,2 y 20 por ciento, respectivamente, y que sólo el 0,3 por ciento de los encuestados se quejó del alza de la canasta básica.

El Banco Central de Nicaragua señaló el 11 de noviembre que la inflación de Octubre había sido del 0,43 por ciento y que el acumulado del año ascendía al 5,34 por ciento, cifras notoriamente menores a las de años previos.

Los mercados están surtidos y los precios son bajos, una libra de pollo se vende a 18,50 córdobas, que equivalen a 80 centavos de dólar. Por supuesto no se trata de mercados del sector privado.

Los fondos gubernamentales provienen en su mayoría del ahorro que significa para el país el pertenecer a Petrocaribe, la organización creada por Venezuela, que a sus países miembros les vende el petróleo en condiciones favorables, el 50 por ciento se paga a los 30 días y el resto a 25 años, lo que deja un remanente para estos programas.

Pero a la calificadora Moody’s esto no le gusta y aunque mantuvo a Nicaragua en la calificación «B3 estable», al día siguiente de la elección decidió advertir de los riesgos que en su opinión puede correr Nicaragua por su cercanía con Venezuela, lo que se inserta en las nuevas ofensivas en ciernes.

Frida Modak. Periodista, ex secretaria de Prensa del presidente Salvador Allende

Fuente: http://alainet.org/active/51019&lang=es